Lo intentó con Albert Rivera en marzo de 2016, cuando el PP de Mariano Rajoy y el Podemos más fuerte de Pablo Iglesias tumbaron su investidura. Lo volvió a intentar en julio de 2019, cuando la abstención de Podemos lo impidió con esta advertencia de Pablo Iglesias: "Si ustedes, por cerrazón, no hacen una coalición con nosotros proporcional a los votos, temo que usted no será presidente nunca".
Tras la repetición electoral de noviembre, Pedro Sánchez asumió ese aviso de Pablo Iglesias y se plegó a sus exigencias. 48 horas después alumbraban un Gobierno que hoy comenzará su andadura de la mano de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y EH-Bildu, cuyas abstenciones han sido determinantes para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno por primera vez, tras haber tomado el poder en febrero de 2018 gracias a una moción de censura a Rajoy.
Todo ha salido según lo previsto por Moncloa y Ferraz, y los 167 votos de PSOE (120), Unidas Podemos (35), PNV (6), Más País (1), Compromís (1), Nueva Canarias (1), BNG (1) y Teruel Existe (1) han vencido a los 165 de PP (89), Vox (52), Ciudadanos (10), JxCat (8), la CUP (2), Navarra Suma (2), PRC (1), Coalición Canaria (1) gracias a la abstención de ERC (13) y EH-Bildu (5). Esta colaboración con los herederos de Batasuna y los independentistas catalanes, cuyo líder está condenado en prisión, ha tenido un precio político plasmado en sendos acuerdos de investiduras plagados de concesiones a los soberanistas.
Tras ese paso por caja, incluida una vicepresidencia para Pablo Iglesias y un ministerio para su mujer, Irene Montero, Pedro Sánchez llegará por primera vez a la Moncloa como presidente investido tras unas elecciones. La pareja dirigente de Podemos también salvarán su liderazgo al frente del partido tras la debacle electoral que les ha hecho pasar de 71 a 35 diputados.
A pesar de esa sangría de votos, Iglesias se ha coronado como el ganador moral de la repetición electoral al conseguir hacer claudicar a Sánchez para que pacte el primer Gobierno de coalición desde la Transición a y uno de los poquísimos democráticos del mundo que incluye a un partido comunista.
Durante la última sesión de investidura de este martes, PSOE y Unidas Podemos han hecho gala de hermandad. Se han aplaudido mutuamente y han reaccionado coordinadamente en las bancadas. Hasta se ha producido un gesto de reconciliación entre Iglesias e Íñigo Errejón cuando éste les ha felicitado por el pacto de gobierno desde la tribuna.
Sánchez ha continuado con su estrategia demonizadora de la oposición para justitficar su Gobierno Frankensten. "Todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río. Nadie tiene el derecho de monopolizar el patriotismo», ha asegurado, citando al "presidente de la República, Don Manuel Azaña», para reclamar concordia en el Congreso tras acusar a PP, Ciudadanos y Vox de crear una "atmósfera tóxica" y un "clima de crispación".
Se trata de la misma cita que pronunció Mariano Rajoy el 11 de octubre de 2017 en el debate parlamentario que se celebró tras la consulta ilegal del 1 de octubre en Cataluña y ante la amenaza de una declaración unilateral de independencia por parte del Parlamento catalán que llegaría días después. Forman parte de un célebre discurso del presidente pronunciado en Barcelona en 1938 para llamar a la reconciliación tras la Guerra Civil española.
Pablo Casado ha recogido el guante. Ha defendido al Rey y a la Constitución antes de acusar a Sánchez de ser un "ultra" y de defender una única patria, él mismo, antes de volver a citar a Azaña. «Pueden atacar a la República, pero nunca permitiré que ataquen a España», ha recordado el líder del PP.
La tercera fuerza política, Vox, también ha recurrido al presidente republicano. Tras defender que la ley de violencia de género no está obteniendo frutos, tras el asesinato ayer de otra mujer y de su hija, e insistir en las 'manadas' violadoras formadas por inmigrantes, Abascal ha seguido recitando a Azaña. "El 18 de julio del 36, para animar a los suyos, dijo: os tolero, permito, admito que no os importe la república pero no os tolero, permito, admito que no os importe España".
Tras ellos, han tomado la palabra los principales socios de Sánchez. Pablo Iglesias ha vuelto a arremeter contra PP, Vox y Ciudadanos y ha advertido: «Pedro, no nos van a atacar por lo que hagamos. Nos van a atacar por lo que somos. Frente a los intolerantes, te pido que tengas el mejor tono y la mejor firmeza democrática».
Por parte de Esquerra Republicana de Cataluña ha tomado la palabra la hermana de Dolors Bassa, ex consejera de Justicia de la Generalitat, condenada a doce años de cárcel por su participación en el procès. «Señor Sánchez, le hablo como una familiar de una presa política catalana». «Seguiremos movilizándonos. También ustedes son verdugos porque está en sus manos cambiar las leyes», ha asegurado, en un discurso victimizador del movimiento independentista.
La diputada separatista ha levantado las quejas de la Cámara en varias ocasiones. Les ha acusado de que «que la mitad del hemiciclo se alegra de su dolor» y ha señalado que la cuestión importante es "dónde está el PSOE". "¿Se alegra el PSOE de nuestro dolor?», ha preguntado al candidato socialista. "¿Cree que me importa la gobernabilidad de una España que tiene a mi hermana en la cárcel? Me importa un comino la gobernabilidad de España», ha advertido.
Por su parte, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha seguido el tono de sus homólogos de Vox y PP para censurar que el pacto alcanzado por el candidato socialista «no es progresismo, es sanchismo».
«No le ha votado ni un sólo español para hacer lo que va a hacer», recordaba a Sánchez, en referencia a las promesas electorales incumplidas en la materia del conflicto catalán que hizo en campaña electoral. «Sánchez ha quemado todos los puentes con el constitucionalismo mientras se queda impasible mientras ERC y Bildu ridiculizan al Rey y a los jueces», ha advertido.
Frente a ella, otro aliado de Sánchez, Bildu, ha dejado claras sus intenciones. Su portavoz, Oskar Matute, que ha arrancado su intervención mientras los diputados de Vox abandonaban el hemiciclo, ha recordado que "estamos aquí para cambiar las cosas» y construir «una república vasca». Tras reivindicar lo mismo a Dolores Ibárruri que al diputado de Herri Batasuna asesinado por la ultraderecha Josu Muguruza, el portavoz de Bildu ha querido equiparar las víctimas del franquismo con los etarras, en un discurso confuso lleno de consignas más propias de un mitin que de una investidura. En esa línea, ha hablado de "víctimas de la violencia" para pedir "justicia, reparación y memoria" para todas ellas.
Ha cerrado la sesión la portavoz socialista, Adriana Lastra, con la misma estrategia contra la oposición con la que la inauguró Sánchez. Ha acusado a PP, Vox y Ciudadanos de "un matonismo que no se ha visto en España desde hace 40 años". "Esas prácticas no son las de partidos demócratas defensores de la Constitución, sino el peor cáncer para nuestra democracia. Dejen de reivindicarse como constitucionalistas cuando pisotean cada uno de los valores de la Constitución. Lastra", ha asegurado. "Aquí hay 167 valientes", ha sentenciado.
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