Pablo Casado ha movilizado a sus presidentes autonómicos para que sean la punta de lanza de la estrategia de oposición contra Pedro Sánchez, o, según el término que acuñan en Génova, el "dique de contención de las políticas socialistas y comunistas" del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Las tres principales baronías que participan de esta maniobra conjunta son la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y los presidentes de Andalucía y Galicia, Juan Manuel Moreno y Alberto Núñez Feijóo, respectivamente.
La estrategia, diseñada desde el departamento del secretario general del PP, Teodoro García Egea, tuvo este miércoles su inmediato reflejo en Madrid y Sevilla. Díaz Ayuso aprovechó su comparecencia ante la prensa, tras la reunión del consejo de gobierno madrileño, para hacer lectura de una declaración institucional contra el "ejecutivo radical dispuesto a atentar contra el principal bien de Madrid que es la libertad".
Junto a su vicepresidente, Ignacio Aguado, advertía que "todo ataque a la libertad será respondido con todos los medios a nuestro alcance". La presencia de Aguado confirmaba la unidad de acción con Ciudadanos, cuya futura líder, Inés Arrimadas, ha sido también muy dura contra el gobierno de coalición sustentado por los independentistas de ERC.
Por su parte, el andaluz Juan Manuel Moreno, ubicado en las posiciones moderadas del PP, ha amenazado con movilizaciones en la calle si el nuevo Gobierno intenta "pisotear" o "ningunear" a esta comunidad. En una entrevista con Canal Sur Radio recogida por Europa Press, Moreno dice confiar en que no haya que llegar a ese extremo mientras el Gobierno central esté dispuesto a hablar y negociar con la Junta de Andalucía para resolver asuntos pendientes.
Moreno amenaza con movilizaciones en la calle si se "pisotea" Andalucía
En este sentido, anunció que, de manera "inmediata", pedirá una reunión con Sánchez para abordar cuestiones como la "intervención" de Andalucía por el déficit en el ejercicio de 2018 o el impago por parte del Ejecutivo de los 537 millones por la liquidación del IVA, cuestiones que ya suscitó en la ronda telefónica que el jefe del Ejecutivo hizo con los presidentes autonómicos antes de la investidura.
El tercer pilar de esta estrategia se sostiene sobre el gallego Alberto Núñez Feijóo, aunque marcará sus propios pasos al entrar en año electoral. Feijóo debe empezar por abordar dos cuestiones capitales que afectan a su futuro inmediato y al de su partido, a saber, si aspira a la cuarta reelección y si adelantará la fecha de las autonómicas gallegas, que tocarían en septiembre. No le resultará fácil replantear su continuidad como hizo hace cuatro años. Pablo Casado no está dispuesto a correr el riesgo de perder pie en el que es uno de los más importantes feudos electorales del PP y, a día de hoy, Feijóo carece de recambio.
Enhorabuena a @sanchezcastejon por su investidura. Le corresponde gobernar y le deseo, por el bien de todos, más acierto que en la elección de sus socios. Se debe a todos los españoles y no solo a quienes le han apoyado. Seremos exigentes pero leales a España y al interés general
— Alberto Núñez Feijóo (@FeijooGalicia) January 7, 2020
Bien es cierto que lo primero que hizo el barón gallego el pasado martes fue felicitar a Sánchez por su investidura, al que dijo desearle lo mejor sin dejar de lanzarle dos advertencias, esto es, que "se debe a todos los españoles y no sólo a los que le han votado" y que "seremos exigentes pero leales a España y al interés general".
Además, los populares reactivarán la presentación de mociones en parlamentos autonómicos, diputaciones y ayuntamientos "a fin de que los barones territoriales del PSOE se retraten" sobre el contenido de los acuerdos alcanzados con Unidas Podemos y ERC, dos formaciones políticas "que quieren acabar con el consenso constitucional y la igualdad de todos los españoles". El objetivo no es otro que meter una cuña entre las baronías socialistas críticas, como la de Emiliano García Page y Javier Lambán, y Ferraz. Cabe destacar su ausencia en la sesión de investidura a pesar de durar tres días.
El líder del PP ha convocado Junta directiva el próximo lunes para dar el pistoletazo de salida a la legislatura
Casado, que esta semana no ha celebrado reunión de su comité de dirección pero ha convocado a su Junta Directiva el próximo lunes para dar por inaugurada una legislatura en la que intentará la recomposición del espacio de centro-derecha, hará un labor de oposición "firme y severa, diciendo alto y claro lo que pasa en España", según explican a El Independiente fuentes populares. Los mismos medios admiten un cambio de tono entre el Casado del pasado sábado, -más parecido al de la campaña del 28-A, bronco y duro tanto en las formas como en el fondo- y otro suave el pasado martes, más aplaudido por los sectores moderados de su formación.
Se enfrenta no obstante el líder del PP al dilema de no dejarse robar el liderato de la derecha, lo que explica en muchas ocasiones la estrategia de "ducha escocesa" de Génova aunque, de momento, descartan unirse a las movilizaciones convocadas por Vox este domingo en contra de la coalición Sánchez-Iglesias.
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