Yolanda Díaz, una de las voces más combativas por los derechos laborales y en defensa de las pensiones, será la nueva ministra de Trabajo, cargo desde donde tendrá que promover el diálogo con los sindicatos y con una patronal que desconfía de la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno.
Su designación, adelantada por fuentes del partido hace unos días y confirmada este jueves por Moncloa, cubre la cuota de la confluencia gallega En Marea con una persona de probada lealtad a Pablo Iglesias.
Nacida en Fene (A Coruña) en 1971 y defensora a ultranza de su tierra y de la denominada "agenda gallega", Díaz es abogada y activista feminista.
Ha vivido la militancia de izquierda casi desde que tiene uso de razón, ya que es hija de sindicalista y sobrina de político. Su padre y su tío son hermanos gemelos, uno de CCOO y otro del BNG.
Militó en el Partido Comunista y accedió a la coordinadora nacional de Esquerda Unida en Galicia en 2005 para crear posteriormente Alternativa Galega de Esquerda, el germen de En Marea.
Antes de recalar en Madrid fue teniente de alcalde en Ferrol, en una breve etapa de cogobierno con el PSOE.
Entró en el Congreso como diputada de En Marea una vez que se conformó la unión de IU y Podemos con las confluencias gallega y catalana, y desde entonces ha ejercido como una de las diputadas más reivindicativas en comisiones como la del Pacto de Toledo.
De hecho, durante los debates para renovar las recomendaciones sobre las pensiones se plantó ante un documento que, aunque revalorizaba las pensiones con el IPC, consideró insuficiente porque no establecía un indicador "claro" que subiera la pensión mínima cada año.
Su oposición férrea a unas recomendaciones contrarias a Podemos -que defiende la jubilación a los 65 años- le llevó a presentar una batería de votos particulares que frustró un acuerdo casi cerrado en el marco del adelanto electoral del 28 de abril.
No obstante, como ministra no tendrá competencias sobre la Seguridad Social, con lo que no dependerá de ella el diseño de una eventual reforma del sistema público de pensiones.
Sus discursos en la tribuna ante los gobiernos de Mariano Rajoy o Pedro Sánchez la consolidaron como una gran oradora, casi siempre sin papeles o con una pequeña anotación que servía de base bien para defender a capa y espada el aumento del salario mínimo, o bien para criticar unos Presupuestos Generales del Estado que consideraba malos para Galicia, por lo que llegó a votar en contra.
Sin pelos en la lengua, Yolanda Díaz ha apostado por derogar las reformas laborales para que los convenios sectoriales prevalezcan sobre los de empresa y para restablecer la ultraactividad y hacer que un convenio no decaiga cuando llegue a su fin.
"Es el momento de ponernos los manguitos y esforzarnos", ha reivindicado, al tiempo que también ha salido a las calles para manifestarse por los derechos de las mujeres y la igualdad laboral.
Casada y con una hija a la que intenta ver casi a diario -ya que la prisa por coger un avión y llegar a casa siempre está presente en ella- es mujer de protesta y ha ocupado la primera línea de manifestaciones junto con trabajadores de Alcoa o Navantia.
Esconde una cara técnica cuando debate sobre sectores como el de la industria electrointensiva, además de que participó activamente en la comisión de investigación del accidente ferroviario del Alvia en Santiago de Compostela.
Antes de entrar de lleno en la política nacional, Díaz creó un despacho de abogados especializado en temas laborales y tiene experiencia en asuntos de derecho urbanístico y ordenación territorial, informa EFE.
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