Desde que dimitiese Albert Rivera, Ciudadanos ha tratado de transmitir una imagen de unión en torno a Inés Arrimadas y a su gestora, que era la encargada de pilotar una transición tranquila hasta la elección de la nueva Ejecutiva el próximo 14 y 15 de marzo en su Asamblea General. Pero las críticas internas por la deriva del partido y las decisiones del órgano interino, que cuadros del partido han tachado de 'continuista' con la línea marcada por el ex presidente del partido, donde primaba la "falta de democracia interna", han hecho saltar todo por los aires este martes.

A tan sólo unos días del nuevo Consejo General, que tendrá lugar el próximo 25 de enero como antesala al congreso extraordinario de marzo, la Comisión Gestora de Ciudadanos tomaba una polémica decisión: decidía cortar por lo sano y purgar a dos dirigentes del partido conocidos internamente con su posición crítica con los planteamientos oficialistas de Manuel García Bofill, Fran Hervías o José Manuel Villegas, que dirigen la gestora.

Son el portavoz de Asturias, Ignacio Prendes y la portavoz en Castilla-La Mancha, Orlena de Miguel. Ambos habrían recibido un correo electrónico en el que se les transmitía su cese de forma inmediata. Fuentes del partido apuntan a que esta decisión se ha tomado "de manera unánime" en la reunión de la gestora del pasado lunes, y aducen como único motivo el hecho de que "no tenían cargos institucionales ni eran miembros de la Ejecutiva".

La destitución ha tenido consecuencias inmediatas que han provocado un efecto dominó en las filas de la considerada corriente crítica, que ven cómo la gestora, capitaneada por "los de siempre" vuelven a "pisotear toda disidencia posible", apuntan fuentes cercanas a los afectados. Al ser relevados, ni el dirigente de Asturias ni la de Castilla-La Mancha tendrán voz en la próxima asamblea general del partido y, por tanto, el sector discrepante verá su núcleo menguado.

Pero la revolución interna en Ciudadanos acababa de comenzar. Poco después, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, renunciaba a su cargo como secretario de Programas de Ciudadanos en la región en protesta contra las destituciones y nombramientos dictados este martes por el órgano de Madrid, que no comparte "ni en el fondo ni en la forma".

Y es que este martes no sólo se han producido los 'despidos' fulminantes de dos dirigentes críticos, sino que se han producido numerosos cambios en las secretarías de organización de ciudades como Valladolid, Huelva, Almería o Granada, todos ellos ocupados desde hoy por nombres afines a la gestora y al responsable de organización, Fran Hervías. El objetivo, según fuentes del sector crítico, es claro: "tener el control absoluto de agrupaciones y censos de cara a las votaciones de las primarias" y privar "una vez más" de "auténtica democracia" en unas primarias internas.

La cadena de acontecimientos puede precipitar en cuestión de horas la consecuencia final: que Francisco Igea desafíe a Inés Arrimadas y se presente oficialmente como candidato para presidir el partido. Fuentes de Ciudadanos cercanas al dirigente crítico afirman que ha mantenido reuniones en los últimos días con otros 'barones' territoriales y "contaría con amplios apoyos desde todos los puntos de España". Además, habría erigido ya su lista electoral, unos nombres entre los que estarían los 'purgados' este martes por la gestora.

Garicano se desmarca

A las voces discrepantes se ha unido Luis Garicano, que en tiempos fue el líder del sector crítico contra los postulados de Albert Rivera, si bien en las últimas semanas había presentado un perfil bajo y de apoyo fiel a Inés Arrimadas.

El eurodiputado de Ciudadanos, uno de los miembros más destacados de la gestora, ha querido mostrar su disconformidad con estas decisiones, y ha defendido que los purgados "deberían jugar un papel importante en el futuro" del partido.