Se va por razones familiares, desencantado con la política actual que convierte a los adversario en enemigos y las discrepancias en broncas y enfrentamientos. Borja Sémper, el aún presidente del PP en Guipúzcoa, ha comparecido esta mañana en la sede del partido en la capital guipuzcoana para detallar las razones de su abandono de la política que formalizará en los próximos días.
Ha señalado que ha llegado al final de "un ciclo en mi vida" y este era "mi momento" para "explorar" otra forma de vida alejada de la política a la que ha dedicado los últimos 25 años de su vida. Sémper ha revelado incluso cuál será su próximo destino: director de relaciones institucionales de la multinacional Ernest & Young, lo que le obligará a trasadar su residencia a Madrid, "pero volveré todos los fines de semana".
Ante una abarrotada sala de prensa, acompañado por su mujer, la actriz Bárbara Goenaga, Sémper ha asegurado que no deja la política por discrepancias con su partido, ni por el análisis pesimista que hace del actual clima político española sino por razones estríctamente personales.
Ha asegurado que nunca "es el momento adecuado para abandonar una pasión" pero que ahora ha considerado que era un momento vital adecuado.
Tras comunicar su decisión tanto al presidente del PP, Pablo Casado, como al presidente de los populares, vascos, Alfonso Alonso, sólo ha recibido "afecto" y comprensión.
"No son sectas"
Al inicio de su intervención ha reconocido sentirse abrumado "por el afecto" recibido en las últimas horas y el respeto que le han trasladado, "algo de lo que está muy necesitada la política", ha dicho. Ha relatado cómo su compromiso siempre ha sido "inquebrantable", incluso en los momentos más difíciles en los que la amenaza de ETA le acechaba. Entonces apostó por la defensa de la libertad y la democracia "a costa de perder mi juventud y la placidez que merecen los jóvenes". Ha tenido un recuerdo especial para Gregorio Ordóñez, -de cuyo asesinato ahora se cumplen 25 años- al que se ha referido como un referente para aquellos "chicos y chicas que hoy peinamos alguna cana". También ha agradecido la labor de protección a los escoltas que durante 15 años velaron por su seguridad "y sin los que hoy no estaría aquí".
Sémper, por momentos emocionado, ha reivindicado el valor de la discrepancia, del matiz en política, "los partidos no son sectas", ha señalado, "siempre serán más sanos y útiles si en su seno albergan matices": "Siempre he defendido el ejercicio libre de la política". Ha reclamado incluso a los medios de comunicación que no cejen en su empeño de "ser libres, no aceptar presiones y hacer que los políticos respondan a sus preguntas".
Sémper ficha por la multinacional Ernest & Young como director de relaciones institucionales
Ha evitado lanzar reproches al Partido Popular, con quien ha dicho que seguirá vinculado "para lo que necesite", pero sí ha apelado a la necesidad de hacer del PP la formación "de centro derecha liberal, al que yo me afilié". Ha afirmado que se siente "cómodo" en el PP y que no es esa la razón de su salida, las diferencias: "El clima de la política en general de la política española no me gusta": "Tenemos que preservar las formas. La discrepancia es necesaria pero no la bronca y el enfrentamiento. La política de trinchera, de levantar muros es un camino por el que empieza a trasitar la política de manera preocupante, tenemos que poner pie en pared".
"No pudieron matarme"
Sémper ha defendido la pluralidad incluso en el seno de una misma formacion, para hacerla más sólida. "Un partido político no es una secta sino un lugar donde las personas se reúnen para defender principios y que haya choques, matices, debería ser sano".
Ha asegurado que entre las muchas muestras de afecto recibidas figuraba la de la ex dirigente del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que apoyo en el proceso de renovación del PP. También ha reconocido que nadie de la izquierda abertzale se ha puesto en contacto con él, un ámbito político al que también se ha dirigido en su comparecencia , "en mi no encontrarán rencor, pero tampoco olvido, no pudieron matarme pero tampoco amargarme la vida".
Ha asegurado que siempre ha procurado la búsqueda del acuerdo y el entendimiento con "el diferente" y hacerlo "con respeto, si no ha sido así, pido disculpas". Considera que en estos tiempos "convendría prestigiar la política" del descrédito en la que está sumida. Alerta del riesgo que puede suponer continuar por la senda que ha emprendido la política y que puede poner en peligro lo conseguido: "Debemos cuidar lo logrado, la libertad, la democracia, la convivencia, la sociedad moderna de la que gozamos. Todo eso se puede ir resquebrajando".
Por último, ha pedido disculpas a los votantes que le apoyaron en las pasadas elecciones municipales de mayo. Ha reconocido que la "espinita clavada" con la que se va es "no haber sido alcalde de San Sebastián, es algo que me hubiera gustado. También ha negado que su marcha abra la puerta a una crisis profunda en el PP vasco: "Nadie es indispensable, Alfonso Alonso será capaz de renovar ese espacio de centro derecha liberal".
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