La decisión de cambiar al martes la reunión del Consejo de Ministros, lejos de resultar inocua, ha levantado las iras de los Grupos de la oposición parlamentaria por entender que limita la capacidad de control al Gobierno al tiempo que diluye su actuación en ambas Cámaras legislativas. PP, Vox y Ciudadanos han suscitado este asunto tanto en la reunión de la Mesa del Congreso como en la Junta de Portavoces, dos órganos que, precisamente, también se reúnen los martes.
Pero no sólo, porque tradicionalmente a primera hora de la tarde de los martes arranca el pleno del Congreso, cuando se debaten las proposiciones y mociones de la oposición, condenadas a quedar en un segundo plano informativo por la fuerza de los acuerdos y de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que capitaneará a partir de ahora la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Lo mismo puede decirse de la sesión del control al Gobierno en el Senado, un martes por la tarde al mes, que obligará a muchos ministros a ir directamente de Moncloa a la Cámara Alta ante una oposición sin margen de maniobra para cambiar el contenido de sus preguntas conforme a las cuestiones debatidas y aprobadas en dicho Consejo y unos periodistas sin el don de la ubicuidad.
Hasta Compromís en el Senado ha criticado el cambio de día. Su portavoz, Carles Mulet , cree que esta maniobra "puede comportar un serio impedimento de la labor fiscalizadora de los senadores, que pueden ver con pocas horas de antelación invalidadas sus preguntas orales en pleno por decisiones hechas justo antes de la comparecencia en la Cámara Alta» y pide al Gobierno que "respete" las funciones de control del Senado.
No sólo PP, Vox y Cs critican el cambio, hasta Compromís cree que limita la "labor fiscalizadora" de los parlamentarios
También creen PP, Vox y Ciudadanos que se verá afectada la sesión del control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados de los miércoles por la mañana. Es el momento en que el presidente del Gobierno se enfrenta a tres preguntas orales de la oposición, siendo siempre una del líder del PP, Pablo Casado. Aunque no hay unidad de acción en el bloque del centro-derecha coinciden en sus críticas.
Con las preguntas parlamentarias ya cerradas y escaso tiempo para estudiar el contenido de los acuerdos que alcance el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, no son descartables unas sesiones parlamentarias muy despegadas de la actualidad política, cuya agenda irá marcando el Gobierno en una estrategia a la que no se puede negar ingenio.
Para la portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, Pedro Sánchez está planteando "una deriva autoritaria en tres frentes: exaltación del Poder Ejecutivo, sometimiento del Poder Judicial y degradación del Poder Legislativo". Porque además de un gobierno "hiperatrofiado formado por 23 miembros, más un viceprimer ministro, Iván Redondo" y de la designación de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, se "degrada" el legislativo "para opacar las labores de control e impulso de iniciativas parlamentarias".
Para evitar este choque institucional, el PP propone que la reunión de la Mesa y de la Junta de Portavoces pasen a los lunes; que ese día por la tarde y los martes queden reservados para la labor de las comisiones y que las iniciativas legislativas del Ejecutivo se debatan los miércoles por la mañana. Se volvería a celebrar la sesión de control al Gobierno los miércoles por la tarde -tal y como era antes de que se cambiara en tiempos de la presidencia de José Bono- y las iniciativas de la oposición se debatirían los jueves.
Pasar el control al Gobierno a la tarde del miércoles o ampliar el plazo de presentación de preguntas, son algunas de las propuestas
El portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, cree que el cambio de fecha del Consejo “es un gesto más en la utilización que hace este Gobierno de las instituciones en favor del partido del Gobierno y no del Estado”. Cree que se va a dificultar "mucho" la labor de control y también llevará una propuesta a la próxima Junta de Portavoces. Por su parte, Edmundo Bal, de Ciudadanos, califica de "falta de respeto a la oposición", la escaramuza de Moncloa. En su caso apuestan por la posibilidad de que las preguntas que van a la sesión de control puedan ser modificarse hasta el martes por la tarde, tras la rueda de prensa del Consejo, a pesar de la premura para poder dar una respuesta, sin descartar que los plenos puedan cambiar de día.
El socialista Rafael Simancas ha dicho no estar cerrado a debatir las propuestas que hagan otros Grupos aunque no ve ninguna dificultad en el cambio de día del Consejo de Ministros, tesis que comparte Unidas Podemos, por lo que tienen ganada la votación en la Mesa del Congreso seis a tres en caso de que se debata la próxima semana.
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