En Ciudadanos vuelven a saltar chispas. Los acontecimientos que se han sucedido en el seno del partido en las últimas horas calienta el Consejo General que celebra el partido este sábado como previa a la Asamblea General del próximo 14 de marzo, después de que las dos últimas citas estuviesen envueltas en la polémica por los vetos y los reproches entre los dirigentes pertenecientes a la denominada corriente crítica y la gestora, órgano rector del partido, a la que acusan de "continuista" y de promover la "falta de transparencia" en la era post Rivera.
El terremoto que sacudió al partido la semana pasada, cuando la gestora capitaneada por los 'hombres fuertes' del riverismo purgó a los pocos críticos que quedaban con cargo orgánico -Orlena de Miguel en Castilla-La Mancha; o Ignacio Prendes en Asturias- y nombró a portavoces autonómicos afines a la línea oficialista, lo que precipitó la dimisión de Francisco Igea como secretario de programas de Ciudadanos en Castilla y León - y al que siguieron diversos cargos orgánicos de las estructuras provinciales del partido en esta región, entendida como hervidero de discrepantes-, fue sólo el primero de los pasos que lejos está de ser precedido por un tiempo de calma.
Este fin de semana, la gestora entregaba el borrador de los Estatutos junto a la ponencia estratégica y el reglamento de la V Asamblea a los integrantes del Consejo General de Ciudadanos, o lo que es lo mismo: las líneas maestras que guiarán el rumbo del partido los próximos cuatro años, que tendrán como objetivo último hacer renacer a Ciudadanos de sus cenizas. El contenido de los documentos ha vuelto a dinamitar un breve período de calma tensa: el partido desoye de nuevo la petición de otorgar mayor poder de decisión a sus divisiones territoriales, una de las condiciones que planteaba Francisco Igea, que encabeza la corriente crítica del partido, para guardarse las pretensiones de presentarse a las primarias por el liderazgo del partido.
Aunque por primera vez el partido hace pequeños gestos a la militancia, a la que ofrece potestad de "presentar propuestas, proyectos y enmiendas (...) para su toma en consideración" -aunque sin materializar cómo se plasmarían estas herramientas de participación-, Ciudadanos mantendrá su estructura centralista y la Ejecutiva nacional seguirá teniendo el poder para nombrar o destituir a los dirigentes territoriales -que ahora pasarán a llamarse "coordinadores"-. Los documentos deberán ser aprobados primero este sábado en el Consejo General y, por último, deberán someterse a debate de toda la militancia, representada por compromisarios, en el congreso de marzo, en que los críticos podrán presentar enmiendas al proyecto firmado por Bofill.
Y la cadena de acontecimientos tendrá sus consecuencias. El cruce de reproches constante entre miembros de la gestora y dirigentes del sector discrepante que defiende el vicepresidente de Castilla y León ha redoblado la amenaza de estos últimos de presentar una candidatura alternativa a la de Inés Arrimadas, hasta la fecha la única que ha dado un paso al frente para tratar de liderar a la defenestrada formación. "Batallaremos", señalan fuentes próximas a Igea. "Nos subestiman. Creen que somos cuatro gatos, pero no es así", advierten.
El sector que encabeza Igea advierte del continuismo de la gestora: "Más de lo mismo con un poco de maquillaje"
En los nuevos Estatutos "todo seguirá controlado por la Ejecutiva. Será ella quien decida la agenda, quién se reúne, qué temas se trata...", lo que, a juicio de los críticos, mantendrá el modelo que ha "dañado" a muchos territorios como Andalucía o Baleares, donde "se ha apartado a voces discordantes y se ha creado una red clientelar de conocidos". "Es más de lo mismo con un poquito de maquillaje", sentencian.
Aunque evitan oficializar una candidatura alternativa, ésta podría comenzar a materializarse el próximo 30 de enero, ya que cuadros de la corriente crítica aseguran que en esa fecha tendrá lugar un "importante anuncio". Hasta entonces, las fuentes oficiales instan a "ir paso a paso" antes de tomar la decisión final. La primera decisión irá dirigida a intentar tumbar los Estatutos con una enmienda a la totalidad que, aseguran, presentarán tanto este sábado como en marzo. "En el Consejo General no saldrá adelante", ya que el número de consejeros pertenecientes al bando crítico son minoría; y en la Asamblea "dependerá del número de compromisarios que podamos convencer".
Y supeditan el paso drástico de presentar candidato a que Igea y Arrimadas -que no es miembro de facto de la gestora- lleguen a "algún tipo de acuerdo" sobre el peso territorial como una especie de garantía de que la dirigente no será un peón de la estrategia de Albert Rivera. El líder de Castilla y León ya ha invitado a la jerezana a una reunión "en persona", de momento, sin respuesta. Con todo, aseguran estar "preparados" para una eventual candidatura: el barón 'díscolo' de Ciudadanos habría mantenido contactos en las últimas semanas con dirigentes discrepantes a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Batalla ante un partido "leninista"
El malestar se intensificó a lo largo del lunes a tenor de una dura columna publicada por Francisco Igea en El Confidencial, en la que ponía de manifiesto su intención de combatir unos postulados, a su juicio, "leninistas", al subrayar que será la Ejecutiva la que, de nuevo, nombrará al comité disciplinario, encargado de sancionar "cualquier manifestación grave de discrepancia con el partido, o que sea entendida como tal por el comité disciplinario". O lo que es lo mismo: les acusa de "aplastar" la crítica señalando "delitos de opinión".
El paso adelante de Igea ha caído como una bomba en el seno del partido en Madrid, y su escrito no ha quedado desatendido por la gestora. Su portavoz, Melisa Rodríguez, acusó a Igea de "faltar a la verdad" y de hacer un juicio "osado" de la realidad, al tiempo que le invitaba a que "enmienden los nuevos Estatutos".
Arrimadas, en sintonía con la gestora
Inés Arrimadas decidió dar un paso atrás para no formar parte del órgano interino que pilota Ciudadanos para garantizar la neutralidad y que, de haber más candidatos a las primarias, no jugasen con desventaja. Pero se encargó antes de controlar la gestora desde fuera, al engrosar la misma con nombres de su máxima confianza, como la propia Melisa Rodríguez, José Manuel Villegas o José María Espejo.
La candidata ha eludido dar la cara por los conflictos internos, e incluso su entorno ha llegado a afirmar que desconocía los polémicos ceses de la pasada semana al entender la gestora como un órgano "autónomo". Pero, en línea con el borrador de los Estatutos y justo después de que el documento se enviase a los consejeros, Arrimadas compartía sus "impresiones" sobre la nueva etapa que se abre para Ciudadanos en la que defendía también nuevos guiños para la militancia, que siguen sin responder, no obstante, a las pretensiones de una suerte de 'baronías' territoriales que demandan los críticos.
Aún así, fuentes cercanas a Igea aseguran que habrá candidatura si no consiguen un "cambio de rumbo" de Arrimadas, aún a sabiendas de lo complicado que se estima para estos derrotar a la histórica mano derecha de Albert Rivera y a la que incluso ellos erigen como líder del proyecto. Pero están convencidos en la necesidad de una "profunda transformación" y, por ello, "iremos hasta el final". La presión sobre la líder de facto ya ha comenzado y, según informa Efe, el sector crítico le ha instado a que presente los nombres que llevará en su lista electoral como paso previo a conocer si ratifica el continuismo o avala la renovación.
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