Sardinas contra los gatitos de Salvini, contra el tiburón del populismo, contra la Bestia, el aparato de propaganda de la Liga. La batalla por el poder en Italia se libra este domingo en dos regiones italianas, Emilia-Romaña, el bastión tradicional de la izquierda (PD), y en Calabria, donde en 2018 el Movimiento 5 Estrellas arrasó. El Partido Democrático y 5 Estrellas forman desde el otoño un matrimonio de conveniencia. Su más feroz enemigo es Matteo Salvini, a quien juntos apartaron del gobierno y que ha prometido volver más fuerte.
Quienes han llenado plazas en toda Italia para frenar a Salvini no son ni el PD ni los grillini, sino las autodenominadas Sardinas. Este movimiento fundado en Bolonia, ciudad universitaria emblemática de la rossa Emilia-Romaña, a principios de noviembre pasado por cuatro treintañeros ha plantado cara a la apabullante maquinaria electoral en que se ha convertido el líder de la Liga.
Salvini, quien ha comprendido mejor que ningún otro político europeo, que la política ahora demanda candidatos en campaña permanente, emprendió el pasado verano una ofensiva en las playas y lugares de veraneo con el fin de asaltar, gracias a los votos, el Palacio Chigi.
Calculó mal sus fuerzas y los laberínticos pasillos de la política italiana le llevaron a tener que dejar el gobierno en el que era ministro del Interior. Un primer ministro que en principio parecía su títere, Giuseppe Conte, se reveló como su peor enemigo y ayudó a frenarle en seco.
Fue entonces cuando se produjo lo inimaginable, que en política italiana es mucho imaginar. El Partido Democrático se alió con el Movimiento 5 Estrellas, aunque tanto Matteo Renzi y su sucesor Nicola Zingaretti habían prometido no caer jamás en esa tentación.
Luigi di Maio, que acaba de anunciar que deja el liderazgo de los grillini, había dicho que nunca jamás pasaría por ese aro pero pasó. Renzi ha dejado el PD para formar Italia Vive, su apuesta para volver al gobierno a medio plazo.
Salvini no se volvió loco el verano pasado. Sabía que podía ganar si se convocaban elecciones anticipadas. En las elecciones europeas del 26 de mayo la Liga se impuso con claridad: un 34% de los votos, frente al 22% del PD y un 17% de sus entonces socios del Movimiento 5 Estrellas.
A esta endeble coalición de gobierno le quedan en teoría más de tres años de mandato. Para Salvini es una eternidad, así que puso sus ojos en el calendario electoral y se dio cuenta pronto que este domingo 26 de enero justo en Emilia-Romaña, la región más roja del país, tenía la oportunidad de lanzar un órdago al Partido Democrático.
Su candidata es Lucia Borgonzoni, quien ondea la marca Salvini para arrebatar la presidencia regional a Stefano Bonaccini, un curtido político del PD que proviene del movimiento pacifista.
En Calabria, punto fuerte de los grillini, una elevada abstención puede resentirse en sus resultados, lo que hará pensar a senadores de 5 Estrellas si no ha llegado la hora de pasarse a las filas de la Liga. La dimisión de Di Maio pretende contener esta fuga de senadores, que si se produce puede dejar sin mayoría al gobierno.
El despertar de las Sardinas
Para las Sardinas las elecciones de Emilia-Romaña son su primera prueba desde su creación a principios de noviembre. Andrea Garreffa, guía turístico de 32 años, uno de los cuatro fundadores de este singular movimiento anti populismo, recuerda a EL INDEPENDIENTE cómo fue su "despertar" en Bolonia el 14 de noviembre.
Nos enfrentamos a La Bestia... No importa lo que hagas sino que seas visible. No hay contenidos políticos", dice Andrea Garreffa, uno de los impulsores de las Sardinas
"Nos enfrentamos a un adversario que se conoce en Italia como La Bestia (aparato de propaganda de la Liga con 35 personas a su servicio). Utilizan estrategias que explotan los algoritmos de Facebook. No importa lo que hagas sino que seas visible. No hay contenidos políticos. Todo se juega en el ámbito de la comunicación", explica Garreffa en español, tras una concentración exitosa el pasado jueves en Bibbiano.
¿Es imbatible la Bestia? Xavier Peytibi, consultor político en Ideograma y autor de Las campañas conectadas, señala que "la Bestia es 'tan solo' una comunicación bien engrasada. Y enfatizo 'tan solo' porque no es nada sencillo conseguirlo. La comunicación de Salvini, como lo es hace ya tres años, se basa en la emocionalidad y el mensaje populista, algo difícil de lograr. Hay que saber perfectamente cómo generar percepciones en los electores indecisos, cómo ser recordado por esos electores y percibido como una alternativa clara al statu quo actual"
La comunicación de Salvini sabe cómo generar percepciones en los indecisos para ser recordado y considerado alternativa al statu quo", dice Xavier Peytibi
En el caso de Emilia-Romaña recuerda Peytibi cómo la izquierda gobierna hace 75 años, lo que hace el mensaje de Salvini y de la candidata de Lega aún más creíble. "El eslogan de su campaña, que dice 'Liberemos Emilia-Romagna', es un claro símbolo de ello, para desgracia del actual presidente de la región, que se defiende con cifras: en cinco años ha recorrido 220.000 kilómetros, y las cifras económicas son buenas. ¿Liberémonos de qué?, señala Bonaccini".
Garreffa, que ha estudiado Periodismo y Comunicación Medioambiental, vivió y estudió gracias a una beca Erasmus en Valencia. Por eso habla de su despertà, en valenciano. Los otros tres impulsores de ese despertar ciudadano son: Mattia Santori, Roberto Morotti y Giulia Trappoloni.
En la noche del 6 de noviembre Mattia, investigador en recursos energéticos, envió un mensaje a sus dos amigos, Roberto y Andrea, en el que les decía que quería comentarles algo urgente. Andrea confiesa que se asustó. Pensaba que a Mattia le había sucedido algo grave. Era importante porque el tiempo apremiaba. Había que frenar a Salvini en Emilia-Romaña.
'Milia-Romagna non si Lega'
Pensaron lemas y se les ocurrió: "Milia-Romagna non si Lega ("no se une" con alusión también al nombre del partido de Salvini, la Lega, en italiano). Ese mismo día se unió Giulia Trappoloni, la única que no es de Bolonia. Luego se les ocurrió que la idea de las Sardinas, en relación con los cuerpos apiñados, como contestación a las mentiras de Salvini sobre cuánta gente acude a sus mítines, podría funcionar.
Para demostrar que era imposible que en la Plaza Mayor de Bolonia cupieran 100.000 personas, como la Liga decía que había logrado reunir, llamaron a la gente a sumarse a la concentración. Cabían menos de 6.000 personas, y pegadas unas a otras como sardinas. Las sardinas habían despertado.
"No se pueden manipular los números, y menos los cuerpos de las personas. Llevamos los cuerpos a las plazas. Es un símbolo. No respetan la dignidad de las personas. Intentamos hacer despertar a los ciudadanos, pero también a los políticos para que vean lo que puede hacer la sociedad civil si no se queda en casa desencantada ", apunta Andrea Garreffa. En Bibbiano, este jueves, han logrado convocar a unas 5.000 personas de las 6.000 que viven en la localidad.
La gente necesitaba un despertador... Renunciar al voto significa renunciar a ser ciudadano. No importa cuánto te indigne la política pero tu participación es fundamental", señala Garreffa
Para los fundadores de las Sardinas la mejor noticia este domingo sería que la participación fuera muy alta. En las últimas elecciones regionales, en 2014, la participación fue de apenas un 37%.
"La sociedad italiana tiene mucha energía y mucha resiliencia cuando se trata de defender principios básicos de la coexistencia civil. La gente necesitaba de un despertador... Renunciar al voto significa renunciar a ser ciudadano. No importa cuánto te indigne la política pero tu participación es fundamental", señala Garreffa.
Son optimistas. No cuentan con 35 personas a sueldo para manejar los algoritmos y difundir mensajes en las redes. Son voluntarios.
"Pero hay mucha gente que lleva un móvil en su mano. Es una herramienta. En la plaza sale natural. El algoritmo de Facebook se pone a tu favor. Que no digan que los italianos les respaldan. Están pagando para ganar likes", afirma Andrea Garreffa, quien nos explica cómo el único dinero que han manejado han sido 70.000 euros recaudados a través de una plataforma transparente con el fin de organizar una gran movilización el 19 de enero. Acudieron unas 50.000 personas.
A juicio de Xavier Peytibi, autor de Las campañas conectadas y fundador de Beers & Politics, la campaña de Salvini sabe la importancia de las relaciones personales. "No se trata tanto de conocer gente, que también, sino de que a través de los contenidos creados por esas relaciones, y a través de las historias que esas personas contactadas explicarán a sus amigos y familias, o esas fotos que enviarán a sus grupos de whatsapp, la visibilidad de Salvini es cada vez mayor, así como las buenas percepciones generadas y la memorabilidad conseguida".
Y cita dos ejemplos: Salvini puede estar más de una hora haciéndose selfies y saludando cuando termina el mitin. "El tiempo dedicado a la gente a través de relaciones personales se multiplica exponencialmente gracias a contenidos y al boca oreja. Salvini lo sabe", comenta. Anuncia en sus redes en qué cafetería va a estar para que la gente se acerque y se haga selfies con él, le toque, en suma.
Las Sardinas no permiten consignas políticas ni banderas de ningún tipo en sus concentraciones. Aseguran que se identifican con la Constitución italiana, que consideran que "ha sido ignorada", en palabras de Garreffa. Su credo: "Luchamos contra cualquier forma de odio y discriminación, y toda política contraria a la integración social. Estamos contra el populismo de derechas y de izquierdas. Demandamos escucha. Queremos escuchar a los ciudadanos", relata el fundador de las Sardinas.
Hay partidos que han mostrado su curiosidad por el movimiento, lo que es lógico porque han abarrotado plazas que hace años que no se llenaban.
Marca diferencias Garreffa con el Movimiento 5 Estrellas. "Nació ya con la idea de entrar en política y su acto de fundación fue un insulto: aquel 'va fan culo' de Beppe Grillo.
No vamos a improvisar ni a convertirnos de la noche a la mañana en un partido. La popularidad no te hace buen político", dice Garreffa
"Nada más lejano de nosotros que ese tipo de lenguaje. Desde el principio decimos que los políticos necesitan a los ciudadanos. No vamos a improvisar ni vamos a convertirnos de la noche a la mañana en un partido. La popularidad no te hace buen político. El peor enemigo es la prisa. Vamos paso a paso. Hace un mes no imaginábamos que el movimiento cobraría esta dimensión. Seguimos planteándonos preguntas, más que respuestas", comenta este joven de Bolonia, formado como periodista en Italia, España y Estados Unidos.
Y la pregunta clave este domingo sería qué pasa si gana Salvini. ¿Sería el fin de las Sardinas? Andrea Garreffa responde rápido "La pregunta es qué pasa si pierde. Ha invertido mucho dinero y tiempo en su victoria. Si fracasa aquí, fracasa su narrativa y su idea de la política. Ofreceremos un ejemplo a Italia, y a toda Europa de que el populismo se puede derrotar si los ciudadanos lo quieren y si entienden los mecanismos de la comunicación en que vivimos y los utilizan a su favor".
Concluye: "Estamos en marcha". Las Sardinas desafían al tiburón al son del Bella Ciao.
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