La campaña será larga para ERC. Con las elecciones en el horizonte pero aún sin fecha, el partido republicano parte como gran favorito para ser la fuerza más votada en los próximos comicios autonómicos según el consenso de todas las encuestas publicadas en los últimos días. La formación, probablemente con Pere Aragonès a la cabeza pero siempre agitando el reclamo del encarcelado Oriol Junqueras, obtendría alrededor de 35 diputados mientras que Junts per Catalunya, aún sin un candidato definido, no pasaría de los 30.

Pero hasta entonces queda mucho. Y la experiencia de las últimas elecciones autonómicas, también de las europeas, invita a la cautela en Esquerra. Puigdemont puede en las urnas con Junqueras, aunque en esta ocasión deban enfrentarse por persona interpuesta. A ERC no le ayudará una campaña de fuego cruzado pero es lo que tendrá: Junts per Catalunya ya agita el fantasma del tripartito, que Aragonès se empeña en desmentir sin demasiado éxito y siempre con el espejo de Madrid. El apoyo de ERC a Pedro Sánchez en la investidura condiciona por completo el escenario de la campaña.

Los números de los primeros sondeos ayudan a situar a ERC en esa encrucijada. Tanto la encuesta de GESOP para El Periódico como la de Sociométrica para El Español reflejan el mismo escenario poselectoral: ERC primera fuerza con 33/35 escaños, JxCat 29/30, PSC 22/25, Ciudadanos 14/17, En Comú-Podem 11/12, CUP 8/9, PP 5/7, Vox 5/7.

Con estos números, el independentismo volvería a revalidar la mayoría absoluta en escaños con entre 70 y 74 escaños, por encima de los 69 que actualmente suman JxCat (33), ERC (32) y CUP (4). Está por ver, sin embargo, la influencia que puedan tener nuevas candidaturas independentistas con capacidad para fraccionar ese voto, como las que puedan surgir del movimiento de las Primàries o del Front Nacional.

Sin embargo, la opción de un tripartito liderado por ERC y apoyado por el PSC de Miquel Iceta y por los comunes sumaría entre 66 y 72 escaños, suficientes también para gobernar en función de la horquilla final. En las últimas horas, Aragonès ha incidido en que Esquerra no tiene "nada que pactar" con los socialistas, a los que reprocha no apoyar claramente el derecho a decidir y, por ejemplo, boicotear la comisión de investigación del Parlament sobre el 155, a la que el PSC no acude y por la que la pasada semana desfilaron los presos del procès.

Las diferencias entre ERC y JxCat, en cualquier caso, se han hecho tan profundas en los últimos meses que han terminado forzando la convocatoria de elecciones anticipadas y la escenificación de la ruptura, cuando los diputados de ERC no se levantaron para aplaudir a Quim Torra después de que la Mesa del Parlament, presidida por Roger Torrent, acatase al Tribunal Supremo y le retirase el acta de parlamentario.

Las encuestas publicadas durante los últimos días no dan ninguna opción de sumar a las opciones no independentistas, aunque plantean un escenario interesante para PP y Ciudadanos, que exploran la posibilidad de una coalición electoral similar a la que existe en Navarra.

Cs, que fue la primera fuerza en Cataluña en 2017, se hundiría en esta Comunidad Autónoma a imitación de su resultado nacional, y se quedaría alrededor de 15 diputados según GESOP y Sociométrica. El panel de Electomania les sitúa más abajo todavía, con sólo nueve parlamentarios.

En ese escenario, tanto Electomania como Sociométrica coinciden en que una coalición con el PP sería positiva para ambos partidos, que podrían aspirar a lograr 23 escaños yendo juntos a las urnas. Por separado, no superarían en ningún caso los 21. Con ese resultado, una hipotética 'Cataluña Suma' se acercaría incluso al sorpasso al PSC, mientras que Vox debutaría en el Parlament de Cataluña con entre 5 y 7 asientos.