Julio Corrochano, ex director de seguridad corporativa del BBVA y hoy imputado en la macrocausa que dirige el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, conocía que José Manuel Villarejo facturaba importantes sumas por los encargos de 'inteligencia' e investigación patrimonial que el banco le encargó durante más de una década.
Así se deduce de una de las conversaciones que ambos mantuvieron a finales de 2004 y que el controvertido comisario grabó a espaldas de su interlocutor. "¡Hijo de puta con lo que cobras!", le espeta Corrochano a Villarejo. El tono de la conversación, salpicada por continuos tacos, demuestra la familiaridad existente entre los dos.
El audio está fechado el 9 de diciembre de 2014, cuando Villarejo estaba en activo en el Cuerpo Nacional -su jubilación voluntaria no tuvo lugar hasta el 22 de junio de 2016- y su grupo empresarial llevaba ya diez años trabajando para el BBVA. La transcripción literal de aquella conversación, realizada por la Policía tras intervenir la cinta durante el registro del domicilio del antiguo agente encubierto, consta en las actuaciones cuyo secreto ha levantado este lunes el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón al considerar que ya están aseguradas las fuentes de prueba para esclarecer los hechos.
Corrochano.-Bueno, a ver. He estado hablando ahora con el director general, el 'presi' me ha dicho: que vale, que no sé qué... que al final de esta semana a lo sumo, primeros de la que viene que me decía...
Villarejo.-Muy bien.
C.-Lo que hay que hacer. Y joder...
V.-¿El qué?
C.-¡Hijo de puta con lo que cobras!
V.-No, macho...
C.-Hijo de puta.
V.-Espera.
C.-Yo no he dicho nada y porque...
V.-Julio, Julio...
C.-(Ininteligible) toca los cojones. Pero...
V.-Hazme caso, mira...
C.-Tú estás loco, tío.
V.-¿Bueno, ¿me quieres hacer caso?
C.- Salvo que me la resuelvas (se ríe).
V.-Claaro, claro no, no, no...
Éste es un fragmento de la conversación que, durante 26 minutos y 38 segundos, Corrochano y Villarejo mantuvieron aquel martes del invierno de 2004 y que los agentes transcriben por considerarlo "de interés para esta investigación". Cabría inferir que el entonces jefe de seguridad del banco informaba a su interlocutor acerca de cuándo se le pagaría alguno de los trabajos.
Corrochano declaró a 'El Independiente' que "nunca firmó ni contrató" con Villarejo sino con su socio y que sólo comió con él "una o dos veces en 30 años"
De acuerdo con las pruebas reunidas en esta pieza separada del caso Tándem, el grupo empresarial controlado por el comisario retirado José Manuel Villarejo (Cenyt) empezó a facturar al BBVA por los servicios prestados en 2004, cuando Corrochano llevaba ya casi dos años ejerciendo como director de seguridad corporativa de la entidad financiera. Su contratación tuvo lugar a principios de septiembre de 2002.
Este directivo había desarrollado toda su carrera profesional en el Cuerpo Nacional de Policía, donde llegó a ser comisario general de Policía Judicial durante ocho meses en 2002 (del 2 de enero al 4 de septiembre) tras haber ocupado la Jefatura Superior en Madrid (de julio de 1998 a enero de 2002). Fue presuntamente la persona que abrió la puerta para que el controvertido policía -en prisión preventiva desde noviembre de 2017- empezara a trabajar para el banco.
En el auto por el que ha acordado levantar el secreto de sumario, el titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional cifra en 10.284.689,30 euros el dinero que el BBVA ingresó en cuentas del grupo Cenyt (Club Exclusivo de Negocios y Transacciones) por los servicios llevados a cabo. Ésa es la facturación acumulada entre los años 2004 y 2017, lo que convierte claramente a la entidad financiera que presidía Francisco González -también llamado al procedimiento en calidad de investigado- en el principal cliente para el polémico policía.
En conversación telefónica con El Independiente, Julio Corrochano dijo en enero de 2019 que había comido "una o dos veces en 30 años" con Villarejo y que creía que el comisario había dejado el control de sus empresas en manos de su familia tras reincorporarse al servicio activo en el Cuerpo Nacional de Policía tras una excedencia de diez años (1983-1993). De haberlo sabido, aseguró, no se habría contratado a sus empresas.
El ex director de seguridad del BBVA, ya jubilado y en libertad provisional tras depositar una fianza de 300.000 euros, mantuvo que "nunca firmó ni contrató" con el propio comisario sino con Rafael Redondo -socio de Villarejo y también imputado en el caso Tándem- y que "daba por hecho" que aquél "estaba dedicado exclusivamente a sus labores en el Ministerio del Interior". "Nunca pisó el banco", enfatizó.
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