Los cámaras grababan la escena con atención. Unos agricultores se deshacían de 2.500 kilos de tomates y se los arrojaban como comida a un rebaño de ovejas. El objetivo era denunciar que una especie de tomate se vende a 5 y 6 euros en las tiendas mientras que los agricultores sólo reciben 15 céntimos. Pero, en general, los tomates en España no son tan caros ni la gente del campo cobra tan poco por ellos. Sin embargo, Podemos no dudó en rescatar el vídeo y compartirlo sin contextualizar en su cuenta de Twitter, donde acumula más de 10.000 interacciones.
La crisis de los precios agrícolas ya es una nueva batalla política. Los agricultores y ganaderos llevan tiempo quejándose del desplome de los precios en origen de sus productos. Fue la semana pasada, tras las cargas policiales en Don Benito (Extremadura), cuando el grito del campo se escuchó por toda España. Ningún partido político niega la maltrecha situación de estos sectores, pero sí se agarran a diferentes teorías sobre qué ha provocado esos precios. De momento, la respuesta del Gobierno para calmar los ánimos de los agricultores ha sido apuntar a los supermercados.
El debate, por tanto, está abierto. Muchos de los productos agrícolas y ganaderos cuestan mucho más en las tiendas que en el campo. Pasa con las patatas, las fresas, el conejo o las aceitunas. En este contexto, Unidas Podemos compartía este miércoles en su cuenta de Twitter, con más de 1.400.000 seguidores, el vídeo de los agricultores tirando tomates. "No se quejan del SMI, sino de que les pagan precios de miseria", añadían los de Iglesias.
Esta acción de tirar los tomates fue llevada a cabo por la Asociación Unión de Agricultores Independientes el pasado 8 de enero, en la barriada almeriense de Loma Cabrera. Según Efe, estos agricultores arrojaron entre 2.000 y 2.500 kilos de tomate por el bajo precio que cotizaban por este producto: 15 céntimos el kilo. El colectivo explicó entonces que el tomate que tiraban para que se lo comieran los animales era una especialidad que sólo se cultiva en España.
Podemos rescató el momento y compartió el vídeo de los agricultores de Almería en plena escalada mediática de la crisis del campo. Además, en su tuit, la formación morada transcribió la declaración de uno de los agricultores: “El ciudadano paga el tomate a 5 y a 6 euros, y a nosotros nos lo compran a 10 céntimos”. Sin más explicaciones que esos segundos de vídeo y el texto que lo acompaña, el tuit puede dar a entender que esa es la situación general que vive el tomate en España. Cada mes, la COAG, una de las organizaciones agrarias que ha impulsado las protestas, elabora un índice con la diferencia de precios de un producto en el campo y sobre la mesa. La lista sólo especifica el precio de una especie de tomate, el de ensalada, porque son los que mejor representan el consumo a nivel nacional de esta fruta.
Así, en enero, los tomates se vendieron al público a 1,99 euros -frente a los 5-6 € que denuncia el vídeo difundido por Podemos-, mientras que su cotización en el campo fue de 55 céntimos -a diferencia de los 15 céntimos que dice el colectivo sobre esa especie en particular-. Es decir, los tomates costaron en las tiendas 3,62 veces más que el precio pagado a los agricultores. Hay que tener en cuenta que la volatilidad de los precios puede hacer que en los peores días el valor en origen del tomate se desplome a pocos céntimos, pero la COAG publica la media del precio de todos los días del mes. Tanto en diciembre como en noviembre la relación origen-destino del tomate de ensalada fue prácticamente la misma. En agosto del año pasado, sin embargo, el precio sobre la mesa se situó en 1,74 euros el kilo y en el campo a 64 céntimos.
La diferencia de precios en otros productos es más significativa. El kilo de patatas costó en enero en el súper 1,25 euros frente a los 17 céntimos pagados a los agricultores y el de cordero se vendió a 11,35 euros en las tiendas y a 3,34 en origen. La mandarina, las naranjas, el ajo y el repollo costaron seis veces más en los escaparates que el valor que cotizaron los agricultores y ganaderos por estos productos. El precio en mercado de las aceitunas entamadas, la pera o el plátano cuatriplica a su valor en el campo, mientras que las cebollas multiplicaron su precio por siete.
Tras reunirse con las principales asociaciones agrarias -Asaja, COAG y UPA-, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha puesto sobre la mesa sus propuestas para atajar la crisis del campo y calmar a los agricultores. El Gobierno quiere reformar la Ley de la cadena alimentaria y debatir algunas estrategias que se han visto (o se ven) en los supermercados: la venta a pérdidas, es decir, por debajo de los costes de producción; y las campañas publicitarias que utilizan productos como reclamo. Aunque Pedro Sánchez ha pedido "autocrítica" a las grandes distribuidoras, Planas las incluye como parte de la "solución al problema" y aboga por "reequilibrar" la cadena y no por aumentar los precios al consumidor, según informa Efe.
"No se quejan del SMI"
El tuit de Podemos con el vídeo viral esconde otra afirmación que no es cierta. Aseguran que los agricultores "no se quejan del SMI". Si bien el Gobierno y los principales sindicatos -UGT y CCOO- sostienen que la subida del salario mínimo interprofesional a 950 euros no acentúa la crisis agrícola, las principales asociaciones del sector sí que lo identifican como uno de sus problemas, aunque no el más grave de ellos.
El campo se queja de los grandes supermercados y, en menor medida, del SMI, pero también de la "competencia desleal" de los productos importados por países no comunitarios, de los aranceles impuestos por Donald Trump, del aumento general de los costes de producción y de los requisitos para acceder a las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea.
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