La disposición de las direcciones nacionales de PP y Ciudadanos a concurrir bajo las mismas siglas a las próximas elecciones catalanas ha sido bien recibida por los sectores constitucionalistas, que creen, sin embargo, que dicha unidad de acción no sólo resulta insuficiente, sino que, incluso, puede restar más que sumar. De ahí su defensa de un "frente amplio" que vaya más allá de uno y de otro partido con el concurso de personalidades de distinto espectro ideológico y que pase por la "reconciliación" entre Inés Arrimadas y Manuel Valls, de modo que remen en la misma dirección.
Una de las organizaciones que está trabajando activamente por ese frente es Sociedad Civil Catalana (SCC), cuyo presidente, Fernando Sánchez Costa, se reunió la semana pasada con el ex primer ministro francés, según ha podido saber El Independiente. Sánchez Costa mantiene también una relación fluida y con Inés Arrimadas. La intención no es tanto que Valls se incorpore a la lista autonómica y mucho menos que la encabece, pero sí exprese su apoyo público a una candidatura de unidad sin contribuir a la división del voto con otra oferta electoral que debilitaría aún más el frente constitucionalista.
Las relaciones de Valls con Ciudadanos pasaron de la luna de miel de una lista única para el ayuntamiento de Barcelona en las municipales de mayo pasado, al divorcio cuando el ex primer ministro francés decidió apoyar la investidura de Ada Colau para impedir que el independentista Ernest Maragall, de ERC, se hiciera con la alcaldía de Barcelona. Resultó traumático hasta el punto de que la relación con Albert Rivera saltó por los aires y, todavía, no se han cerrado las heridas. En este sentido, las fuentes consultadas apuestan por la necesidad de superar estos conflictos "para conseguir una candidatura potente con la que hacer frente al independentismo". Se trata, en definitiva, "de dilucidar dónde están las prioridades".
El objetivo es evitar una sangría del voto de la izquierda moderada que apoyó a Arrimadas en 2017
La idea no es solo agrupar todo lo que está a la derecha del PSC sino evitar una sangría del voto de centro-izquierda que en 2017 apostó por Inés Arrimadas y ahora sopesa volver a la "casa-madre" de los socialistas catalanes con Miquel Iceta a la cabeza. Por eso la suma de PP y Ciudadanos no es suficiente "dado que a veces en política uno más uno no son necesariamente dos", advierten los medios consultados. Cabe recordar el millón de votos que Podemos e Izquierda Unida se dejaron por el camino en apenas seis meses, entre las elecciones generales de diciembre de 2015, a las que concurrieron por separado, y las de junio de 2016, cuando fueron en coalición.
Y aunque formalmente tanto PP como Ciudadanos afirman que no hay negociaciones oficiales, al menos hasta que pase el congreso que los naranjas celebran en marzo, lo cierto es que las cosas van avanzando por los márgenes de ambos partidos, hasta el punto de que parece haber coincidencia en la búsqueda de un candidato que, siendo firme en la defensa de la unidad de España y contra el independentismo, no espante al voto de la izquierda moderada. Así, una de las personas sondeadas fue el eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, del sector socialdemócrata, crítico con la unidad de acción con los populares. Parece que Cañas, con un fuerte ascendente entre la militancia naranja catalana, ha declinado la oferta.
De Carreras y Piqué, entre los nombres barajados para la candidatura de unidad
Los ojos se vuelven ahora hacia Nacho Martín Blanco, fichado por Ciudadanos como independiente para las elecciones del 21-D de 2017. Diputado en el Parlament, este periodista, tertuliano, politólogo y declarado liberal ha sido siempre muy bien visto por el PP, que también sopesó su captación. Tendría de este modo el respaldo de ambas formaciones políticas, aunque la idea es ampliar la base electoral con un nombre que no espante el voto ni a derecha ni a izquierda, de modo que, aunque la suma de ambos partidos no llegue ni de lejos a los cuarenta escaños que hoy suman (36 de Ciudadanos por 4 de PP) el descenso no derive en debacle.
Francesc de Carreras es otro "fichaje" deseable para engrosar la lista de unidad constitucional. De ideario socialdemócrata y uno de los padres fundadores de Ciudadanos, dejó precisamente el partido por el "giro a la derecha" de Albert Rivera al descartar un pacto con Pedro Sánchez tras las elecciones generales del 28-A. No fue el único en dar el portazo. Le siguieron otros como Xavier Pericay, Toni Roldán, Javier Nart o Francisco de la Torre.
De Carreras se ha incorporado al consejo consultivo de SCC, de nueva creación. Y lo ha hecho junto a más personas significadas en su crítica al independentismo, entre ellas el ex ministro Josep Piqué, convertido en otro nombre a tener en cuenta en esta operación constitucionalista catalana, hasta el punto de que podría entrar también esta candidatura de amplio espectro.
El presidente de este Consejo, José Rosiñol, afirmó el pasado día 3 en el acto de presentación del mismo que "seremos un think tank extraño, también action thank". Y Sánchez Costa dejó muy claras sus intenciones al animar al voto y defender que "no es bueno acudir a las urnas con ocho marcas constitucionalistas", sino que es "necesario agrupar, sumar, ir con pocas candidaturas, visibles, reconocibles, fuertes y con moral de victoria". "Tampoco ir con una sólo, pero no con ocho. Estamos por una agrupación que pueda potenciar los resultados teniendo en cuenta la ley electoral catalana". Y en eso está.
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