La alegría entre las filas socialistas y republicanas después de que Pedro Sánchez y Quim Torra completaran sin sobresaltos el primer paso hacia la mesa de diálogo entre gobiernos podría tener los días contados. Las dos principales voces de Jxcat, Carles Puigdemont y Quim Torra, han insistido en las últimas horas en la necesidad de que esa mesa incorpore la figura de un relator o mediador internacional. Fue prácticamente la única negativa explicitada por el presidente del Gobierno tras la hora y media de reunión con Torra en el Palau de la Generalitat: "el mediador van a ser los 47 millones de españoles testigos del dialogo franco y sincero".
Fue el pistoletazo de salida para que Torra iniciara la reivindicación de esta figura, que ha ido adquiriendo protagonismo en el discurso independentista con el paso de las horas. El presidente catalán insistió en ella el mismo viernes, tras un encuentro con alcaldes franceses de las comarcas catalanas del sur de Francia. Y lo repitió con ahínco el sábado, en el acto con el que JxCat dio el pistoletazo de salida a su precampaña electoral.
Este lunes, Puigdemont le ha dado categoría de eje estratégico a la reivindicación al avalarla a las puertas del Parlamento Europeo, aprovechando la atención mediática al estreno como eurodiputada de la ex consellera Clara Ponsatí. Mientras, desde Esquerra niegan una maniobra para "reventar" la mesa de negociación que debe volver a reunirse este mes de febrero. Pero la convocatoria, esta semana, de la mesa de partidos y entidades independentistas para rendir cuentas sobre el encuentro Sánchez-Torra y fijar la estrategia de la "delegación independentista" augura más dificultades para mantener la velocidad que Esquerra reclama imprimir a la puesta en marcha de esas negociaciones.
Desconfianza en el Gobierno
Puigdemont insiste en la necesidad de la figura del relator y argumenta la desconfianza en el Gobierno en la deslealtad de la que, según él, hizo gala el Gobierno Rajoy en octubre de 2017. "La experiencia de octubre del 17 nos aconseja fervorosamente que no nos fiemos" apuntó Puigdemont, que en los últimos tiempos insiste en que la convocatoria de elecciones en vez de la declaración de independencia no hubiera evitado el 155.
Pero el ex presidente fugado fue ayer más allá, y recordó que el relator "es el elemento que hizo levantar al Gobierno" de la mesa con la Generalitat tras el encuentro de Pedralbes, "porque no aceptaba algo fundamental en una negociación entre dos partes que dicen respetarse mutuamente". Una insistencia nada inocente en la figura que sabe polémica para el Gobierno de Pedro Sánchez. La mejor manera de avanzar en la negociación es "que nos pongamos de acuerdo en la figura del relator, la experiencia nos aconseja que aquello que defendimos ante el Gobierno y el Gobierno no aceptó lo mantengamos, porque será lo más útil si se quiere llegar a acuerdos y respetarlos".
Puigdemont avalaba así el envite de Torra a Pedro Sánchez. El president anunció el sábado que su primera reclamación en la próxima reunión entre ambos gobiernos será la elección de un mediador. "Este diálogo se tiene que hacer con un mediador" advirtió Torra en un acto en el que no se ahorró críticas a sus socios de ERC, a los que acusó de defender un "independentismo pragmático" sin resultados reales.
El presidente catalán recordó además la moción aprobada el viernes en este sentido, con los votos de ERC, JxCat y la CUP, para argumentar que el Govern debe obedecer los mandatos del Parlament. También la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, se refirió a esa moción, asegurando que ellos también defienden la figura del mediador. Pero dejó claro que no van a condicionar la mesa de negociación a esa exigencia.
Esquerra intenta rebajar el tono
"Mediador internacional es buena opción, si es posible que esté mejor, pero no lo ponemos como condición sine qua non, que haya mesa de negociación es más importante que el mediador en esta mesa de negociación", según Vilalta, que intentaba así rebajar el tono de las exigencias de Torra. Los republicanos insisten en que lo importante es aprovechar la oportunidad dada a la negociación.
El Gobierno, mientras, evita el conflicto con los independentistas catalanes, a la espera de que JxCat y ERC dedican quién integrará la parte independentista, después de que Pablo Iglesias confirmara ayer que formará parte del equipo negociador del Gobierno. Preguntada por esta cuestión, la vicepresidenta Carme Calvo se limitaba a apuntar que lo que hay que hacer es "dialogar, lo sabe todo el mundo".
Más contundente se mostraba la portavoz del PSC, Eva Granados, que rechazó la necesidad de un mediador. "Cuando nos sentamos en una mesa los dos gobiernos se parte de la base de que hay un reconocimiento entre un gobierno central y un gobierno de comunidad autónoma, ya que no es necesario, en ningún caso, la figura de un mediador", ha afirmado Granados.
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