En el baile de reuniones, llamadas, y contactos "esporádicos" que en los últimos días han protagonizado PP y Ciudadanos se ha escrito al menos un punto y a parte, a la espera de lo que ocurra en los comicios catalanes, aún sin fecha aunque previstos entre mayo y junio. Y el resumen para las urnas que se abrirán el próximo 5 de abril es el siguiente: coalición sí, pero sólo en País Vasco. En Galicia los indicios acaecidos en las últimas horasapuntan a que la fórmula pasará finalmente por papeletas separadas, con Génova apeada en el 'no' y Ciudadanos resistiéndose a diluir sus siglas en las del 'todopoderoso' barón gallego.
El pacto en País Vasco ha sido confirmado a última hora de esta tarde por fuentes de ambos partidos. El acuerdo estaba ya en su fase final, aunque hasta ayer mismo los naranjas supeditaban las papeletas conjuntas en este territorio a que también las hubiese en Galicia, en lo que defendían como una suerte de pack indivisible que, finalmente, ha terminado despegándose. Ambos comicios se celebrarán el mismo día: el próximo 5 de abril.
El "principio de acuerdo" ha sido alumbrado a tenor de una reunión mantenida en la tarde de este miércoles entre el diputado de Ciudadanos y miembro de la gestora, José María Espejo y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en una cita que ha transcurrido fuera de las paredes del Congreso de los Diputados.
No obstante, aún quedan por recortar los últimos flecos de la negociación. Algunos de estos detalles podrían resolverse mañana, como es el caso del nombre de la coalición a registrar. Se da casi por descartada la fórmula de Mejor Unidos, la nomenclatura propuesta desde el principio por Inés Arrimadas que no gusta en tejado popular, mientras que cobra fuerza la posibilidad de que en las papeletas aparezcan simplemente los nombres de ambas fuerzas políticas, PP y Cs. Algo más tardarán en conocerse los nombres que integrarán la lista fruto de la primera experiencia conjunta después de Navarra Suma, cuyo plazo expira el próximo 1 de marzo. Sin embargo, algunos datos ya se dan por descontado, como el liderazgo del popular Alfonso Alonso o la integración de cuadros de la sociedad civil y de UPyD, como Maite Pagazaurtundúa, un nombre que también agrada en las filas populares, o el aspirante a lehendakari por la formación naranja, Luis Gordillo.
La coalición en Euskadi era cuestión de tiempo. Ciudadanos ha ido abandonando poco a poco el órdago mantenido para presionar a Génova con el "escollo" gallego. Y ha aguantado hasta el límite, conscientes de que el calendario aprieta -este jueves finaliza el plazo para inscribir coaliciones en Galicia, y el viernes en País Vasco- y que Inés Arrimadas ya quemó, en la mañana del miércoles, su última bala: la llamada fallida a Alberto Núñez Feijóo, que les inscribe a negociar la integración de dirigentes naranjas en sus filas para las autonómicas gallegas como única alternativa viable.
La coalición con el PP vasco deberá ser ratificada por el Consejo General de Ciudadanos, que se celebrará en la tarde de este jueves
De hecho, el combativo discurso de Ciudadanos ya comenzó a desinflarse a raíz de la citada conversación telefónica. "Sería muy triste que por el 'no' de Feijóo se viesen perjudicados miles de vascos que quieren una alternativa constitucionalista", afirmaban fuentes conocedoras de la negociación.
No es casualidad que el pacto haya visto la luz finalmente este miércoles. De hecho, estaba previsto que, a más tardar, hubiese una resolución por la mañana. Ciudadanos controla los tiempos y ha apurado los plazos hasta el límite, convocando a su Consejo General, máximo órgano entre Asambleas, para la tarde de este jueves, donde debe someterse a votación el registro de la coalición electoral en País Vasco y la modificación de los Estatutos del partido. Importante recordar en este punto que el partido naranja sigue en situación de interinidad y, según su reglamento interno, deben transcurrir cuatro meses desde la celebración de una Asamblea General -prevista para el próximo 14 y 15 de marzo- hasta su participación en unas elecciones, ya sean generales o autonómicas.
Próxima batalla: Cataluña
Aunque Alberto Núñez Feijóo aseguraba ayer que de la conversación telefónica con Inés Arrimadas había inferido que ambos estaban "de acuerdo" en seguir "explorando fórmulas" la próxima semana -conscientes de que más allá de este jueves la única vía posible de colaboración es una integración de los naranjas en las listas azules-, en Ciudadanos predomina, al menos por ahora, la idea de que se presentarán a las elecciones gallegas en solitario, candidatura que se encarnaría en la figura de la ex diputada por Pontevedra y responsable adjunta de Comunicación de la dirección interina liberal, Beatriz Pino.
Los naranjas han abandonado, por tanto, el ultimátum sostenido en los últimos días firmando el acuerdo en País Vasco, aunque no se descarta el escenario de firmar su vendetta cuando llegue el momento de negociar -o no- la coalición en Cataluña. "No hay nada decidido, veremos", apuntan desde el partido. La formación que encabeza Lorena Roldán en la región catalana aventaja, por mucho, a los de Alejandro Fernández, aunque las malas previsiones que acechan a los naranjas presionan al partido con perder uno de sus últimos grandes feudos. La división, entienden algunos dirigentes liberales, se saldaría con un resultado negativo, pues algunos escaños los terminaría robando PP y, en menor medida, Vox. "No es la situación más idónea", apuntan.
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