Ser millonario no es condición sine qua non para ser presidente de Estados Unidos. Pero el actual inquilino de la Casa Blanca es el presidente más rico hasta ahora, con una fortuna estimada de 3.100 millones de dólares, y aspira a sucederlo el ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, la octava fortuna de Estados Unidos. Su patrimonio, según la última valoración de Forbes, ronda los 62.000 millones de dólares.
El más modesto de sus rivales por la candidatura demócrata, el aspirante que ha dado la sorpresa en Iowa y New Hampshire, Pete Buttigieg, apenas cuenta con 100.000 dólares, 620.000 veces menos que el ex alcalde de Nueva York.
Mike Bloomberg, que acaba de cumplir 78 años el 14 de febrero, está haciendo una campaña excepcional. Este jueves se ha estrenado en el debate en Las Vegas, junto a Bernie Sanders, que tendrá 79 el día de las presidenciales; Pete Buttigieg, recién cumplidos los 38 años; Joe Biden, que cumple 78 en noviembre; Elizabeth Warren, 71 el próximo verano; y Amy Klobuchar, que tendrá 60 en mayo.
El ex alcalde de Nueva York ha bajado a la arena en Las Vegas y sus rivales en la carrera demócrata le han convertido en el objetivo número uno, o dos después de Donald Trump, de sus ataques. En lo único en que han coincidido los seis participantes en el debate de Las Vegas ha sido en que urge que Trump deje la Casa Blanca.
Los demócratas asumen un enorme riesgo si ahora sustituyen a un milmillonario por otro", afirma Warren
Ha sido la senadora Elizabeth Warren, la más combativa en el primer debate en el que ha participado el milmillonario, quien ha dado la puntilla al ex alcalde de Nueva York. "Los demócratas asumen un enorme riesgo si ahora sustituyen a un milmillonario arrogante por otro", ha sentenciado Warren.
"Estamos ante un milmillonario que trata a las mujeres como 'gordas sebosas' y lesbianas cara de caballo. No estoy hablando de Donald Trump, sino de Michael Bloomberg... No vamos a ganar con un candidato que tiene un historial de acoso a las mujeres, ocultación de declaraciones de impuestos, abusos racistas en la lucha contra los delincuentes... Es hora de tener un presidente que esté a lado de las familias de trabajadores", ha dicho la senadora.
Los últimos en dejar la carrera por la candidatura demócrata han sido Andy Yang, empresario de startups de origen taiwanés, y el senador por Colorado Michael Bennett. Los dos cayeron después de los resultados de New Hampshire, el pasado 11 de febrero.
Bloomberg no va a competir hasta el Supermartes, el próximo 3 de marzo, cuando se celebren primarias en 15 estados, entre ellos Texas y California. Será su apuesta todo o nada. Esta noche participa por primera vez en el debate de aspirantes demócratas, que se celebra en Las Vegas. Este mes aún tendrán lugar los caucus de Nevada (22 de febrero) y las primarias de Carolina del Sur (29 de febrero).
Desde los años 70 ningún aspirante a la carrera presidencial ha llegado a ser candidato sin quedar primero o segundo en Iowa y New Hampshire. Quienes quedaron en cabeza en esta campaña han sido el senador por Vermont, Bernie Sanders, y el candidato revelación, Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend, Indiana.
Pero antes que Trump nadie sin experiencia política previa había ganado unas presidenciales. Y nadie tiene tanto dinero y tantos medios a su disposición como Bloomberg.
"Bloomberg ha omitido los primeros cuatro estados en las primarias. Se ha centrado en hacer campaña intensiva, con una inversión sin precedentes, en los estados del Supermartes. Este modo de hacer campaña, que nunca ha funcionado, sin embargo le ha servido para subir rápidamente en las encuestas, que le colocan tercero y subiendo. Que sea el único candidato que ya haga publicidad en Florida hace que haya que tenerle muy en cuenta", señala Xavier Peytibi en un artículo titulado Las claves de Bloomberg, consultor en Ideograma y autor de Seis historias que explican la victoria de Donald Trump.
En la media que hace RealClearPolitics ya figura en tercer lugar, detrás de Bernie Sanders y del ex vicepresidente con Obama, Joe Biden.
Un hombre hecho a sí mismo
Bloomberg, hijo de un contable de una lechería que no llegó a superar los 6.000 euros de ingresos anuales, cofundó la empresa financiera, de datos y medios con su mismo nombre, Bloomberg Limited Partnership, en 1981.
Posee el 88% de esta compañía, que obtuvo 10.000 millones de dólares de beneficios en 2018. Emplea a 20.000 personas en 120 países. Presume de ser el mayor filántropo de EEUU.
Es un hombre hecho a sí mismo, mucho más allá que Trump, cuyo padre ya hizo una fortuna en el sector inmobiliario. Estudió ingeniería en la Universidad John Hopkins de Baltimore. Su primer empleo una vez licenciado fue en el banco de inversión Salomon Brothers. Cuando fue despedido en 1981, empleó los diez millones de dólares en fundar su propia empresa.
Quien fuera alcalde de Nueva York durante tres mandatos (de 2002 a 2013) acaba de anunciar que, de ser elegido presidente de EEUU, venderá la empresa, que primero estaría en un fideicomiso ciego.
Ya ha invertido más de 350 millones de dólares de su fortuna personal en anuncios digitales, de televisión y radio. Dedicó 11 millones de dólares a publicidad solo en la Superbowl.
Trabajan en su campaña por la candidatura demócrata 2.400 personas, incluidos influencers muy volcados en Instagram, esparcidos por 43 estados y cuenta con 150 oficinas. "El objetivo es crear un aura de profesionalidad y de invencibilidad", puede escucharse en un podcast reciente de Politico.
De momento no ha pedido dinero para sufragar su campaña, algo que puede permitirse. Su fortuna es 13 veces superior a la del resto de los aspirantes juntos, incluido el presidente, quien, a diferencia de Bloomberg heredó de su padre una fortuna inmobiliaria. Trump y Bloomberg han tenido hasta ahora buena relación, algo que puede jugar en contra del ex alcalde de Nueva York.
Trump ha puesto cero dólares en su campaña electoral, a pesar de que cuenta con una fortuna de más de 3.000 millones de dólares. Después de Trump el presidente más rico de EEUU fue John F. Kennedy.
La prueba de que el dinero no lo es todo para llegar a la Casa Blanca tiene nombre y apellidos en esta campaña: Tom Steyer. Ha hecho su fortuna, estimada en 1.600 millones de dólares, en fondos de inversión y en esta ocasión, en lugar de apoyar a un candidato, lo está intentando, pero sus posibilidades son prácticamente nulas.
Izquierdistas y millonarios en dólares
Nadie puede compararse con Mike Bloomberg, pero los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, del ala más a la izquierda del Partido Demócrata, cuentan con un patrimonio millonario. Elizabeth Warren y su marido Bruce Mann, los dos catedráticos en Harvard, tienen un patrimonio personal de unos 12 millones de dólares.
La pareja de profesores tienen sus ahorros, unos cuatro millones de dólares, en los fondos de pensiones TIAA-CREF para educadores y empleados en empresas sin lucro. Poseen dos propiedades, una mansión victoriana valorada en tres millones de dólares en Cambrigde, Massachusetts, y un apartamento en Washington DC de unos 800.000 dólares.
El senador por Vermont cuenta con un patrimonio de unos 2,5 millones de dólares. Sanders atribuye su fortuna a las ventas de sus libros. "Escribí un best-seller. Si tú escribes uno, puedes ser millonario también", ha dicho recientemente a The New York Times.
Su gran éxito fue Our Revolution: A Future to Believe In, del que ha vendido 220.000 copias. Desde que participó en las primarias demócratas en 2016 ha publicado un libro por año. Todos superan los 20.000 ejemplares vendidos.
El ex vicepresidente Joe Biden, quien se presenta como el hombre de clase media, es genuina clase alta. Su fortuna supera los nueve millones de dólares. Desde que dejó la Casa Blanca sus ingresos se multiplicaron gracias a contratos millonarios también de la industria editorial.
Lejos, lejísimos de todos ellos está Pete Buttigieg, quien también es mucho más joven. El resto son septuagenarios (Bloomberg, Sanders, Warren, Biden), y dos sexagenarios (Steyer y Klobuchar), quienes tienen menos opciones. A sus 38 años, Buttigieg (Pete, como es más conocido) vive cómodamente en el Midwest pero su patrimonio apenas llega a los 100.000 dólares.
Los préstamos universitarios y su decisión de dejar un puesto muy bien remunerado en una consultora para volcarse en política explican que su patrimonio sea tan modesto en comparación con sus rivales. Durante casi ocho años fue alcalde de South Bend, la cuarta ciudad de Indiana, y su esposo, Chasten, ha trabajado como profesor de teatro.
Quien ha sido la estrella de los caucus de Iowa, ensombrecida por el caótico recuento, y las primarias de New Hampshire, cuenta ya con más de 50 millones de dólares de recaudación, y ha movilizado a miles de activistas y voluntarios en favor de su causa. En Iowa y New Hampshire el esfuerzo ha dado frutos, pero la carrera hasta la Convención Nacional Demócrata del verano es extremadamente dura.
El dinero no da la Casa Blanca, pero ayuda mucho.
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