El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene previsto arrancar campaña este domingo en Galicia salvo que la cita del Consejo Europeo a la que acude esta semana se dilate. El objetivo es impedir la mayoría absoluta del todopoderoso barón popular, Alberto Núñez Feijóo, para hacerse con la presidencia de un territorio donde los socialistas sólo han gobernado a finales de la década de los ochenta con Fernando González Laxe, tras una moción de censura, y entre 2005 y 2009 cuando un octogenario Manuel Fraga perdió la mayoría absoluta por un escaño.
Si Núñez Feijóo no revalida la mayoría absoluta que ha conseguido en las tres anteriores elecciones autonómicas, no sólo pierde un territorio fundamental para los populares sino que, además se debilita, de rebote, el liderazgo de Pablo Casado, a quien Sánchez no se cansa de recordar que tiene por delante cuatro años de legislatura en la oposición. Lo cierto es que el gallego también se juega seguir siendo uno de los referentes del PP, la bala en la recámara de la que echar mano en caso emergencia. En definitiva, perder Galicia supone para los populares una doble tragedia y para los socialistas una forma directa de debilitar al primer partido de la oposición en el presente y futuro.
Además de Sánchez se movilizarán los ministros socialistas y la dirección de Ferraz en apoyo de su candidato, Gonzalo Caballero, sobrino del incombustible alcalde de Vigo y ex ministro, Abel Caballero. Es la enésima apuesta de los socialistas por romper la hegemonía popular gallega que, a pesar de llevar once años de ejercicio ininterrumpido del poder no parece dar signos de desgaste, al menos a nivel autonómico, porque el triunfo de los socialistas en Galicia en las generales del 28-A les insufló de optimismo por el futuro, aunque el 10-N les volviera a colocar en el segundo puesto de la tabla.
PSOE y Podemos deberán modular el alcance de su confrontación en la lucha por el voto de la izquierda
Sánchez carece de cuota territorial gallega en el Consejo de Ministros, sí la tiene, en cambio, Unidas Podemos con la titular de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, al frente. Díaz es uno de los miembros del Gobierno con mayor proyección y la aprovechará para hacer campaña muy probablemente de la mano del vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias. Tanto en Galicia como en el País Vasco los socios del Gobierno de coalición deberán medir el alcance de su confrontación electoral en la lucha por el voto de la izquierda.
Aunque fuentes socialistas aseguran que tanto la cita gallega como la vasca son igual de importantes para ellos, lo cierto es que las posibilidades de hacerse con la Lendakaritza resultan mucho más remotas que con la Xunta. A fin de cuentas, no se trata tanto de que Feijóo pierda las elecciones, dato que no arroja ningún sondeo con intención de voto, como que no consiga los 38 escaños que le permitirían seguir gobernando. En ese caso el PSOE encabezaría un gobierno tripartito con el BNG, también en ascenso electoral, y las Mareas. Pero el más que seguro triunfo del PNV, aunque los nacionalistas vascos queden lejos de la mayoría absoluta, les garantiza la continuidad de Íñigo Urkullu con el apoyo del PSE.
Precisamente, Feijóo se despachó ayer contra Sánchez al calificar de "insultante" que el jefe del Ejecutivo negocie "cosas ilegales" con Euskadi y Cataluña mientras "no paga" la deuda a Galicia, no de da una fecha de llegada del AVE y "está a punto de perder 5.000 empleos de las electrointensivas", informa Europa Press. Tras la reunión semanal de su Ejecutivo, Feijóo se refirió a la "mesa de diálogo" sobre Cataluña y a la negociación con el País Vasco de la transferencia de parte de las competencias de la Seguridad Social, e incidió en la "asimetría" que suponen estos contactos. Una "asimetría" que no solo es "atípica", sino que le parece "insultante" y que los gallegos "no merecen".
El 1 de marzo, al País Vasco
Ferraz dice manejar encuestas optimistas en los dos territorios, sobre todo en el País Vasco, donde nacionalistas y socialistas pueden alcanzar la mayoría absoluta. La única posibilidad de que su candidata, Idoia Mendía fuera la primera mujer lendakari pasaría porque el PSE sumara con Bildu y Podemos, lo que parece poco probable a tenor del actual reparto de escaños. No sólo porque debería experimentar un gran crecimiento electoral -ahora mismo tiene los mismos escaños que el PP, 9- sino porque necesitaría quedar por encima de Bildu y Podemos, formaciones con más representación parlamentaria que los socialistas.
En definitiva, todo apunta a que Íñigo Urkullu revalidará su mandato con el apoyo del PSE, cooperación que tiene su continuidad en el Congreso de los Diputados, donde el PNV ayuda a apuntalar la exigua mayoría parlamentaria del Gobierno de coalición. Se aleja la posibilidad que acaricia Ferraz de un "eje norte" controlado por mujeres del PSOE presidentas de comunidad, esto es, la navarra María Chivite, la riojana Concha Andreu y la vasca Mendía.
Sánchez acudirá al País Vasco el 1 de marzo a su primer acto electoral e intentará implicarse lo más posible en ambas campañas siempre que sea compatible con su agenda gubernamental.
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