Quim Torra quería sentar en la mesa de negociación con el Gobierno a la ortodoxia del independentismo catalán: Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la CUP, como integrantes de la parte catalana. El presidente catalán habría propuesto a las tres entidades que participaran en la mesa, para apoyarle en su exigencia de un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Las dos entidades, sin embargo, rechazaron la oferta del presidente catalán, y otro tanto ha hecho después la CUP.
Torra formalizó esta propuesta en la reunión celebrada el pasado lunes en el Palau de la Generalitat, en la que participaron representantes del Govern, y los dos partidos que lo integran, además de ANC, Ómnium y la CUP, según avanza el diario Ara. Era el segundo encuentro preparatorio de la mesa de negociación con el gobierno convocado por Torra, para trasladar al bloque independentista las conclusiones de su entrevista con Pedro Sánchez el pasado 6 de febrero. El presidente catalán se había comprometido a convocarlos tras la entrevista de presidentes, pero esta vez el Govern impuso la reunión a puerta cerrada y sin comparecencias posteriores de los protagonistas.
Esquerra habría rechazado en ese mismo encuentro la propuesta de Torra, que implicaba en la práctica rebajar el papel del partido de Oriol Junqueras -artífice del pacto con el PSOE para forzar esa mesa de negociación- y barrer de la mesa al PDeCat, que confía en estar ahí a través de la presencia de alguno de sus cinco consejeros en el Govern. Sustituyendo a los partidos por entidades, Torra se garantizaría la defensa de las posturas más duras del independentismo -referéndum ya y ley de amnistía- en la línea que él mismo defiende.
Impuesto al frente de la Generalitat por Carles Puigdemont, Quim Torra no tiene ningún poder sobre los partidos que integran el Govern y la mayoría parlamentaria en Cataluña más allá de la potestad de convocar las elecciones, por eso busca insistentemente integrar en la toma de decisiones a las entidades independentistas.
Sin delegación catalana
Gobierno y Generalitat acordaron ayer iniciar los trabajos de la mesa de diálogo el próximo miércoles 26 de febrero en Moncloa. Una fecha acordada después de un intenso tira y afloja epistolar entre Pedro Sánchez y Quim Torra, porque la Moncloa anunció la fecha del lunes 24 sin tener el beneplácito de Torra, y este respondió rechazándola "por motivos de agenda personal".
Tras cerrarse la fecha, el Gobierno anunció los integrantes de su delegación, encabezada por el propio Sánchez, acompañado por dos vicepresidentes y tres ministros. Se trata de los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias, junto a los ministros catalanes de Podemos y PSOE, Manuel Castells y Salvador Illa, a los que se sumará la titular de Política Territorial, Carolina Darias.
Torra, sin embargo, no ha hecho pública todavía la composición de su delegación, en la que solo se ha confirmado la participación de Pere Aragonés, vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC. Los republicanos han exigido una delegación paritaria entre los dos partidos que integran el Govern, en la que parece muy probable la participación de la consellera de presidencia, Meritxell Budó, (JxCat) y de la titular de Justicia, la republicana Ester Capella.
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