La suerte de coaliciones electorales con Ciudadanos de cara a las autonómicas catalanas, vascas y gallegas se entienden en Génova como un experimento, como el "paso previo" para alumbrar el objetivo prioritario del PP desde hace dos años: atar en corto a Ciudadanos y aglutinar el voto constitucionalista en torno a una marca unitaria, la de España Suma.
El líder de la oposición ha defendido este martes ante los medios de comunicación la necesidad de "forjar una coalición preelectoral" tras el "satisfactorio" ensayo de coalición con los naranjas, primero en Navarra y ahora en Galicia y País Vasco, si bien Casado no ha conseguido doblar el pulso de Alberto Núñez Feijóo y finalmente no habrá coalición en el feudo gallego, aunque aún está abierta la posibilidad de que algunos dirigentes liberales se diluyan bajo las siglas del PP.
Casado ha enumerado todas las veces que "hemos perdido" por ir en listas separadas: el 10-N "PP, Cs y UPN tuvimos más votos que el PSOE, pero menos escaños", y el 28-A el centroderecha obtuvo más papeletas que la izquierda, "pero no pudimos gobernar". Y "no quiero esperar a que haya una tercera ocasión", zanjaba el presidente del PP.
Lanzaba Casado un guante que espera recoja Inés Arrimadas -si finalmente logra revalidar su liderazgo en el proceso de primarias que se abre ahora ante los naranjas- aunque en Ciudadanos aún conciben esa posibilidad como "imposible". No ven en tejado liberal que los pactos en las autonómicas hayan sido la probeta que alumbre la gran coalición en unas hipotéticas generales, emplazando los recientes pactos -sólo se ha conseguido la coalición en País Vasco, mientras en Cataluña permanecen en suspenso- a "circunstancias excepcionales".
"Tenemos que ir juntos cuando se convoquen las próximas generales", reiteraba Casado, deslizando hacia dónde se dirigen los esfuerzos de Génova en el largo plazo: trabajar en la efectiva absorción de Ciudadanos cuando vuelvan a abrirse las urnas, a las que el partido naranja se enfrenta con una mermada fuerza de 10 diputados frente a los 89 escaños que suma el PP.
Y tratará Casado de convencer a sus socios reiterando la fórmula de "éxito" conseguida en territorios como Madrid, Murcia o Madrid, donde gobiernan ambas fuerzas, es extensible al ámbito nacional, con el objetivo último de echar de la Moncloa a Pedro Sánchez, un presidente que "ha pactado con los socios más radicales y peligrosos".
Las declaraciones de Casado han tenido lugar al término del desayuno informativo organizado por Fórum Europa en Madrid, al que el líder de los populares ha acudido para arropar a Alberto Núñez Feijóo. El barón gallego ha defendido a Galicia por encima de siglas, de "partidos políticos" y de sus "tira y afloja".
Ha reconocido Feijóo, delante de Pablo Casado, el "trabajo intachable" de Alfonso Alonso al frente de País Vasco y ha lamentado su abandono de la política, una decisión que ha pedido que "reconsidere". También ha cerrado todas las puertas a que haya posibilidad de acuerdo alguno con Vox tras el 5-A, una línea roja que no abandonará. "Quien no quiera que sea presidente de la Xunta, que vote a Vox", ha afirmado.
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