Alberto Núñez Feijóo ha aprovechado su viaje a Madrid de este martes para no dejar títere con cabeza. En el marco de un desayuno informativo organizado por Fórum Europa, el presidente de la Xunta de Galicia ha evitado hacer una referencia directa a la evidente crisis interna que atraviesa el partido tras el fulminante cese de Alfonso Alonso, aunque sí ha cargado contra todos sus rivales e incluso contra sus potenciales aliados: a Arrimadas la ha acusado de querer "utilizar el vehículo del PP para conseguir diputados" en Galicia; a la formación de Abascal la ha tachado de "extremista" y se ha desvinculado de posibles coaliciones postelectorales; y al "nuevo socialismo" de Sánchez de "Gobierno moroso" que defiende implantar una "España asimétrica" que "agravian al conjunto de los españoles".
El barón popular ha llegado al hotel Westin Palace alrededor de las nueve de la mañana, una cita en la que ha estado arropado por el presidente del PP, Pablo Casado y su mano derecha en el partido, Teodoro García Egea, en medio de la polémica por la renovación de la candidatura en el PP vasco y a sabiendas del respaldo sin fisuras que ofreció el dirigente gallego al cesado Alfonso Alonso en plena contienda con Génova.
Uno de los momentos más reseñables de la jornada ha llegado cuando, casi al término de la cita, el dirigente gallego ha sido preguntado por la posibilidad de que dirigentes de Ciudadanos se integren bajo las siglas del PP de cara al 5-A, pero con la nueva condición que ha planteado Inés Arrimadas en las últimas horas: concurrir juntos siempre que Feijóo acepte que los naranjas se lleven su tarta del pastel al Grupo Mixto, desligándose del proyecto de los populares una vez cierren las urnas.
Y, a tenor de esta propuesta, Feijóo se ha mostrado especialmente crítico con la formación naranja. "Ciudadanos es un partido que cambia de opinión demasiadas veces", y no ha desaprovechado la ocasión para recordar que el grupo de los liberales que antaño presidía Rivera "fue el germen de la moción de censura" a Mariano Rajoy.
Al hilo de sus posibles conversaciones con los naranjas, Feijóo se ha mostrado abierto a intentar que salgan adelante, "si mi partido me lo pide", acuerdos "sólidos" con Ciudadanos, aunque seguidamente lanzaba una advertencia a Pablo Casado: "No voy a aceptar imposiciones", puntualizaba, siguiendo con el pulso mantenido en las últimas semanas con la dirección nacional.
Ha censurado en este punto que la intención de Arrimadas pase por "conseguir diputados" a costa del "vehículo" del PP para luego desligarse "a los cinco minutos de que cierren las urnas". "Los gallegos no lo entenderán. Yo tampoco", zanjaba, cerrando de plano las puertas a la intentona de Arrimadas.
"Si quieren que deje de ser presidente, voten a Vox"
Y Feijóo ha disparado también contra Vox, la eterna arista sobre la que el PP puede perder su cuarta mayoría absoluta el próximo 5-A, aunque los sondeos no son tampoco muy halagüeños para los de Santiago Abascal.
El líder gallego ha pronunciado un contundente discurso en el que ha llamado a luchar contra los "extremismos" que quieren "destruir nuestra cultura, nuestra lengua o nuestra condición de nacionalidad histórica". Poco después, al ser preguntado por las últimas intenciones del presidente de Vox -en el marco de una entrevista para EsRadio ha asegurado estar "dispuesto" a un "pacto postelectoral" con Feijóo con condiciones-, el dirigente del PP ha ahondado en sus diferencias con la formación. "Si quieren que Feijóo se vaya de la Xunta, pueden votar a Vox. Los que crean en la estabilidad política como un activo para Galicia, les pido que concentren el voto en el PP", resolvía.
Y las declaraciones de Feijóo de este martes se encuadran en un contexto, al menos, llamativo, ya que sus postulados chocan de plano con los defendidos por el nuevo candidato del PP para las autonómicas en País Vasco, Carlos Iturgaiz, que nada más ser designado defendía la "colaboración con Vox" como algo "muy bueno".
Lucha contra un "Gobierno moroso"
Núñez Feijóo no ha escatimado en apelativos no particularmente cariñosos para el Gobierno de coalición. Censuraba el presidente de la Xunta que el Gobierno de coalición debata un concierto sobre un acuerdo fiscal con Cataluña en la mesa de negociación que se celebrará este miércoles, que tiene como objetivo último "romper" el sistema de financiación autonómica y "promover la desigualdad entre todos los españoles".
En un contexto acuciante, en que las comunidades autónomas presionan al jefe del Ejecutivo para que acometa una reforma de financiación territorial, Feijóo ha tildado al Gobierno de "moroso" a la hora de suplir sus obligaciones fiscales, las cuales "incumple sistemáticamente".
El líder de los populares en Galicia ha lamentado también que las regiones se vean obligadas a llevar a los tribunales el impago del IVA de 2017 que, según Feijóo, asciende a los 2.500 millones en Galicia.
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