Mientras el flagrante nuevo candidato del PP en País Vasco tras el fuminante cese de Alfonso Alonso, Carlos Iturgaiz, y el líder de Vox, Santiago Abascal, se deshacen en elogios, el tercer actor en la ecuación se resiente.
En medio del huracán político que ha desatado el experimento de coalición entre PP y Ciudadanos en País Vasco -fallido en Galicia- y a menos de una semana de que finalice el plazo para presentar listas electorales, en tejado naranja empiezan a llegar aires de tormenta sin que el pacto de Gobierno haya echado si quiera a andar. Y es que en la crisis interna abierta entre Génova y Alfonso Alonso y la consiguiente designación de Iturgáiz ha provocado que los liberales se encuentren con un candidato 'impuesto' por sus socios cuando la coalición ya estaba cerrada.
Aunque de puertas para afuera respaldan la decisión del PP ya que, importante subrayar, en el acuerdo PP+Cs para Euskadi los de Casado se guardan para ellos la elección del líder de la alianza electoral, la designación de una figura enmarcada dentro del sector más 'duro' del PP importa recelos a las filas de los liberales.
Destacan en Ciudadanos la "defensa de los valores democráticos y de la Constitución" de Iturgaiz, aunque admiten que puede haber "baches" a la hora de negociar determinados puntos del programa o "diferencias ideológicas importantes", que auguran puntos de fricción tanto en campaña como una vez tengan los resultados encima de la mesa, la noche del 5-A.
Y es que el nuevo candidato a lehendakari de la coalición del centroderecha, que se concibe como la primera experiencia de azules y naranjas tras el pacto "satisfactorio", como lo ha definido Casado este martes, de ambas formaciones en Navarra, no sólo choca con Ciudadanos en postulados relevantes como el matrimonio homosexual o el aborto, sino que en su estreno no dudó en 'pisar' una de las líneas rojas que Ciudadanos ha mantenido hasta la fecha: Vox.
Si la aritmética electoral lo hiciese posible -por el momento las encuestas no auguran un buen resultado para Vox el 5 de abril, y se les escaparía la esperada irrupción en el Parlamento vasco, aunque también en el gallego- Iturgaiz ya ha abierto las puertas a futuras "colaboraciones" con los de Abascal.
Iturgaiz ya ha abierto las puertas a futuras "colaboraciones" con Vox, una de las líneas rojas de Ciudadanos
"Espero una colaboración de PP, Ciudadanos y Vox, porque es buena para España", declaraba en una entrevista para ABC, nada más conocerse su nombre para las autonómicas. "La colaboración -con Vox- es buena y necesaria, y se podría dar en otras partes de la nación", comentaba para El País. "Tengo muy buena amistad con Santi", recordaba. Y es que a ambos les une un pasado común: de 2000 a 2004, mientras Iturgaiz presidía el PP vasco, Abascal hacía lo propio con las Nuevas Generaciones del partido.
En Ciudadanos reivindican que su línea roja, "y en el PP lo saben", es abrirse a Vox. Pero los naranjas, hastiados por una racha electoral que les ha dejado diezmados a nivel nacional y sin posibilidades reales en País Vasco y Galicia concurriendo por separado, el posible clima de tensión interna se vería compensado por el protagonismo que obtendrían. Los naranjas se llevarían puestos de salida en las listas que les garantizaría representación en el Parlamento vasco: se da casi por descontado que obtendrán el segundo o tercer puesto en las listas de Álava, Guipúzcoa o Vitoria.
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