"Lo que era importante de la reunión de hoy era la reunión," que Gobierno y Generalitat "se sientan juntos, reconocen la existencia de un conflicto y que hay que solucionarlo por vías democráticas y dentro de la seguridad jurídica". Así ha resumido Quim Torra los resultados de la primera reunión de la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat. "A partir de aquí empieza el camino" ha señalado el presidente catalán, tras conseguir uno de los objetivos prioritarios de su gobierno, que el encuentro de hoy sirviera para fijar un calendario que impida que el Gobierno deje esta mesa en vía muerta.
De hecho, tras más de tres horas de reunión, las delegaciones encabezadas por Pedro Sánchez y Torra han finalizado el primer encuentro de la Mesa de negociación con un único acuerdo: que ésta se reunirá mensualmente y de forma alternativa en Madrid y Barcelona.
Posteriormente, Torra ha subrayado en una breve intervención ante la prensa la "distancia" entre las posiciones sobre el "conflicto político" y ratifica que la reunión ha servido para "poner de manifiesto la discrepancia" sobre el derecho a la autodeterminación, la única reclamación de la que el presidente de la Generalitat ha hecho bandera.
Una distancia ratificada después por la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, quien ha definido la reunión como "honesta" y "sin filtros". En ella, Torra ha reclamado la autodeterminación como hace en público, ha señalado Montero, "y con la misma claridad" Pedro Sánchez ha dejado claro "que el Gobierno no comparte el supuesto derecho de autodeterminación y los extremos que traslada Torra" en la reunión.
Comunicado conjunto
Pese a esa distancia, Gobierno y Generalitat han conseguido mantener la mecánica establecida en las negociaciones entre PSOE y ERC para la investidura de Sánchez, y ha concluido la reunión con la publicación de un comunicado conjunto. En él detallan la periodicidad mensual y las sedes de las futuras reuniones. así como que "los presidentes y vicepresidentes se incorporarán a la mesa" solo "cuando sea necesario ratificar acuerdos políticos, salvo que alguna de las partes decida otra composición". Acuerdos que el comunicado circunscribe al "marco de la seguridad jurídica".
Quim Torra ha insistido ante los periodistas en que el objetivo de la Generalitat en la Mesa se circunscribe al "derecho de autodeterminación" y la "amnistía", aunque ha lamentado que el Gobierno no haya dado respuesta. Sin embargo, el objetivo real de la delegación de Palau se ha cumplido: arrancar un calendario fijo y por escrito. Además, Torra ha hecho hincapié en que todos los temas "sectoriales" deberán tratarse en la mesa bilateral y no en ésta.
Ni presupuestos ni mediador
El encuentro no ha servido para avanzar un compromiso de los independentistas catalanes en apoyo de las cuentas del Gobierno, como ha dejado claro Torra. Ni en la reclamación del mediador que reclama la delegación independentista. El presidente catalán ha rechazado ligar el apoyo al techo de gasto, que se vota mañana en el Congreso, al resultado de la reunión y ha asegurado que hay acuerdo en preservar el diálogo de cuestiones ajenas "como los presupuestos o convocatorias electorales".
Montero ha ratificado esa voluntad de preservar el diálogo con la Generalitat, pero ha advertido de que parte de los acuerdos a los que aspira el Gobierno solo se harán efectivos si tienen traslado en las cuentas públicas. "Los presupuestos no se abordan más que para trasladar que alguna de las cuestiones que aspiramos a solucionar tienen que tener vehículo de cuentas publicas que hagan que se puedan materializar" ha argumentado tras rechazar de nuevo la figura del mediador.
JxCat y ERC, por separado
La delegación catalana ha viajado a Madrid en dos grupos. Quim Torra ha llegado a mediodía en AVE, acompañado por el conseller Jordi Puigneró, la diputada Elsa Artadi y su ex jefe de gabinete, Josep Rius, acompañados por una cámara de TV3. Desde allí se han dirigido al Centro Blanquerna de la Generalitat, donde se encontraban ya los participantes de Esquerra en esta mesa, el conseller Alfred Bosch, la portavoz Marta Vilalta y el diputado Josep Maria Jové, liderados por el vicepresidente Pere Aragonés.
El encuentro supone la puesta en marcha de la mesa de negociación pactada por ERC y el PSOE a cambio del apoyo de los republicanos a la investidura de Pedro Sánchez. Y su primera prueba se verá mañana, cuando el Congreso debe votar el techo de gasto propuesto por el Gobierno, que solo saldrá adelante con el apoyo de los independentistas catalanes.
De ahí la complacencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no ha dejado de animar a la celebración de un encuentro al que Torra no ha dejado de poner trabas desde su encuentro en el Palau dela Generalitat, el pasado 6 de febrero. Ha habido roces por la fecha -el Gobierno propuso inicialmente este lunes 24 y la cambió tras las quejas de Torra- y por la composición de las delegaciones, por la sorpresa del Gobierno ante un equipo integrado por más diputados que miembros del Govern, pese a que Esquerra había insistido en que debía ser una "mesa de gobiernos".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado en el pleno del Congreso que acude este miércoles a la mesa de diálogo para solucionar el conflicto político en Cataluña con "el mejor de los ánimos y de los espíritus": "Esperemos que dé frutos para el reencuentro necesario entre catalanes".
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