La abstención de ERC en la aprobación de la senda de estabilidad ha abierto este jueves la vía para tramitar los Presupuestos Generales del Estado. La votación se ha saldado finalmente con 168 votos a favor, 150 en contra -los correspondientes a la bancada de PP, Cs y Vox- y 19 abstenciones.
El Gobierno de coalición ha salvado este jueves la que se entiende como primera prueba de fuego de la incipiente legislatura: el pleno del Congreso votaba este jueves la nueva senda de estabilidad presupuestaria, el comúnmente conocido como 'techo de gasto', paso previo a la tramitación de los Presupuestos. "No piensen que están dando su voto a un Gobierno, sino contribuyendo al progreso de todos los españoles", pedía la ministra María Jesús Montero, al término de su discurso.
La primera novedad de la mañana llegaba al inicio del debate, cuando la titular de Hacienda anunciaba desde la tribuna un mayor margen de gasto para "ayuntamientos y comunidades autónomas", en lo que se entiende como una concesión a los nacionalistas vascos y catalanes, en el marco de la negociación del Ejecutivo de Sánchez con ERC y EH Bildu. De hecho, a las puertas de la sesión plenaria, la diputada de los abertzales, Mertxe Aizpurua, afirmaba no haber tomado una decisión "aún", y esperarían a la intervención de la ministra para comprobar si finalmente manifestaba lo acordado en la reunión que mantuvieron con los socialistas ayer en el Congreso.
Además de los votos de PSOE y de Unidas Podemos, el Ejecutivo contaba de entrada con los votos del PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe, PRC y, en este caso, Coalición Canaria, aunque para sacar el acuerdo de límite de gasto adelante, necesitaba la connivencia de formaciones independentistas, en este caso de ERC, Bildu o JxCat. También se daba prácticamente por descontado el voto a favor del diputado del BNG, Néstor Rego.
El 'sí' de Ana Oramas facilitaba sobremanera el pacto, ya que hacía innecesario el voto a favor e incluso la abstención de EH Bildu -se necesita mayoría simple- por lo que vinculaba únicamente la aprobación de la senda de estabilidad al sentido de voto de ERC.
A su entrada en la Cámara Baja, Gabriel Rufián confirmaba lo que ya se daba por sentado en Moncloa: "ERC cumple sus acuerdos", subrayaba, vinculando la cita de ayer entre Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, recibido con honores de jefe de Estado en el marco de la celebración de la "mesa de diálogo", como oxígeno para seguir avanzando hacia la ruptura del bloqueo presupuestario.
De la mano del portavoz de Hacienda de los republicanos, Joan Margall, Esquerra confirmaba en el mismo hemiciclo que permitirían la aprobación de la estabilidad presupuestaria, abogando por "dar un margen de confianza" al Gobierno. Sin embargo, no han cejado en la oportunidad de lanzar un órdago de presión a Pedro Sánchez asegurando no estar de acuerdo con el techo de gasto fijado por el Ejecutivo para los nuevos Presupuestos y adelantando un escenario de futuras reivindicaciones para Cataluña a cambio de sacar adelante las cuentas definitivas. No obstante, este jueves han optado por la abstención para "dar una oportunidad a la negociación".
Aún queda mucho camino para que María Jesús Montero presente un anteproyecto de Presupuestos, aunque la votación de hoy abre la puerta a seguir avanzando en la aprobación de unas cuentas que den estabilidad a la legislatura.
La gran incógnita era la de JxCat, que aún este miércoles utilizaban el sentido de su voto en el techo de gasto para presionar al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
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