Una vez se ha decretado el estado de alarma en España y se ha obligado a clausurar tiendas, bares y restaurantes en Madrid, una de las preguntas que sobrevuelan la capital es: ¿qué pasará este fin de semana con los centros comerciales? Todas las propietarias de las grandes superficies de la comunidad esperan órdenes específicas para decretar el cierre bien de zonas o plantas concretas (como ocio o restauración) o bien de los centros, medida que aplicó Italia el pasado día 11 con la excepción de las tiendas de alimentación y las farmacias. Así lo ha indicado el Ayuntamiento de Madrid, especificando que estos cierres afectarán también al conjunto de los centros comerciales de la capital, pero sin sugerir acciones concretas y dejando a elección de cada uno las decisiones que quiera ejecutar.
Si bien la orden anterior recogía el mandato de cierre de varios tipos de espacios de restauración, en la nueva ya hay mención expresa a la actividad en los centros comerciales. Inditex, por su cuenta, ya había anunciado que cerraría sus tiendas en los focos de contagio de coronavirus. Según ha podido saber El Independiente, los centros comerciales de Madrid operan con normalidad hasta que se decrete lo contrario, y no existe voluntad de dar el primer paso en cerrar completamente al público. Esta situación la agrava el hecho de que este sea el primer fin de semana que coincidan las órdenes de cierres de parques y actividades extraescolares, de aplicación de teletrabajo y la petición a los ciudadanos de no salir, primeramente de las casas y por supuesto de los límites de la Comunidad, y que desemboca en una limitación extrema de las opciones de ocio en las que los centros comerciales suelen jugar un papel de relevancia.
Existe una dificultad añadida en cada centro comercial y es la relación que cada propietario mantenga con sus operadores, que podrían no entender ni aceptar un cierre sin orden ministerial concreta. De momento, sí se han clausurado zonas infantiles (como en Xanadú, El Corte Inglés o Plaza Norte 2) y suspendido talleres y actividades en varias tiendas, medidas particulares tomadas por cada centro al margen de la orden del Ayuntamiento. La Asociación Española de Centros Comerciales (AECC), a la que están asociados la mayoría de centros de Madrid, creó un comité de trabajo en comunicación el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, pero sólo pudo recordar medidas básicas de limpieza e higiene así como las ya conocidas de contención y prevención. La decisión de cerrar o no durante los 15 días del estado de alarma es individual y depende de cada propietario si no existe una orden específica y pese a lo extraño que pueda resultar mantener abierto sin actividad de cines, restauración y tiendas.
Aunque según una fuente consultada por El Independiente “cerrar son palabras mayores”, los operadores han reconocido la voluntad de ayudar y colaborar por la salud pública, en la línea de los mensajes gubernamentales que esta semana se han hecho públicos desde el Gobierno y la Comunidad de Madrid. Pero ninguno quería dar el primer paso, sobre todo por “el efecto dominó que provocaría” y “la falta de información del Gobierno al respecto” de las medidas con las que absorber las millonarias pérdidas derivadas de los cierres. Tampoco la patronal se había pronunciado respecto al cierre: ni la ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) ni los 4 sindicatos adheridos al Convenio Colectivo Sectorial Estatal de Grandes Almacenes podían recomendar otra cosa que no fuera “garantizar que se cumplan las medidas excepcionales de prevención, seguridad y laborales”, evitando especular con la clausura de los centros.
“La imagen es lamentable”
Varios empleados y trabajadores de centros comerciales de Madrid consultados por El Independiente habían sido especialmente críticos con la decisión de estos de seguir operando con normalidad cuando el resto de la Comunidad vivía ya bajo recomendaciones y normas de contención estrictas: “No podemos salir de casa por precaución pero los que trabajamos en comercios sí que tenemos que ir a trabajar y exponernos al público”, se quejaba Rocío. Manuel era aún más claro: “Es de locos que sigan abiertos, la imagen es lamentable. Nos cuesta mucho atender a los clientes en esta situación, muchas veces deberíamos dar ejemplo antes de que nos lo pidan”. Los mensajes de este tipo se han multiplicado tras la publicación de la orden del Ayuntamiento y la comparecencia de Pedro Sánchez. Otras veces son los propios clientes y usuarios quienes se ponen en contacto con los centros pidiendo cerrar para “no ser partícipes del aumento de propagación del virus” o directamente echándoles en cara el “ser grandes aliados del virus desde hace semana y media”. Además, algunos piden “responsabilidad” y “que recapaciten antes de que sea demasiado tarde”.
Cines: cese de actividad y estrenos aplazados
Además de las innumerables películas cuyos estrenos se han visto aplazados o suspendidos (Mulán, Antlers, Fast & Furious 9, Los Nuevos Mutantes, Un lugar tranquilo 2…), las propias cadenas de cines han tomado decisiones concretas de contención. Yelmo, que había publicado medidas de limpieza, higiene y concentración de público para respetar la distancia de seguridad recomendada por Sanidad, ha terminado comunicando su cese de actividad hasta nuevo aviso. Anteriormente, la Federación de Cines de España ya había recomendado -y así se había hecho- cerrar las salas con aforo superior a 1.000 butacas, medida que únicamente había afectado a los cines Capitol y Callao de Madrid. También se han suspendido pases de prensa y varios de los actos relacionados con promoción de películas, incluidas campañas digitales.
El caso de El Corte Inglés
En cuanto a grandes superficies se refiere, El Corte Inglés ha llevado la delantera comunicativa publicando la adopción de un paquete de medidas que incluye desde la instauración del teletrabajo para los casos en los que sea posible hasta nuevas órdenes de limpieza y atención al público para sus trabajadores. Por ejemplo, ha activado un sistema de rotación de turnos que minimice el contacto con los clientes de los empleados, a quienes también se ha pedido evitar el saludo físico de cortesía. Así mismo, ha cancelado servicios como el presentaciones de libros o maquillaje e incluso ha dotado de guantes y mascarillas a los equipos de entrega de compra a domicilio para garantizar la máxima asepsia en este proceso.
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