Desde que la crisis del coronavirus comenzase a dejar un goteo incesante de contagios por todo el territorio nacional, dentro de la emergencia sanitaria todos los focos se han dirigido a Madrid, convertido en el principal foco de infección. Actualmente, de los 28.572 casos notificados por el Ministerio de Sanidad, 9.702 se concentran en la capital, que acumula además el mayor grueso de fallecidos: 1.021 del total de 1.720 decesos registrados en toda España.
Como si de un castillo de naipes se tratase, el virus ha derribado discursos y ha puesto en el punto de mira la actuación ante la crisis de dirigentes de todos los colores políticos que, bajo la bandera de la unidad, la lealtad institucional y la "absoluta cooperación", se han cruzado órdagos velados y han puesto en cuestión la unidad política en torno a la emergencia del Covid-19. Pero también ha servido para todo lo contrario: encontrar referentes que, por su gestión en medio de una crisis sin precedentes, le ha valido el aplauso de amplios sectores sociales y políticos.
Es el caso del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975), que desde los primeros compases de la crisis hizo de la no confrontación, de la actuación sin paños calientes y de la agilidad en las respuestas a la pandemia desde el Ayuntamiento una seña identitaria, elogiada incluso por los partidos de la oposición que, según fuentes de PSOE y Más Madrid, cierran filas en torno a la dirección del líder del PP.
A través de múltiples entrevistas, Almeida se ha desmarcado de la línea imperante en Génova de dar una de cal y otra de arena al Gobierno que encabeza Pedro Sánchez, reivindicando por un lado la unidad y el apoyo sin fisuras al "mando único" del Ejecutivo y, en paralelo, caer en el reproche y afear que el Ejecutivo de coalición "no está a la altura" de las circunstancias.
"Transmitir un mensaje en estos momentos de si uno podría haber hecho más o podría haber hecho menos no nos conduce a ningún sitio porque no tenemos ni un minuto que perder", manifestaba días atrás Almeida en una entrevista para Efe. Aunque no ha obviado la necesidad de exigir "responsabilidades políticas", el regidor lo aplaza a un futuro aún lejano porque "ahora nos toca trabajar de manera coordinada". Ha obviado hacer sangre incluso con temas candentes, comolo ha sido el hecho de que Sánchez e Iglesias se hayan saltado la cuarentena aún con dos positivos en Covid-19 en su entorno -el de las parejas de ambos, Begoña Gómez e Irene Montero-. Aunque en una entrevista para EsRadio la pasada semana instaba a "todos" a "cumplir las medidas" de prevención, justificaba: "Todos podemos cometer errores".
Como ha hecho su homóloga en la Comunidad de Madrid, Almeida no ha cejado en los últimos días de pedir material sanitario al Gobierno central, responsable del reparto de recursos desde el decreto del estado de alarma, así como más partidas para la protección de la Policía Municipal y el Samur, cuya actuación está siendo fundamental para enfrentar la pandemia en la capital. Pero siempre desde el tono de la no confrontación, esquivando el escarnio partidista. "Sólo actuando en coordinación con el Gobierno tendremos credibilidad con los ciudadanos" y "quienes quieran sacar rédito político" de la crisis "se equivocan y los ciudadanos les censurarán", declaraba en una entrevista para ABC.
Sus redes sociales son reflejo de la conducta de "deber y responsabilidad" con los ciudadanos, a los que se dirige con palabras de ánimo y de admiración constantes, aunque también sin paños calientes. "Si es necesario cerrar Madrid, que se cierre", declaraba, en el marco de la aplicación de medidas drásticas sobre las que "no me temblará el pulso". A ellos, a los ciudadanos, ha pedido perdón públicamente por el conjunto de esfuerzos económicos que deberán hacer de aquí en adelante. "Sabemos que el esfuerzo fiscal que hacemos desde el Ayuntamiento, rebajando la factura de los sectores afectados no es, ni si quiera, una tirita para la hemorragia económica", reiteraba el alcalde.
La actitud mantenida ante la crisis hasta ahora, y según apuntan desde sus filas, le garantizará una posición política reforzada cuando acabe la crisis. Sobre esta cuestión, Almeida insiste: "No pienso sinceramente en mi liderazgo, lo único que pienso es en el deber y la responsabilidad que tengo en estos momentos como alcalde de esta ciudad. Son 3,3 millones de habitantes, la mayoría en sus casas, que están en una situación de incertidumbre. Hay que transmitirles que pueden confiar en el Ayuntamiento de Madrid", insistía en la mencionada entrevista para la agencia Efe.
Medidas para plantar cara a un enemigo común
Almeida ha decretado todo un paquete de medidas que se iban engrosando en paralelo al número de contagiados y fallecidos en la capital, actuando en muchas ocasiones por delante incluso de Pedro Sánchez desde la Moncloa para paliar los efectos del coronavirus.
De hecho, antes de que se concretase el plan de choque económico de Sánchez, Almeida ya había suspendido los plazos administrativos para todos los ciudadanos y había convertido las ayudas fiscales en la joya de la corona de su programa de combate, con rebajas en el IBI o en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) para las empresas más afectadas. Como novedad, en el tiempo que dure la pandemia, no se harán desahucios ni se cobrará el alquiler a las 6.000 familias que viven en pisos propiedad del Ayuntamiento de Madrid.
También antes de la oficialización del estado de alarma del pasado sábado 14 de marzo, Almeida decretó el cierre de todas las terrazas, bares y restaurantes y, en medio de la polémica ante un hipotético cierre de Madrid inminente, el alcalde popular lo dio por hecho: "Está más cerca de lo que pensamos". También clausuró parques, mercados y centros culturales antes de que llegase la orden gubernamental de limitación expresa del libre movimiento ciudadano.
A través de un decreto extraordinario, en Madrid también ha quedado en suspenso el funcionamiento del Servicio Extraordinario Regulado (SER) mientras dure la alarma, para evitar que los ciudadanos que no pueden acogerse al teletrabajo puedan utilizar sus propios vehículos sin pagar. Se evita así, al menos en la medida de lo posible el uso del transporte público, aunque en los autobuses urbanos se ha mantenido la frecuencia de autobuses con el objeto de respetar las distancias de seguridad.
Tampoco se ha olvidado el regidor del PP de medidas desde el punto de vista social. En este sentido, el Consistorio ha extendido la campaña del frío hasta el 31 de mayo para proteger a las personas sin hogar en la crisis del coronavirus desde los centros del Programa Municipal de Atención a Personas sin Hogar. También dirigido a este vulnerable sector, el Ayuntamiento habilitó hace una semana alojamientos en hoteles y pensiones para dar cabida a estas personas, y en el recinto ferial de Ifema se han habilitado 150 camas también para este colectivo, siempre y cuando no se presenten síntomas previos.
Pendiente de lo que circula en redes sociales desde el despacho de su domicilio, Martínez-Almeida ha activado campañas de responsabilidad civil y llegó a contestar incluso a un tuit del partido animalista PACMA en que pedían al alcalde un "protocolo urgente" para que los perros de la perrera municipal de Madrid pudiesen salir a la calle. "Oímos vuestra petición y vamos a autorizarlo con un estricto protocolo sanitario", respondía. También ofreció ayuda para los gatos que viven en colonias controladas en el Retiro y se quedan sin comer por el estado de alarma. "También son Madrid", aseveraba.
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