En el Registro Civil Único de Madrid se acumulan los expedientes en el departamento de defunciones, al mismo ritmo que las autoridades los van anunciando a diario. La crisis de Salud Pública tiene una deriva administrativa que tiene en el Registro de la calle Pradillo un cuello de botella que hace que las defunciones se estén inscribiendo con días de retraso. La foto a la que ha tenido acceso El Independiente da buena cuenta del atasco de trabajo al que se enfrentan los trabajadores de Pradillo por la crisis del coronavirus.

Según fuentes del Registro cada día llegan entre 300 y 350 licencias de enterramiento o cremación. Pero los expedientes de los fallecidos se quedan en el registro para poder inscribir el fallecimiento que permitirá a los familiares certificar el fallecimiento. El documento fundamental para tramitar desde la baja en la seguridad social, el final del cobro de la pensión o poder ir al registro notarial a por las últimas voluntades de la persona fallecida. Esta tramitación según fuentes del Registro lleva un atraso de una veintena de días por el atasco. "Sólo en esta foto que os pasamos habrá cerca de 1500 expedientes pendientes de tramitar". Una vez se registra la defunción se puede solicitar el certificado de defunción online o en ventanilla, cuando se termine el Estado de Alarma.

La situación de Pradillo en estos días de confinamiento es límite. "En estos momentos de 160 personas que van normalmente van 13 a trabajar. Son 4 gestores, 10 tramitadores, una persona de auxilio, más un juez y un letrado". De estas personas sólo diez se dedican a tramitar los certificados, y durante dos horas cuatro de ellas se dedican a diario a recibir a las funerarias con los muertos del día, una atención que debe ser cuidadosa para evitar errores.

A la situación de sobrecarga de trabajo los tramitadores denuncian que singuen sin mascarillas para trabajar y recibir a los funerarios. y que llevan guantes desde el jueves pasado. Desde el 20 de marzo han empezado a fumigar cada tarde el edificio donde están.