El Partido Popular Europeo tendrá que volver a discutir si debe ser expulsado de sus filas al Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orban, después de que así lo hayan solicitado formalmente 13 partidos nacionales, entre ellos los 'populares' de Bélgica, Luxemburgo, Finlandia y Grecia, al considerar incompatibles con los principios democráticos la deriva del Ejecutivo húngaro. El Partido Popular español no se ha sumado a la iniciativa.
"Tememos que el primer ministro Orban use sus nuevos poderes para ampliar aún más el control del Gobierno sobre la sociedad civil", alertan los líderes de centroderecha que han suscrito el texto, entre ellos los primeros ministros de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, y Noruega, Erna Solberg.
El presidente del Partido Popular Europeo, el ex primer ministro polaco y expresidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha recibido ya la carta. El asunto, en cualquier caso, solo podrá ser discutido en el seno de la Asamblea Política del partido europeo "que se reunirá cuando concluya el confinamiento", han explicado a Europa Press fuentes conservadoras.
El Parlamento húngaro adoptó esta semana el plan de emergencia diseñado por Varsovia para hacer frente a la pandemia del coronavirus que incluye medidas controvertidas y otorga a Orban casi plenos poderes al poder gobernar a golpe de decreto.
Así, el primer ministro húngaro podrá mantener de forma indefinida el estado de emergencia, a pesar de que debería estar limitado en el tiempo, y pone en riesgo la libertad de prensa y de información al prever penas de cárcel para quien difunda informaciones falsas.
Por ello, este grupo de delegaciones del PPE entre las que no está el PP de Pablo Casado, exigen la "expulsión" de Fidesz al considerar que la reforma de Orban es una "clara violación" de los principios fundacionales de la democracia liberal y de los valores europeos.
Le corresponderá ahora al presidente del PPE marcar los tiempos pero los estatutos del partido obligan a iniciar el proceso si se alcanza el quórum de delegaciones que piden la expulsión de uno de los socios.
En efecto, las reglas del PPE establecen que para suspender o expulsar a uno de sus miembros es necesario primero que lo pidan siete de sus partidos miembros, procedentes de al menos cinco países distintos, una condición que ya se cumple con los trece firmantes de la carta.
Entonces se escucharían los argumentos de los representantes de Fidesz en la Asamblea Política, en donde a continuación se sometería al voto de los asistentes la decisión de expulsar al partido húngaro, que deberá ser adoptada por mayoría simple de los presentes.
La carta enviada a Tusk la firman los partidos de centroderecha de Bélgica -los flamencos y valones--, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Eslovaquia, Suecia y Suiza.
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