El Congreso ha aprobado este Jueves Santo la segunda prórroga del estado de alarma desde el inicio de la crisis del coronavirus. Sánchez ha conseguido los apoyos necesarios para alargar el confinamiento hasta el 26 de abril, si bien lo ha hecho con bastantes menos apoyos que en las dos últimas ocasiones: el decreto ha salido adelante con 270 votos a favor, 54 en contra y 25 abstenciones.
Los 52 diputados de Vox han votado en contra porque "no seremos cómplices de la negligencia y el sectarismo" de un Gobierno que "es responsable de la mayor tasa de mortalidad del mundo por coronavirus". A los de Abascal se ha unido la CUP, que no ha respaldado al Ejecutivo al considerar que las medidas del Gobierno "no solo han sido insuficientes sino que, en algunos aspectos, han sido equivocadas".
En el marco de un debate bronco que se ha alargado durante casi 12 horas, la prórroga ha salido adelante por contar el Ejecutivo con el 'sí' de PP y Ciudadanos, al que se ha unido el de Unidas Podemos y PNV y resto de grupos minoritarios: Más País, Compromís, BNG, UPN, CC-NC, Foro Asturias, PRC y Teruel Existe. El independentismo ha mantenido su postura de excepcionalidad ya habitual, con ERC, JxCat y Bildu ubicados en la abstención. De hecho, el portavoz de los republicanos catalanes, Gabriel Rufián, vinculaba en su turno de palabra la unidad política y que su grupo apoyase los Pactos de la Moncloa que proponía el jefe del Ejecutivo a que existan primero pactos con País Vasco y Cataluña, "como mínimo".
La unidad política en torno a la gestión de la crisis ya no está agrietada, sino prácticamente rota. Como estaba previsto, el Gobierno ha sacado además adelante los tres reales decretos económicos aprobados de manera extraordinaria en el Consejo de Ministros, si bien en este punto Sánchez e Iglesias lo han conseguido en parte gracias al oxígeno aportado por los 10 diputados de Ciudadanos, grupo con el que ha pactado y negociado cada uno de los decretos.
El PP se ha mantenido fiel a su guion anunciando su 'no' a las dos medidas económicas más duras, los Reales Decretos 9/2020 y 10/2020, los que regulan entre otras cuestiones la prohibición de los despidos vinculados a la crisis; el permiso retribuido recuperable; o el cierre total de la actividad no esencial. See abstuvieron, no obstante, en el decreto del 'escudo social', el que incluye medidas de apoyo a pymes y autónomos. En este caso, Vox ha seguido la misma vía que sus homólogos: ha pulsado el botón del 'no' a los decretos 9 y 10, y el de abstención en las cuestiones sociales.
Ciudadanos, por su parte, y tras negociar el contenido de las medidas económicas previamente con el Gobierno, ha dado su 'sí' a los decretos que regulan el permiso retribuido recuperable y el escudo social, aunque con condiciones: los naranjas se jactan de haber conseguido el aplazamiento de impuestos y bonificaciones de cuotas sociales a autónomos y pymes y que las horas del permiso retribuido puedan recuperarse más allá del 31 de diciembre.
Marcaron abstención, no obstante, en la votación del Real Decreto 9/2020 porque el Gobierno lo ha mantenido «sin consenso» y «adoptado en solitario, exclusivamente con sus socios de Gobierno». Niegan que Sánchez haya querido incluir las propuestas de Ciudadanos y no ha tenido en cuenta «la realidad del tejido productivo español».
No será la última prórroga
Pero previsiblemente, no será la última vez en que Sánchez tenga que pedir la confianza de la Cámara para alargar el confinamiento. Aunque no ha hablado de fechas, el presidente del Gobierno avanzaba esta mañana que prevé solicitar otra prórroga más allá del 26 de abril. Y lo hará porque da por hecho que, para entonces, "no habremos puesto fin a la pandemia".
Sánchez hacía este anuncio en la mañana de este jueves, incluso antes de tener aprobada la segunda prórroga, que lo ha logrado finalmente en un contexto donde han primado las críticas y la tensión por encima de la imagen de consenso y unidad, que se entiende prácticamente rota tras el último pleno.
Insistía Sánchez en abanderar la "unidad y lealtad" política para hacer frente a la pandemia, ya que tras el confinamiento España se enfrentará a un plan transitorio "duro" para volver a una normalidad que se estima aún lejana. La crisis económica será una realidad tangible, a la que precederá, a tenor de la bronca vivida este jueves en el Congreso, una crisis política.
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