Unidas Podemos no comparte el aparente entusiasmo de sus socios de Gobierno respecto a la reedición de los Pactos de la Moncloa de 1977. Es más, considera que detrás de las declaraciones de algunos de los ministros socialistas, incluso del propio presidente del Gobierno, lo que hay es "marketing mediático" y "polémica artificiosa". Esto es, una propuesta insincera que "surge de la prensa y acabará en la prensa", aunque se esté usando en muy buena medida como arma arrojadiza contra el líder del PP, Pablo Casado. Lo más llamativo es que la opinión del líder del primer partido de la oposición no difiere mucho de la que expresan dirigentes de Unidas Podemos a El Independiente.
Recuerda el sector morado del Ejecutivo que aquellos pactos tuvieron lugar hace más de 40 años en una España "que no tiene que ver con la de ahora en ningún orden" y que retrotrae a una visión "romántica" de la Transición que ni Podemos ni la actual Izquierda Unida han compartido nunca.
Es más, Iglesias se conjuró en sus inicios políticos para acabar con lo que dio en llamar "el régimen del 78" y la necesidad de abrir un nuevo periodo constituyente. Garzón no le ha ido a la zaga al desacreditar, por ejemplo, el papel fundamental que el PCE jugó en aquel proceso acusando al partido de Santiago Carrillo de "engañar" a su militancia. Bien es cierto que en la actualidad, y desde que forman parte del Gobierno, han rebajado muchos de esos maximalismos.
La fórmula de UP es "más Constitución, más sector público, más de todo lo que se ha demolido en este tiempo"
Pero más allá de los nombres, sea Pactos de la Moncloa o para la reconstrucción nacional, Unidas Podemos asegura no rehuir del diálogo post-coronavirus siempre que sea para reforzar lo que esta crisis "ha convertido en consensos básicos, como la defensa del sistema público de salud", explicó el pasado martes el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique. Es más, para los morados esto no es una cuestión de "actores políticos", no se trata tanto de reunir en torno a una mesa al Gobierno, a los partidos de la oposición, agentes sociales y presidentes autonómicos, como representantes del Estado en sus respectivos territorios, sino debatir sobre "contenidos".
"Nosotros lo tenemos claro", dicen en el entorno de Pablo Iglesias. "Más Constitución olvidada, más sector público, más de todo lo que se ha demolido en este tiempo, si es esto, adelante", agregan las fuentes consultadas al tiempo que lanzan una exigencia que debería ir dirigida a sus socios siempre que la oferta de pacto sea real: "Que alguien explique qué quieren proponer".
Si el centro-derecha su suma a esos consensos, bien, si no, su concurso no es necesario y mucho menos si por la cabeza del PP pasa la idea de que Sánchez prescinda de sus socios de Gobierno. No parece que el jefe del Ejecutivo esté ni mucho menos en esa clave. Al menos, así lo manifestó el pasado martes la ministra portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero, cuando señaló, a preguntas de los periodistas, que se trataría de un acuerdo de adición, no de resta, esto es, manteniendo sus actuales alianzas y ampliarlas "para que se incorporen a un gran acuerdo de país el conjunto de las fuerzas políticas que no se quieran excluir", como PP y a Vox.
A lo sumo, cree Echenique que los postulados democristianos del PNV le pueden acercar a determinadas políticas sociales en un gran pacto de reconstrucción nacional, pero no ve ni a los de Pablo Casado ni a los de Santiago Abascal sumándose. Y recordó que en 1977 "los que no querían los Pactos de la Moncloa fue la Alianza Popular de Manuel Graga, no el Partido Comunista".
Donde realmente cree Unidas Podemos que está el tablero de juego es en Europa. Ese es, dicen, "el verdadero territorio de unos eventuales Pactos de la Moncloa", aunque el nuevo fracaso de la reunión del Eurogrupo no aventura nada halagüeño. "Este país y Europa tendrán que remar unidas o, adiós barca " sentencian.
Otra cosa es si la oferta de Pedro Sánchez de un gran pacto nacional una vez pase la crisis de coronavirus es sincera. El hecho de que no le planteara nada en este sentido a Casado el pasado sábado y que ignorara la propuesta que sí le hizo la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, más allá de agradecerle la oferta, da la razón a los que creen que no es más que una estrategia mediática.
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