Pedro Sánchez avisó a Pablo Iglesias que iba a lanzar en sede parlamentaria una oferta a la oposición de pacto nacional por la reconstrucción del país al estilo de los históricos Pactos de la Moncloa. Eso no impidió, sin embargo, que el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, expresara de viva voz las reticencias que el socio de coalición tiene hacia esta propuesta, aunque a cambio estableció las líneas rojas por las que, a su juicio, debe transitar ese acuerdo de amplio espectro.
El presidente del Gobierno solemnizó su propuesta con el vicepresidente segundo sentado en los escaños azules, algo más distanciado físicamente de lo habitual para respetar las instrucciones sanitarias respecto a la pandemia de Covid-19. La noche anterior hablaron ambos políticos sobre una cuestión en la que trabajarán en los próximos días, entre otras cosas, para acercar posiciones entre el sector socialista y el sector morado del Ejecutivo. Ahí también trataron el anuncio que se haría respecto al Ingreso Mínimo Vital, precedido de una reunión telemática de Iglesias con sindicatos y distintas ONGs.
El jefe del Ejecutivo ha emplazado a partidos políticos, agentes sociales y presidentes autonómicos a una reunión la próxima semana, pero no se conoce la fecha concreta, ni el orden del día, ni sistema de funcionamiento, ni el formato, que, en principio, debería ser telemático, lo que añade dificultades a una negociación ya de por sí larga, compleja y de futuro incierto.
Se tendrá que cerrar formato, orden del día, funcionamiento. El confinamiento dificulta la cita
De hecho, la principal sorpresa del debate parlamentario de la mañana, -destinado a prorrogar el estado de alarma hasta el 26 de abril, al que luego llegará otro que alcanzará el 12 de mayo- fue el emplazamiento concreto a una mesa de diálogo, en muy buena medida para responder a las críticas del líder de la oposición, Pablo Casado, que había calificado la oferta informal de "señuelo", y hasta a los socios de Unidas Podemos, que lo consideraban más una estrategia de "marketing mediático".
A los de Iglesias sigue sin gustarles la alusión a los pactos del 77 y, de hecho, el líder morado huyó de esa definición en un tuit donde valoraba la oferta y advertía sobre los límites infranqueables de la misma: "El Presidente convoca a un acuerdo económico y social abierto a las fuerzas políticas, a los sindicatos, a las empresas y a las CCAA. El constitucionalismo social y democrático, la defensa de lo público y lo común y una Europa social y solidaria representan hoy el interés general".
El Presidente convoca a un acuerdo económico y social abierto a las fuerzas políticas, a los sindicatos, a las empresas y a las CCAA. El constitucionalismo social y democrático, la defensa de lo público y lo común y una Europa social y solidaria representan hoy el interés general
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) April 9, 2020
En resumen, un entusiasmo perfectamente descriptible. A lo más que había llegado el secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Unidas Podemos, además de diputado, Rafa Mayoral, un día antes, fue a defender la necesidad de "abrir horizontes de cara al futuro" para el reforzamiento presupuestario del Sistema Nacional de Salud a través de "un acuerdo de todas las fuerzas políticas". Durante la comparecencia parlamentaria del ministro de Sanidad, Salvador Illa, apeló, asimismo, a "poner en pie un sistema público de cuidados. No es posible seguir entregando los cuidados al lucro" y pidió la aplicación del artículo 131 de la Constitución.
De apelar al artículo 128 de la Constitución, Unidas Podemos pone el acento ahora en el 131
Dicho artículo reza que "el Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución". De este modo, los morados han pasado de enarbolar el artículo 128, respecto a la subordinación de toda la riqueza del país al interés general -que en muchos sectores financieros y económicos se entendió como un aviso "nacionalizador"- a este otro sobre la planificación económica.
Entre otras cuestiones, está por ver también cuál será el papel del vicepresidente segundo y de los ministros de Unidas Podemos en esa versión revisada de los Pactos de la Moncloa.
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