La rueda de prensa posterior a la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros ha estado marcada por los interrogantes en torno a la oferta presidencial de reunir la próxima semana a partidos políticos, agentes sociales y presidentes autonómicos para editar una suerte de Pactos de la Moncloa de reconstrucción del país. Finalmente, el gabinete del jefe del Ejecutivo llamará durante la próxima semana a sus interlocutores en lo que serán, en principio, reuniones de carácter individual y no ese gran encuentro que anunció el jueves en sede parlamentaria.
A pesar de la supuesta oferta de mano tendida, la ministra portavoz, María Jesús Montero, ha arremetido contra los grupos políticos "que no han entendido ni el alcance, ni la profundidad ni la gravedad de la situación" creado por la pandemia, partidos que "siguen con las viejas sinergias y no son capaces de arrimar el hombro". En concreto, "no se entendería que el primer partido de la oposición no acudiera a una reunión en la que se habla del futuro de España. Hay que aparcar la guerra partidista", ha sentenciado en alusión a las profundas reticencias que alberga el PP, sobre todo después de la controvertida intervención de la portavoz socialista, Adriana Lastra, en el pleno de este semana.
Precisamente, interrogada respecto a si hay un clima de confianza para que esos pactos salgan adelante, la ministra ha exhortado a los futuros convocados a que olviden las cuestiones ideológicas para llegar a "consensos básicos", como la necesidad de endeudamiento de España, para "afrontar a medio plazo retos tan importantes" como el fortalecimiento del Estado del bienestar y de la democracia.
En principio, parece que Sánchez tampoco irá con un documento cerrado y escuchará "lo que nos quieran decir en una posición abierta y transparente. Todo lo que aporten será bienvenido". Moncloa considera indispensable el concurso de la CEOE y atribuye a "cierta confusión" que la vicepresidencia segunda diera por hecho su respaldo al Ingreso Mínimo Vital y no "la de empresarios individuales", en lo que ha supuesto una corrección a Pablo Iglesias, por mucho que haya insistido en que el Gobierno "está fuerte y cohesionado".
"La semana que viene convocaremos una reunión. Esperamos que acudan todos y cada uno de los llamados o evidenciarán que el país no puede contar con ellos cuando se les necesita", ha proseguido la ministra respecto a una oferta que "necesariamente tiene que contar con la participación de todas las fuerzas políticas, empresarios, organizaciones sociales y presidentes autonómicos". En definitiva, el Gobierno dice tener una "mano tendida para sumar talento y capacidades que nos permitan marcar las prioridades, cómo tenemos que reconstruir nuestro país una vez consigamos mitigar la crisis sanitaria. El Ejecutivo es consciente de que está en juego nuestro presente y futuro como sociedad por lo que era nuestra responsabilidad abrir un debate para una tarea colectiva".
Moncloa intenta cerrar el enfrentamiento con el mundo de la cultura forzando una reunión de Uribes con el sector
Sin adelantar en principio ningún detalle para una oferta aún llena de incógnitas, Montero ha subrayado que será bienvenido "todo el que quiera aportar con propuestas, criticas constructivas, ideas y argumentos. Los españoles no entenderían que no pudiéramos aparcar diferencias y reproches acumulados".
Por otro lado, el gobierno de coalición intenta cicatrizar la herida que ha surgido con el mundo de la cultura, una vez que el ministro del ramo, José Manuel Rodríguez Uribes, anunció el pasado martes que no tenía en cartera ningún plan de ayuda específico para el sector, lo que motivó un enorme revuelo en un colectivo que siempre ha apoyado a la izquierda.
Por ello, Uribes estudiará la "singularidad" del mundo de la cultura en una reunión con el sector al que también se sumará la titular de Hacienda "para estudiar todas las propuestas y dar respuesta, en la medida de nuestras posibilidades. La cultura es la libertad y la libertad es democracia, sector indispensable para el avance social", en lo que supone un giro a pesar de que Montoro haya negado un cambia de posición del Ejecutivo.
Preguntada además por el Ingreso Mínimo Vital (IMV), que capitanea el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, Montoro lo ha eludido por completo para centrarse en los trabajos del titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que trabaja en la que será la renta mínima definitiva, que llegará no antes de tres meses.
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