Los líderes independentistas condenados por su participación en el 1-0 podrán volver a salir de los centros penitenciarios a partir de mañana para trabajar. Asi lo ha decretado hoy el departamento de Justicia de la Generalitat, al anunciar que todos los presos en tercer grado o que se benefician de la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario podrán reincorporarse a sus puestos de trabajo a partir de mañana. La medida no beneficiará, sin embargo, a aquellos que habían obtenido permiso para salir en tareas de voluntariado o a cuidar a familiares enfermos, los casos de Jordi Sánchez, Dolors Bassa y Carme Forcadell.
Para poder salir, los presos que quieran acogerse a esta medida tendrán que acreditar que la empresa para la cual trabajan ha recuperado la actividad. Hasta la aplicación de las medidas de confinamiento, los nueve condenados por el 1-O habían obtenido el permiso de las autoridades penitenciarias para salir de la cárcel para trabajar o hacer voluntariado, en un régimen muy similar al tercer grado.
Oriol Junqueras fue contratado por la Universidad de Vic, Joaquim Forn por Mediapro, Jordi Cuixart volvió a la dirección de su empresa de empaquetado, y Raül Romeva asesora a una ONG. Los últimos en incorporarse a este régimen fueron los ex consejeros Jordi Turull y Josep Rull, los últimos junto a Romeva en ingresar en prisión preventiva.
Hace dos semanas la gestión de lo presos independentistas volvió a provocar un choque entre Generalitat y Tribunal Supremo cuando se anunció el permiso de confinamiento domiciliario para los presos en tercer grado y los acogidos al 100.2. Tras lo cual, el Supremo amenazó con una querella por prevaricación a los funcionarios que permitieran el confinamiento domiciliario de los condenados independentistas. Finalmente, las juntas de tratamiento penitenciario acordaron no conceder ningún permiso en Lledoners, donde cumplen condena los hombres. Bassa y Forcadell quedaron también excluidas de la medida.
Centros abiertos
La Secretaría de Servicios Penitenciarios de la Generalitat advierte de que los presos que salgan a trabajar deberán cambiar de módulo o ser trasladados a centros abiertos para evitar posibles contagios por la convivencia con los otros internos. Actualmente 22 reclusos se benefician del 100.2 y ninguno de ellos ha pasado a confinamiento domiciliario. Respecto a los 1.841 reclusos en tercer grado, sólo 188 permanencen en las prisiones catalanes, según los datos de la Conselleria.
Las salidas para trabajar son la única medida de relajación introducida por Justicia desde que el 16 de marzo se aplicó la máxima limitación de entradas y salidas para evitar la propagación del Covid-19. Se mantiene el aplazamiento de todos los permisos y la suspensión de todas las visitas a los presos.
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