Moncloa y el Grupo Socialista creen que todavía es posible llevar al líder del PP, Pablo Casado, al "sí" en la votación de la prórroga del estado de alarma y, para ello, han tocado a rebato. Los socialistas no se conforman con una mera abstención, que no impediría que saliera adelante la convalidación, aunque con un presidente del Gobierno muy debilitado en su posición, abandonado también por sus socios parlamentarios como el PNV y ERC, formación esta última que ya ha confirmado su voto en contra.
La tarea es ímproba puesto que el entorno del líder popular está "más en el no, que en la mera abstención", admiten fuentes populares. Pero desde el Gobierno subrayan que "todavía queda día y medio hasta el debate" de este miércoles en el Congreso de los Diputados "y la situación puede cambiar". Sea deseo o realidad, Moncloa y el Grupo Socialista se han movilizado, con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo a la cabeza, ya recuperada de las secuelas de su positivo en coronavirus, para que las cuentas de la votación salgan con cierta holgura.
Pedro Sánchez necesita más votos a favor que en contra, sin mayorías cualificadas. Con los votos de sus socios de Gobierno, esto es, Unidas Podemos, a los que añadir los de Más País, BNG, PRC y Teruel Existe, suman 161 votos, a la espera de lo que pueda hacer Pedro Quevedo de Nueva Canarias, puesto que su partido todavía lo está discutiendo.
El "no" del PP hace imposible que se convalide la prórroga, su abstención, no
Los contrarios a la prórroga, esto es, ERC, VOX, JxC y la CUP, aúnan 75 votos, con lo que saldría adelante la convalidación. A falta de saber lo que van a hacer los 10 diputados de Ciudadanos, -puesto que su líder, Inés Arrimadas, no ha querido adelantar el sentido de su voto, aunque pueden estar cerca del sí-, los 103 diputados de los abstencionistas PP, PNV, Bildu y Coalición Canaria no impedirían la convalidación. Eso sí, si los 89 votos populares se inclinaran por el no, obtendrían 164 papeletas -166 con Navarra Suma- y Sánchez se quedaría compuesto y sin "plan b".
"La intención es que la prórroga salga adelante, y todavía hay tiempo", insisten las mismas fuentes gubernamentales convencidas de que no todo el PP comulga con poner fin al estado de alarma, salvo el sector más duro, en el que encuadran a la presidenta de la Comunidad madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Eso sí, el tono durísimo con el que se empleó el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, apelando a la responsabilidad del PP al tiempo que anunciaba "caos" y "desorden" en caso de que el estado de alarma descaiga, no parece el más apropiado para allanar el terreno, pero se defienden recordando que "también Casado estuvo muy duro en sus declaraciones de la mañana en Onda Cero".
Las elecciones gallegas dependen del fin del estado de alarma, las vascas, no
En el caso del gallego Alberto Núñez Feijóo recuerdan que está pendiente de unas elecciones autonómicas y que el decreto de suspensión de las mismas vincula su celebración al fin del estado de alarma, cosa que no ocurre con los comicios vascos, que también iban a celebrarse el 5 de abril pasado.
Vascos y gallegos están a cinco meses de que expire su actual legislatura y Feijóo necesita que se derogue el estado de alarma para poderlas convocar. El artículo 2 del decreto del Gobierno gallego de supensión electoral, recoge literalmente que "la convocatoria de elecciones al Parlamento gallego se activará una vez levantada la declaración del estado de alarma y la situación de emergencia sanitaria. Dicha convocatoria se realizará en el plazo más breve posible, oídos los partidos políticos, y por decreto del presidente de la Xunta". En cambio, el decreto vasco se limita a señalar que dicha convocatoria "se activará una vez levantada la declaración de emergencia sanitaria." y nada dice del estado de alarma.
Moncloa no se plantea más escenario que sacar adelante la convalidación. Niegan que esté en sus planes decretar un nuevo estado de alarma, distinto al del 14 de marzo, que no necesitaría de la convalidación del Congreso al menos en sus primeros quince día de vida. "Ni nos lo hemos planteado", aseguran.
¿Qué opciones tiene Sánchez para intentar atraerse a Casado? Hay sectores del PP convencidos de que el presidente del Gobierno "hará gestos con Casado" como dar cumplimiento a alguno de los diez puntos del "plan de choque" que presentó el líder popular el pasado 9 de marzo y que no recibieron respuesta. Contenía desde medidas impositivas, pasando por un paquete de medidas legislativas relativas a la unidad de unidad de mercado y mantener la reforma laboral de Fátima Báñez, la que, por cierto, creó la figura de los Ertes a la que ahora se aferra el ejecutivo socialista.
Una vía puede ser darle al PP la presidencia de la comisión por la reconstrucción
Habría otra vía, dar al PP la presidencia de la comisión de reconstrucción social y económica, que se constituye este jueves en el Congreso de los Diputados. Los dos principales partidos del país se disputan presidirla y podría ser un gesto de buena voluntad para evitar que Sánchez sacara adelante esta prórroga con el apoyo de apenas un puñado de Grupos parlamentarios muy minoritarios y poco representativos. El PP sentará en dicha comisión a Ana Pastor, a la que promocionan para la presidencia. Además, Pablo Casado se ha inscrito en la misma como "adscrito", lo que le va a permitir acudir a sus convocatorias cuando lo estime necesario.
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