Pablo Iglesias ha sido reelegido secretario general de Podemos con un apoyo del 92,19% (53.000 votos de los 500.000 inscritos de la formación) mientras que su rival, el manchego Fernando Barredo, ha obtenido el 7,81% de los apoyos. Iglesias mandará en Podemos otros cuatro años, aunque lo hará ya sin limitación de mandato ni topes salariales y con la formación reconvertida a todos los efectos en un partido clásico.
Sólo 59.201 inscritos han participado en el proceso, apenas un tercio de los que lo hicieron en Vistalegre II, cuando Iglesias se impuso a las candidaturas de Iñigo Errejón y de los Anticapitalistas. En aquel proceso participaron más de 155.000 personas.
Sin ningún debate ni encuentro presencial ha zanjado Podemos su tercera asamblea ciudadana, el órgano equivalente a los congresos de los partidos clásicos en los que la militancia -o los "inscritos" en el caso de Podemos- deciden el rumbo y la estrategia de los próximos cuatro años.
Pero en esta ocasión, con los "errejonistas" y Anticapitalistas ya fuera del partido, la dirección de Podemos no será otra que la que marque Iglesias, reelegido sin ningún género de dudas como secretario general por tercera vez, para indignación de su rival Barredo, escandalizado con que la asamblea se vaya a celebrar íntegramente de forma telemática, sin posibilidad de dar a conocer su proyecto.
Así, Iglesias revalida su cargo en su momento político más dulce. Logró sentar a su formación en el Consejo de Ministros del que es vicepresidente con el peor resultado electoral de la historia de Podemos.
Y lo hace con el control prácticamente total de un partido que -tal y como reconoció el mismo- dio "vergüenza ajena" por las batallas internas, que él ganó.
La asamblea se zanja además en un clima un tanto incierto, con un PSOE que ha logrado pactar con Ciudadanos las prórrogas del estado de alarma y ha visto debilitada la relación con sus socios a la izquierda.
Desde Podemos ven incompatible con Cs el programa de gobierno suscrito con el PSOE. El propio Iglesias ha recordado hoy que lo pactado debe ser cumplido a cuenta del acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral antes de que finalice el estado de alarma.
Cuotas para los militantes
Coincidiendo con su llegada al Gobierno, Podemos iniciará desde mañana -con el visto bueno de los afiliados- su tercera etapa como organización, en la que pasará a tener una estructura más clásica.
El documento organizativo propuesto por el equipo de Iglesias propone un cambio en la figura de los militantes, que a partir de ahora pagarán una cuota y podrán decidir en exclusiva la dirección en su organización local, una votación de la que se excluirá a los "inscritos".
Defiende además que el sistema de inscritos -basado en el modelo de una organización líquida, con un liderazgo vertical- impidió construir "una organización sólida, enraizada en nuestros pueblos y ciudades, con bases amplias y debate político". Desaparecerán además los "círculos sectoriales", con lo que la organización del partido se limitará a la de los territorios.
A partir de mañana, se marcará distancia con los principios éticos que regían en Podemos desde su fundación en 2014: se flexibilizan el límite de mandatos y los sueldos de los cargos públicos.
El esquema lo concretará el Consejo Ciudadano Estatal -la ejecutiva del partido- pero la intención del equipo de Iglesias es eliminar el tope de tres salarios mínimos.
A partir de ahora, los cargos públicos de Podemos donarán entre un 5 y un 30 % del sueldo al partido o a fines sociales, pero la intención es que dará más sueldo quien menos responsabilidades asuma, es decir, se "recortará" más a un alcalde que a un ministro de Podemos.
El equipo de Iglesias propone flexibilizar más el límite de mandatos, que se fijaba hasta ahora en ocho años ampliables a doce de forma excepcional, aunque ahora podrán ser de más si así lo deciden las bases.
Iglesias ha aclarado esta semana que no va a estar "toda la vida" en política, sin concretar cuándo se marchará.
"Hay que estar a disposición de los inscritos", dijo en una entrevista en la que justificó que quitar estos topes permitirá a los cargos públicos más jóvenes tener la oportunidad de ponerse al frente del partido "cuando toque".
La lista de Pablo Iglesias al nuevo Consejo Ciudadano de Podemos (CCE) incorpora a los máximos colaboradores en la Vicepresidencia segunda del Gobierno: su jefe de Gabinete, Julio Rodríguez; el secretario de Comunicación y Estrategia de la Vicepresidencia del Gobierno, Juanma del Olmo; y sus dos secretarios de Estado, Ione Belarra -Agenda 2030- y Nacho Álvarez -Derechos Sociales-.
También estarán en la próxima dirección la número dos del partido y ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz parlamentario, Pablo Echenique; y la secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera, junto al portavoz del partido, Rafael Mayoral, y el secretario de Organización, Alberto Rodríguez.
No opta sin embargo a revalidar su puesto la vicepresidenta del Congreso, Gloria Elizo, que era la Secretaria de Políticas contra la Corrupción y responsable legal del partido.
En esa lista están también el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, y la presidenta del grupo Catalunya en Comú-Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, un gesto que no es baladí, pues Iglesias se ha marcado como objetivo para esta nueva etapa fortalecer los vínculos con IU y también con los comunes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
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