Los guardias civiles que participan en el dispositivo de protección del chalé en el que viven el vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra Irene Montero tienen instrucciones expresas de evitar pintadas en la fachada o que puedan colocarse pancartas y banderas con algún tipo de "simbología" o que planteen "reivindicaciones".
Así se detalla en una instrucción interna que la Comandancia de Madrid envió al puesto de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) el pasado 13 de marzo, justo un día antes de que el Gobierno declarara el estado de alarma para tratar de contener la transmisión del coronavirus.
El documento, cuyo contenido ha adelantado Vozpopuli y al que ha tenido acceso este diario, da pautas de actuación a los agentes que integran el operativo de seguridad a las puertas de la vivienda que los citados dirigentes poseen en Galapagar (Madrid) desde hace dos años. La propiedad la escrituraron el 8 de mayo de 2018 y desde finales de septiembre de ese año se presta servicio de vigilancia estática a las puertas.
En concreto, los guardias civiles no sólo tienen el cometido de brindar protección a los residentes en el chalé, sino de evitar también que alguien pueda entrar en la propiedad o lanzar cualquier objeto por encima del muro perimetral.
También ha de procurar que no se dañe la finca con "pintadas" o con "la colocación de cualquier otro elemento en el vallado/muro exterior, calles circundantes o aledañas (pancartas, cartelería, banderas o cualquier otro elemento físico que contenga simbología, reivindicaciones, reclamaciones, etc)", así como impedir que personas puedan concentrarse "en el tramo de las calles que circundan" la vivienda.
No son las únicas prevenciones que los guardias civiles han de adoptar. También tienen que interesarse por las visitas y controlar en todo momento a las personas que se acerquen al domicilio con la intención de realizar "labores de buzoneo de correspondencia o propaganda, entrega de paquetería, comida...".
La seguridad en el entorno del chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero ha vuelto a ser noticia esta semana, cuando la Guardia Civil ha vallado la esquina de la calle en la que se encuentra la vivienda a fin de que los ciudadanos que protestan contra la gestión del Gobierno no pudieran llevar el sonido de sus cacerolas hasta la misma puerta del chalé.
La Comandancia de Madrid envió la instrucción a los agentes que realizan el servicio a las puertas de la vivienda de Galapagar el día antes de la declaración del estado de alarma
El agente deberá dejar constancia por escrito de las actuaciones que lleve a cabo, como el horario de las rondas de vigilancia, la verificación de las visitas, el control de vehículos y personas ajenas a la casa, así como cualquier otra incidencia que se pueda registrar.
Además de su arma reglamentaria, a los funcionarios destacados a las puertas de la casa de Iglesias y Montero en labores de vigilancia estática se les proporciona un teléfono móvil y el número deberán conocerlo tanto el vicepresidente y la ministra de Igualdad como los escoltas de éstos.
"En todo momento deberá guardar una compostura acorde con su condición de guardia civil y con las normas de cortesía oportunas, especialmente cuando se encuentre en presencia de las autoridades", añade el documento.
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