La estupefacción en las filas del PNV, acostumbrada siempre a tener en sus manos el botón nuclear que decide el destino de no pocas votaciones parlamentarias trascendentales, es palpable. Y el Gobierno sabe de sobra que ese será un precio a pagar cuando vuelvan a llamar, que lo harán, a la puerta de los nacionalistas vascos. El pacto del Gobierno con EH-Bildu para salvar la quinta extensión del estado de alarma ha dejado descolocada a la formación de Andoni Ortuzar y al lendakari, Íñigo Urkullu.
Consideran distintos sectores del Ejecutivo que se le ha hecho a Bildu un "regalo" en plena precampaña de las elecciones vascas del próximo 12 de julio al haberle dado un instrumento potentísimo, esto es, el compromiso de mayor capacidad de gasto para las entidades locales, forales y autonómicas que no tienen en el resto de España.
El PNV guardó ayer silencio pero hoy ha hablado, y lo ha hecho con claridad para advertir a Pedro Sánchez […]
Ese es el segundo punto del pacto, el que ha pasado más desapercibido, "y el que es peor, electoralmente hablando, para el PNV". Aún en el caso de que el gobierno central arrastrara los pies y se hiciera el remolón, esto supone, de cara a los comicios autonómicos un balón de oxígeno y la mitad de la campaña electoral para la izquierda abertzale.
"Sube el precio del PNV, que nos está esperando cuando volvamos a pedir su respaldo", dicen en el Gobierno
Y como daño colateral "sube el precio del PNV, que nos está esperando para cuando volvamos a pedir su respaldo en una votación parlamentaria", se temen en el Ejecutivo. Sin ir más lejos, el miércoles de la semana que viene, debería debatirse la sexta prórroga del estado de alarma. Andoni Otuzar ya ha advertido, sin grandes aspavientos, que se «ha encendido ya la luz de reserva» en el depósito de confianza al Gobierno de Pedro Sánchez y que si no cambia su modo de proceder y buscar alianzas, será «complicado» contar con su apoyo de modo que se le dificultará sobremanera concluir la legislatura.
Es cierto que no parece existir una amenaza de riesgo inmediato, puesto que al nacionalismo vasco le interesa la continuidad de este gobierno, pero amargar con ponerle fecha de caducidad más pronto que tarde subraya la extrema debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez. Además, eso no impide que los nacionalistas vascos, ignorantes de la negociación paralela, castiguen parlamentariamente al ejecutivo de coalición en algún momento.
En Sabin Etxea ayer la consigna fue clara: guardar silencio. "Primero, que se aclaren ellos", aseguraban a la petición de […]
La ministra portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró el pasado viernes, tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, que el Gobierno no renunciará "a preservar la salud de los ciudadanos" si considera que el instrumento es una nueva prórroga del estado de alarma para limitar la libre circulación. "Cuando llegue ese momento se verá, pero el Gobierno no va a renunciar a su responsabilidad de poner por encima la salud de las personas", agregó.
Otra cosa es con qué votos lo hará. Porque si bien Ciudadanos no se ha cerrado a un nuevo respaldo, a pesar del engaño al que fue sometido cuando se le ocultó el pacto con Bildu, puede, al igual que el PNV poner un precio muy alto. Además, con ERC y Compromís en el "no" y Nueva Canarias en las filas de la abstención cada vez se le achican más los espacios y no es cuestión de ir a una votación para perderla.
La noche anterior atacaron el portal de su casa con pintura roja y pasquines en los que culpaban a su […]
Sería creíble el acto de desesperación del Gobierno por sacar adelante la quinta prórroga si no fuera porque llevaban ya "varios días" negociando con los proetarras, si hay que hacer caso a la versión que ofreció el portavoz adjunto de EH-Bildu en la Cámara Baja, Oskar Matute. Con el apoyo asegurado de PNV y de Ciudadanos, PSOE y Podemos podrían haber cortocircuitado esa negociación, pero siguieron adelante con el plácet del presidente del Gobierno y tras ocultar al Parlamento el acuerdo a la espera de la votación.
La estupefacción en las filas del PNV, acostumbrada siempre a tener en sus manos el botón nuclear que decide el destino de no pocas votaciones parlamentarias trascendentales, es palpable. Y el Gobierno sabe de sobra que ese será un precio a pagar cuando vuelvan a llamar, que lo harán, a la puerta de los nacionalistas vascos. El pacto del Gobierno con EH-Bildu para salvar la quinta extensión del estado de alarma ha dejado descolocada a la formación de Andoni Ortuzar y al lendakari, Íñigo Urkullu.