El racismo ya está en la agenda política de las elecciones presidenciales de 2020. Las protestas más importantes que se han visto en Estados Unidos desde la muerte de Martin Luther King tienen lugar en año electoral, en el año en el que el presidente, Donald Trump, se juega su reelección. El presidente, de momento, no ha hecho ningún llamamiento a la unidad, y el que será aspirante demócrata, Joe Biden, ha dicho que "Trump es parte del problema y contribuye a agravarlo".
El ex vicepresidente Joe Biden, que será proclamado oficialmente candidato demócrata a la Presidencia de EEUU en la Convención de agosto, ha prometido trabajar "para revertir el racismo sistémico" si es elegido presidente, en un discurso en Filadelfia, donde este martes se celebran primarias. Ha mencionado en concreto que apoyará leyes que impidan los abusos policiales.
"El presidente de Estados Unidos debe ser parte de la solución, no del problema. Este presidente es parte del problema y lo agrava", ha remarcado. Sin embargo, el ex vicepresidente de la Administración Obama, el único presidente afromericano en la Historia de EEUU, ha reconocido que cuando se vaya Trump, no se soluciona el racismo.
"La historia de América no es un cuento de hadas. La cruda realidad es que el racismo nos divide. Mirad, la Presidencia es una misión enorme. Nadie lo hará todo bien. Y yo tampoco. Pero os prometo que no voy a traficar con el odio y la división. No voy a atizar el fuego del odio. Buscaré cómo sanar las heridas raciales que durante tanto tiempo se han agravado en este país, no las usaré con fines políticos".
Biden ha acusado a Trump de "estar más interesado en el poder que en los principios!. Ha criticado que el presidente haya ordenado dispersar una manifestación pacífica cerca de la Casa Blanca para dejarse hacer una foto con la Biblia en la iglesia de St John, la llamada "iglesia de los presidentes". Según el ex vicepresidente, Trump busca "satisfacer las pasiones de sus votantes más que tratara de trabajar por toda la ciudadanía".
El ex vicepresidente demócrata ha aludido a las palabras del afroamericano, George Floyd, que murió víctima de un homicidio, según la autopsia, después de que un agente blanco hincara su rodilla en su cuello más de nueve minutos. Otros tres agentes le ayudaron. Sucedió el 25 de mayo. Desde entonces, arde EEUU, desde Mineápolis, donde sucedió, hasta la Casa Blanca.
Las palabras de George Floyd, 'no puedo respirar', no murieron con él. Hablan a una nación donde demasiado a menudo el color de tu piel pone en peligro tu vida", dice el ex vicepresidente demócrata
"Las palabras de George Floyd no murieron con él. Hablan a una nación donde demasiado a menudo el color de tu piel pone en peligro tu vida. Hablan a una nación donde más de 100.000 personas han perdido la vida por el coronavirus y 40 millones han perdido su empleo, con un número desproporcionado de víctimas y de despidos en las comunidades afroamericanas y en minorías", ha dicho Biden, en su primer gran discurso público desde el estallido de los disturbios.
Si se celebraran elecciones ahora, Biden tendría posibilidades de ganar porque aventaja en al menos cinco puntos a Trump. Sin embargo, los demócratas no se confían, porque ya vivieron hace cuatro años una carrera electoral victoriosa que acabó en derrota el día clave, el día de la votación. Será vital para las aspiraciones demócratas que la participación sea alta y estas protestas pueden movilizar al electorado afroamericano, de partida favorable a los demócratas, pero muy inclinado a no registrarse y no votar.
El que será rival demócrata por la Presidencia quiere marcar distancias con Donald Trump, que durante su mandato ha flirteado con los supremacistas blancos, a los que evita condenar hagan lo que hagan. Cuando una gran mayoría de estadounidenses esperaba que el presidente dirigiera un mensaje de reconciliación a la nación, Trump amenazó el lunes con desplegar el Ejército y así restaurar la ley y el orden.
Otra de las batallas que está librando ahora es contra los gobernadores, a los que acusa de debilidad con los alborotadores, y directamente los califica de idiotas.
Este martes ha arrancado su mañana tuitera instando al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, a que recurra a la Guardia Nacional para acabar con los saqueos en la ciudad de los rascacielos. "Los malavidas y los perdedores están destrozando la ciudad. ¡Actúa rápidamente! No cometas el mismo error que has hecho con las residencias", ha escrito Trump en Twitter.
Donald Trump ve cómo su año electoral se ha complicado en extremo. La situación económico ha dado un giro de 180 grados: del pleno empleo a unas cuotas que no se veían en décadas, ya en el 15%. El coronavirus ha dejado un panorama desolador.
Las protestas motivadas por el racismo han vuelto a mostrar su rostro más incendiario. Para sus seguidores se muestra como el presidente de la ley y el orden, pero una vez más deja claro que no está dispuesto a conciliar porque no da votos.
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