"Lo que ocurre es que el ministro del Interior que está destapando toda esta mal llamada 'policía patriótica' y colaborando con la Justicia es Marlaska y por eso ustedes le atacan". Estas palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pronunciadas en el Congreso a cuenta del escándalo por el cese de Pérez de los Cobos, han devuelto a la actualidad a Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior entre 2011 y 2016. A Fernández Díaz se le atribuye la creación de un grupo policial paralelo para investigar el procés y fabricar pruebas contra sus cabecillas, algo que siempre ha negado.
En conversación con El Independiente desde su confinamiento en Barcelona, no sólo acusa a Sánchez de ofrecer "la quinta versión para intentar justificar lo injustificable", esto es, la defenestración del que era responsable de la Comandancia de Madrid "por negarse a cometer un delito", sino que pasará a la historia "por haber afirmado que existe una 'policía patriótica' en la Guardia Civil", declaraciones que cree más propias de Unidas Podemos, Bildu o ERC, pero no "de un presidente del Gobierno".
Para salvar al ministro del Interior no hace falta ofender a la Guardia Civil"
"Para salvar al actual ministro del Interior no hace falta ofender a la Guardia Civil", prosigue y menos a Pérez de los Cobos, con el que trabajó en el Ministerio durante cinco años. "Intolerable", "execrable", "indecente", son algunos de los epítetos elegidos para describir la penúltima controversia en la que se ha visto envuelto el Gobierno de Sánchez. En este sentido, ironiza Fernández Díaz sobre el hecho de que el jefe del Ejecutivo, después de dos años en Moncloa, "casualmente se ha enterado ahora" de la presunta existencia de dicho cuerpo parapolicial.
"Es peor que una injuria o una calumnia, que lo son, es una indignidad y una obscenidad" reitera al otro lado de la línea telefónica para recordar a continuación al fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba. Cree Fernández Díaz que "si viviera estoy seguro de que hubiera alzado la voz seriamente para desmontar esa indecencia y la sarta de infamias que se han dicho" sobre el que fuera, además, responsable del dispositivo policial del 1-O, por lo que tuvo que declarar en el Supremo durante el juicio del procés en calidad de testigo.
Fernández Díaz no conoció a Pérez de los Cobos hasta desembarcar en el Ministerio del Interior, a donde lo llevó Pérez Rubalcaba, y dice constarle "la confianza personal y profesional que tenía en él y yo afirmo lo mismo".
Me consta la confianza personal y profesional que Rubalcaba tenía en Pérez de los Cobos"
Con la misma vehemencia que la titular de Defensa, Margarita Robles, defiende el ex ministro popular que "no conocen a la Guardia Civil" los que acusan a este cuerpo de seguridad del Estado de tendencias golpistas e insurrecionales, tampoco de insubordinación. Considera que dichas opiniones se sustentan en los "prejuicios" de quienes las vierten y que son impensables en una fuerza de naturaleza militar "con plena constancia de lo que significa la disciplina y el honor". Pero que eso lo diga, insiste, Podemos, Bildu o Gabriel Rufián, "tiene una lógica en su mentalidad, pero que se diga desde el Gobierno es escandaloso".
Se muestra muy crítico con una coalición que tiene en su seno "cinco comunistas", lo que considera "anómalo" en un Ejecutivo europeo del siglo XXI, pero que responde a la necesidad de "supervivencia política y personal, por encima de cualquier otro interés, incluso a la propia idea de España" de Pedro Sánchez. "Sabe perfectamente que sus supervivencia depende de Podemos", el mismo partido, recuerda "que le quitaba el sueño", lo que imposibilitó un pacto de coalición en julio del año pasado y llevó a una repetición electoral, la del 10-N.
Para el ex ministro del Interior no hay duda que todo tiene causa en el 8-M y en las decenas de "querellas criminales que se están presentando en el Supremo y en otras instancias judiciales abiertas con ocasión de una presunta negligencia o imprudencia para primar decisiones ideológicas por encima de un criterio de salud pública". Y teniendo en cuenta que Madrid ha sido epicentro del contagio en España "es evidente que las unidades de policía judicial van a ser Guardia Civil y Policía Nacional", como es el caso que investiga la juez Rodríguez Medel y por el que ha imputado al delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco.
Los que hablan de insubordinación no conocen a la Guardia Civil"
Lo cierto es que la Guardia Civil no sale muy bien parada en el informe que ha presentado a la jueza, -ahora con la adenda de la grabación a la ministra de Igualdad, Irene Montero- debido a los errores e inexactitudes que contiene, aunque Fernández Díaz pone el acento en que se trata de un texto de 83 páginas y "que haya algún error puntual no descalifica el sentido general", recordando, además, que "en ningún caso es vinculante para la autoridad judicial".
No deja de ser curioso, sin embargo, que con la misma rotundidad con que se expresa respecto a Sánchez se muestre renuente a valorar la actuación de Grande-Marlaska. "No voy a opinar", dice cauto. Es más, dice desearle "buena suerte y buena mano porque de ahí dependen muchas cosas, especialmente en estos momentos, para España". No quiere actuar como él, dice, "que pidió responsabilidades políticas a sus antecesores cuando estalló el caso del señor Pablo Iglesias, acusando de una conspiración judeo-masónica a medios de comunicación, poderes financieros y, como no, cloacas del Estado en el caso Dina. Y hemos visto lo que ha pasado ahora".
Ante el interrogante de si no cree que el ministro del Interior debería dimitir, apela a su "conciencia". Argumenta que "todo cargo público ha de tener conciencia de cuando su permanencia en una determinada responsabilidad pública es positiva o negativa para el interés público y el bien común".
Confío que surja la verdad en el caso Kitchen. No le tengo ningún temor a la verdad"
Aunque retirado de la política y sin ninguna cuita con la justicia, bien es cierto que además de la polémica en torno a la "policía patriótica" -con grabaciones de conversaciones en su despacho incluidas- hay otros temas de su paso por Interior que siguen investigando los tribunales, en concreto, el caso Kitchen de supuesto espionaje policial a Luis Bárcenas. Un caso en el que está imputado el que fuera su secretario de Estado, Francisco Martínez, y que salpica a otros dirigentes del PP como Ignacio Cosidó.
Asegura no saber "en qué va a quedar. Creo en la separación de poderes y en la independencia del poder judicial y confío que surja la verdad. Si alguien cometió alguna irregularidad, alguna ilegalidad o algún delito, que se le sancione y se le condene y, si no, que quede claro en sede judicial, porque yo personalmente no le tengo ningún temor a la verdad", sentencia.
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