El 10 de junio es una fecha que no olvida ningún socialista madrileño, mucho menos Rafael Simancas. Tal día como hoy, pero en 2003, el actual diputado del PSOE estaba a punto de alcanzar la presidencia de la Comunidad de Madrid en el marco de la votación que se celebraba ese mismo día en la Asamblea, tras unos ajustados comicios que daban la victoria al PP (55 escaños) superados en este caso por la suma progresista de PSOE (49) e Izquierda Unida (7).
Simancas rozaba con la punta de los dedos la victoria, pero aquel 10 de junio todo saltó por los aires: la ausencia de dos diputados socialistas -María Teresa Sáez y Eduardo Tamayo- provocó que ni el candidato del PSOE ni la del PP, Esperanza Aguirre, lograsen los votos necesarios para la investidura, todo un escándalo que provocó una repetición electoral por la que Aguirre se alzaría con una mayoría absoluta. Aquel episodio pasaría a la historia como el 'tamayazo', que desencadenó una de las mayores crisis políticas de la región.
Cuando se cumplen 17 años de aquel episodio, los fantasmas del tamayazo vuelven a la política madrileña, al menos según el prisma de una parte de ella. Cuando públicamente se habían calmado las aguas en la Puerta del Sol, con el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, descartando toda posibilidad de moción de censura y convencido en "agotar la legislatura" con el PP; y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso alejando toda opción de adelanto electoral, de puertas para adentro la confianza sigue siendo una asignatura pendiente, al menos de parte de las filas conservadoras.
Fuentes del grupo parlamentario del PP en Madrid aseguran estar alerta por los "rumores" que circulan ahora en el seno de la formación de que, aunque Ignacio Aguado y la dirección nacional de Ciudadanos descarten apoyar la iniciativa que pudiera estar promovida por la izquierda madrileña, haya tres diputados díscolos en el partido naranja que "decidieran apoyar una moción de censura" y actuar al margen de las directrices del vicepresidente regional. "Es una posibilidad que se está barajando", afirman las citadas fuentes, convencidos a nivel interno que pese a lo defendido de puertas para afuera "se ha hablado de moción", aunque reconocen que, por el momento, "no se ha concretado nada".
En este sentido, estos cuadros del PP desconfían especialmente de Alberto Reyero a raíz de la guerra abierta entre éste y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, al hilo de unos correos electrónicos filtrados en El País la pasada semana, que venían a demostrar que Reyero advirtió a Escudero que estaba cometiendo acciones presuntamente ilegales por haber dictado -y firmado- una orden por la que se instaba a no trasladar a ancianos en estado grave de residencias a hospitales durante el peor momento de la pandemia, en contra del criterio de la Consejería de Políticas Sociales. El PP lo niega y atribuye el envío de aquel documento a un "error", por lo que, aseguran, nunca llegó a aplicarse.
Pero Reyero dio un golpe encima de la mesa y pidió una comisión de investigación para dirimir la presunta responsabilidad del PP sobre las muertes en las residencias madrileñas, al considerar que habían regido criterios que no eran ni "éticos" ni "legales", y que se habían tomado decisiones pese a estar su consejería "radicalmente en contra". Las filtraciones de Ciudadanos sentaron como un jarro de agua fría en el tejado de los populares, con Escudero tildando de "traición" y de "fariseísmo político sorprendente" las declaraciones de su compañero y negando la mayor sobre las acusaciones de Reyero.
"Lo que ha hecho Reyero es de una deslealtad absoluta", sostienen en el PP madrileño, que consideran que el consejero "ha traspasado la línea" y "está fuera de control" porque "prácticamente ha querido imputar responsabilidades penales" a Enrique Ruiz Escudero. Ponen en duda incluso la lealtad de éste hacia el propio Aguado, convencidos en este caso que actúa "con intereses propios", vistos los últimos acontecimientos.
Ciudadanos ha cerrado filas en torno a su consejero de Políticas Sociales y "todos los consejeros del Gobierno regional cuentan con el apoyo de Ignacio Aguado", quienes niegan además la mayor sobre el temor que corre en las filas populares alrededor de un posible 'tamayazo' en los próximos meses, que vinculan en este caso a otra "intoxicación" de parte de algunos sectores del PP.
"Aguado no está en estas cosas. Aguado está en gestionar, que es para lo que le pagan el sueldo los madrileños", alegan en el entorno del vicepresidente para zanjar los rumores sobre adelanto electoral o moción de censura.
Por su parte, en el PSOE regional advierten que, aunque "no tenemos miedo a una moción de censura" -recuerdan en este caso la que presentaron a Cristina Cifuentes por las irregularidades con el 'caso Máster'- y "se ha demostrado la incapacidad de Ayuso" y su "desgaste" como presidenta, "a día de hoy" no se maneja el escenario de la moción, sino que se trabaja en la reconstrucción y en el "acuerdo" de todos los grupos en el marco de la Comisión que se impulsará en el mes de julio con el consurso de todas las fuerzas políticas. Con todo, vinculan su decisión sobre una moción a futuros en función de los "resultados" de la comisión de investigación sobre la gestión de las residencias durante la pandemia.
Para que quedase aprobada, una moción de censura debería contar con el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara madrileña. PSOE, Más Madrid y Podemos suman 64 diputados, por lo que las cuentas saldrían con el 'sí' de tres de los 26 diputados de Ciudadanos.
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