La Policía Nacional destinará más de 12 millones de euros a la compra de un mínimo de 21.000 chalecos antibala con los que protegerá a sus funcionarios durante los tres próximos años, si bien esta remesa será insuficiente para cubrir la carencia acumulada en el Cuerpo después de años de restricciones presupuestarias.
La División Económica y Técnica del Cuerpo Nacional ha publicado este lunes en la Plataforma de Contratación del Estado el anuncio por el que abre el plazo para recibir ofertas para la adquisición de 15.000 chalecos antibala, anticuchillo y antipunzón de uso externo (colectivos) y 6.000 internos (individuales). El presupuesto asciende a 12.087.900 euros (impuestos incluidos) y el plazo de ejecución se ha establecido en 36 meses.
Según se detalla en el pliego de cláusulas técnicas, consultado por este diario, la secuencia será de 5.250 unidades al año (3.750 externas y 1.500 internas) entre 2020 y 2023, ambos inclusive. La fecha de entrega de la primera anualidad se ha fijado para el 1 de diciembre próximo y la última para el 31 de julio de 2023, quedando obligado el contratista a garantizar que cada chaleco tiene una vida útil mínima de diez años "en condiciones normales de uso y almacenamiento".
Como en los últimos concursos, se ha reforzado la exigencia de protección de las prendas, al requerirles a las empresas que presenten ofertas que los chalecos tienen que resistir a municiones "de mayor poder de perforación que las contempladas en la normativa específica". También se ha incrementado la energía de los impactos de la protección anticuchillo y antipunzón.
Esta licitación se produce casi 16 meses después de que la Secretaría de Estado de Seguridad anulara la tramitación de un expediente por el que la Policía Nacional pretendía adquirir 4.200 chalecos antibala internos y 1.000 externos -por un montante de 2.001.098 euros- al resultar de "imposible cumplimiento" la fecha de ejecución fijada en el pliego de cláusulas administrativas: tres meses a contar desde el 1 de septiembre de 2018. Ello provocó que los alumnos de la Escuela Nacional tuvieran que realizar su formación sin este elemento de protección, según denunció el Sindicato Unificado de Policía (SUP).
En la memoria justificativa de dicho expediente de contratación, la División Económica y Técnica detallaba que esta compra pretendía "paliar el déficit" existente en cuanto a elementos de protección personal a los policías, cifrando en ese momento en "27.500 chalecos" individuales la carencia existente para que la dotación alcance a todos los efectivos del Cuerpo.
Desde entonces, la Policía Nacional no había licitado la compra de este elemento protector para uso interno, por lo que si se descuentan las 6.000 que pretende incorporar ahora seguirían faltando unas 21.500. Y eso en caso de que no haya que habido que retirar del servicio ninguna unidad por no ofrecer ya eficacia protectora como consecuencia del desgaste por el uso.
A un ritmo de 1.500 entregas anuales, el Cuerpo Nacional necesitará más de 14 años para conseguir que la totalidad de la plantilla disponga de un chaleco de uso individual para garantizar su protección durante el servicio ante eventuales agresiones físicas.
La última compra fue de 1.342 chalecos de uso externo, adjudicada el pasado 19 de febrero a la empresa aragonesa Fedur SA -habitual proveedor del Cuerpo- por 891.477,18 euros (a un precio unitario de 664,29 euros). La publicación de la formalización de este contrato tuvo lugar el pasado 4 de junio, teniendo el contratista cuatro meses para suministrar el pedido.
La carencia en los chalecos de uso interno seguirá siendo de unas 21.500 unidades cuando se suministren los 6.000 que acaba de sacar a licitación
Sin contar con el lote que ha sacado ahora a licitación, la Dirección General de la Policía ha adquirido 20.000 chalecos antibala (16.111 de uso interno y 3.889 externos) desde 2015, lo que le ha obligado a realizar un desembolso de casi 6,5 millones de euros. El incremento de elementos de protección es una reivindicación que vienen formulando los sindicatos con representación en el Cuerpo Nacional desde hace años. Ahora doblará ese número de unidades, para lo que ha reservado 12 millones de euros.
El incremento de estos equipos de protección individual fue uno de los objetivos establecidos en el Plan Estratégico del Cuerpo Nacional de Policía 2017-2021. El 17 de octubre de 2018, la Dirección Adjunta Operativa (DAO) dictó una circular por la que pasaba a ser obligatorio el uso del chaleco antibala, lo que hace más necesario incrementar las unidades.
"Son muchas las circunstancias de riesgo que puede afrontar un policía, en las que el potencial peligro es previsible desde el punto de vista preventivo. El principio básico de la prevención es combatir los riesgos en su origen o bien poder controlarlos para minimizar sus consecuencias. Los chalecos antibalas son la última barrera entre los policías y el peligro inminente (disparo de arma de fuego o agresión con arma blanca), por lo que, en su ausencia, se produciría, necesariamente, un daño para la salud de los intervinientes", justificaba la Policía en uno de los últimos procedimientos de contratación.
Paquete balístico "de alta resistencia"
Según se detalla en el pliego de condiciones que reguló el último concurso para la adquisición de 1.342 unidades de uso externo, el chaleco deberá contar con un paquete balístico formado por capas de fibras sintéticas "de alta resistencia y tenacidad", capaces de soportar temperaturas de entre 30 grados bajo cero y 100 grados centígrados. El peso oscila entre los 1.970 y los 2.460 gramos, según el tallaje.
La prenda debe ser capaz de soportar impactos de los calibres 357 mágnum y 9 milímetros parabellum, así como la acción de una cuchilla S1/G y de punzón según diseño especificado en la norma HOSDB (2007). Los ensayos sobre la penetración se llevan a cabo en el laboratorio del Servicio de Armamento y Equipamiento Policial de la División Económica y Técnica, realizándose los disparos a una distancia de tres metros.
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