Pedro Sánchez no tiene aún una decisión firme respecto a la candidatura de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, a la presidencia del Eurogrupo a pesar de ser una de las favoritas de la quiniela y contar con el apoyo alemán, lo que no es poco. No quiere arriesgarse el jefe del Ejecutivo a apostar sin garantías de triunfo -tal y como pasó en agosto del año pasado cuando tuvo que retirar la candidatura de Calviño al FMI- y el aspirante irlandés, Paschal Donohoe, titular de Finanzas de su país y de perfil conservador, goza también de muchas simpatías.
Además, hay dificultades objetivas en que un presidente del Eurogrupo del sur de Europa sea sustituido por otro ministro, en este caso ministra, del mismo área geográfica, por lo que los países del norte, muchos de ellos con gobiernos socialistas, han puesto pie en pared para impedir que el testigo pase a la española.
En todo caso, contra las informaciones que apuntaban a que este nombramiento podría obligar a Sánchez a abrir una crisis de Gobierno para buscarle sustituto, presidir el Eurogrupo no exige dejar de ser ministro de Economía. Este debate ya se suscitó con Luis de Guindos, cuyo nombre se barajó para este puesto gobernando Mariano Rajoy y también fue el favorito de Alemania. Tras sus opciones fallidas, prefirió optar por la vicepresidente del Banco Central Europeo, donde continúa.
De Guindos perdió en la pugna por sustituir al Jeorem Dijsselbloem, a quien sucedió, en enero de 2018 el portugués Mario Centeno. La carrera se ha abierto una vez que Centeno anunciara la semana pasada que dejaba de ser titular de Finanzas de su país y, el 13 de julio, la presidencia del Eurogrupo para ser gobernador del Banco de Portugal o, al menos, a eso aspira.
Sánchez "aún no lo tiene claro", señalan fuentes gubernamentales, puesto que es el momento de evaluar apoyos. El pasado domingo, durante su comparecencia ante los medios de comunicación tras la reunión con los presidentes autonómicos e interrogado al respecto, optó por la prudencia al destacar que "desde luego, el Gobierno de España estaría muy interesado, lógicamente, en ese tipo de responsabilidades. Durante estos días que tenemos hasta el 25 de junio hablaremos con todos los colegas para ver si madura esa candidatura, pero evidentemente yo la veo con muy buenos ojos". En definitiva, Sánchez "todavía está decidiendo" si formaliza la candidatura de su vicepresidenta tercera.
Calviño y Unidas Podemos forman parte de sectores enfrentados del Gobierno
Por su parte, en el entorno del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, aseguran no tener ningún problema con las aspiraciones de Calviño, a pesar de formar parte ésta del sector del Gobierno enfrentado a los morados por representar la ortodoxia económica. Fue Calviño la que forzó una rectificación del PSOE cuando su portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, firmó junto a su homólogo de Unidas Podemos, Pablo Echenique, y de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua, un pacto por el que se comprometían a la derogación "íntegra" y casi urgente de la reforma laboral, que también defiende el socio de Gobierno de Sánchez.
Su candidatura, afirman la fuentes consultadas, "está en manos del presidente y no debemos inmiscuirnos. Lo que decida, le daremos el ok", aseguran. Unidas Podemos "no va a ser un obstáculo" ni va a ir a la "guerra" política para cercenar las posibilidades de que una española acceda a un cargo tan importante en unas instituciones europeas donde España lleva infrarrepresentada desde los Gobierno de Rajoy. "No ha habido ninguna comunicación" entre Sánchez e Iglesias para tratar esta cuestión, admiten los mismos medios.
no han hablado del asunto
González-Laya tiene más posibilidades para la Organización Mundial de Comercio
Asimismo se baraja el nombre de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, para la Organización Mundial de Comercio, donde también tiene un oponente irlandés. Lista a la que se suma el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, quien podría aspirar a la dirección de la Agencia Espacial Europea, donde se debería producir un relevo a mediados del año que viene. Tanto en un caso como en otro, ambos sí dejarían de ser miembros del "inflacionario" Consejo de Ministros.
Lo cierto es que conforme avanza esta accidentada legislatura, marcada por la tragedia del coronavirus, crecen los rumores de una crisis de Gobierno con la que tomar impulso para la reconstrucción social y económica, también política. No son pocos los ministros quemados por su gestión o por haberse visto implicados en distintas polémicas- el último, Fernando Grande-Marlaska a cuenta del cese del coronel Pérez de los Cobos- , aunque resulta que Sánchez ha resultado ser un émulo de Rajoy en lo que se refiere a su resistencia a hacer grandes revoluciones internas en su Gobierno. Por ello la gran parte de los ministros de su primer Ejecutivo, tras la moción de censura, volvieron a repetir tras las elecciones del 10-N.
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