Tras casi dos meses de jornadas maratonianas, centenares de comparecencias y broncas monumentales, la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica encara su recta final, y todos los grupos, a excepción de Vox, negocian para lograr que lo que se entendía como unos Pactos de la Moncloa modernos consigan al menos un acuerdo de mínimos entre las principales fuerzas políticas, habida cuenta de la predisposición que existe para lograrlo en materia sanitaria y el escollo del pacto económico que separa a Gobierno y oposición.
La intención, en muchas ocasiones emborronada por la crispación y la tensión entre componentes y comparecientes, era al menos mostrar una imagen de unidad política ante el desafío que plantea la crisis del coronavirus, aunque se partiese de la base del desacuerdo y del pesimismo tanto en el fondo como en la forma. Sobre el papel, el objetivo sigue siendo estudiar y aplicar de forma común no sólo los consejos de los decenas de expertos de los diferentes ramos que han pasado por la comisión, sino también de los propios ciudadanos, para que los frutos, de haberlos, resulten del trabajo de todos los estratos sociales.
Para ello, desde finales del mes de mayo, el Congreso habilitó un 'buzón' para que ciudadanos y asociaciones que lo quisiesen pudiesen enviar sus propuestas, teóricamente enfocadas al refuerzo de la sanidad pública; la reactivación de la economía; fortalecimiento de los sistemas de protección social; o la posición de España en la Unión Europea. Y de las casi 500 propuestas recibidas, la mayoría abren debates serios sobre edad de jubilación, ayudas a las empresas o iniciativas para proteger a los más vulnerables ante los efectos de la crisis... aunque muchas otras resultan cuanto menos singulares, sorprendentes o directamente utópicas.
Entre todos los documentos llama la atención el de un ciudadano anónimo, E.G., que ha enviado a la Comisión para la Reconstrucción un escrito con nada menos de 200 propuestas, entre las que menciona prohibir plásticos de un solo uso, cápsulas de café, toallitas higiénicas o pajitas, vasos y platos de plástico; establecer teletrabajo obligatorio; permitir una hora como máximo para comer en el ámbito laboral; "multazos a los malos empresarios"; o prohibir fumar en grupos de más de 4 personas al aire libre.
Estado de alarma una vez al año
Entre las iniciativas presentadas destaca por ejemplo la de una ciudadana anónima, que ha sabido ver el lado positivo al estado de alarma hasta tal punto que pide que se decrete el confinamiento poblacional al menos una vez al año, "durante un mes o por lo menos durante 15 días". Propone para ello el mes de diciembre, "porque hay muchos festivos", con el objetivo de dar un respiro al planeta, mejorar el medio ambiente y "dejar a las generaciones venideras un planeta limpio y saludable".
Otras propuestas versan, como la del ciudadano E.R., sobre aprovechar la pandemia para eliminar por completo el papel moneda como medio de pago y estudiar su implantación progresiva en núcleos rurales; prohibir la circulación de billetes de 500 euros o extender de forma generalizada el teletrabajo como una solución eficaz a la despoblación rural.
Legalizar la marihuana y sustituir medicamentos por CDS
Otro ciudadano, D.J.A., pesimista respecto a las posibilidades de que "nadie revise" las líneas de su documento, sugiere a los políticos utilizar la estrategia de reconstrucción para implementar algo que, a su juicio, resulta "inconcebible" e "incomprensible" que no haya llegado aún a España: la legalización y fiscalización de la marihuana, que defiende con el argumento de que sí se permita fumar tabaco o beber alcohol, pero no regularizar la hierba pese a que España, "por clima, podría ser perfectamente una gran zona de cultivo" y, además destaca que conlleva "unos requerimientos hídricos mucho menores que cultivos que pueblan actualmente el sector primario".
Este mismo vecino entra en otro de los grandes debates y exige legalizar la prostitución, para "acabar con los abusos sobre mujeres" por un lado y convertirlo en un negocio controlado para España por otro.
Llamativa es también otra propuesta que asegura que para "salvar vidas" y "ahorrar costes", sería fundamental sustituir "tanto medicamento" en las farmacias por MMS o clorito de sodio, o su derivado, CDS o dióxido de cloro. Se trata sustancia conocidas por los bulos surgidos alrededor de ella a lo largo de la pandemia, ya que por las redes sociales corrieron vídeos con declaraciones de 'científicos' que decían que podían servir para curar milagrosamente el coronavirus. El dióxido de cloro es un compuesto químico altamente tóxico, que se utiliza como desinfectante de superficies industriales por ser un compuesto muy similar a la lejía. No existe ninguna evidencia científica de que el clorito de sodio sirva como tratamiento eficaz contra el coronavirus.
Pero sin duda una de las más originales viene de un ciudadano que sugiere bonificar con una cantidad determinada de dinero a ciudadanos obesos que hayan perdido peso, siendo la cifra a abonar proporcional al peso perdido. "Por ejemplo, 10 kilos, 500 euros", ejemplifica. El objetivo, apunta la propuesta, pasaría por reducir el gasto en Sanidad por enfermedades relacionadas con el peso, así como disminuir la tasa de obesidad en España.
Acabar con el Senado y reducir al 50% ministerios y diputados
El ciudadano D.J.A., que se referenciaba anteriormente en esta información por su petición sobre la marihuana y la prostitución, abría en su carta el melón de otro debate que secundan decenas de peticiones registradas en el buzón para la reconstrucción que pasa, según muchos ciudadanos, por disminuir el número de diputados y cargos políticos, y carga en este punto contra la crispación política. "¿Me pueden explicar para qué necesitamos tantos diputados?", plantea. "Es absurdo pagar un sueldo a personas cuyo trabajo puede ser fácilmente sustituido por un equipo de sonido con insultos, aplausos y mofas pregrabadas", escribe.
La iniciativa, a la que añade la necesidad de acabar con el Senado por ser "un órgano que no sirve para nada más que para costear comisiones absurdas que no interesan a nadie", la secundan otras iniciativas como la de J.L.P.G., que pide directamente que haya un recorte del 50% en ministerios y diputados. Por la misma vía discurre la petición de Enrique, de 48 años, quien argumenta que igual que cualquier empresa prescindiría de todo aquel que no aportara para ayudar a conseguir un objetivo, se debería "apartar" a todo aquel que "insulte, agreda, enfrente y no aporte con todo lo que diga" para buscar el interés común.
Y hace Enrique un alegato que sirve de reflejo a la polarizada actualidad política que nos concierne: "Necesitamos unos responsables que de verdad lo sean (responsables). Una clase política que de verdad la tenga (la clase). Una comisión de reconstrucción que de verdad lo haga (no destruya). Y unos políticos que vean en nosotros a personas (y no a votos)".
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