Eran poco más de las 11.00 horas de la mañana del miércoles cuando Ciudadanos hacía público el enésimo acuerdo con el PSOE desde que comenzó la pandemia, cuando apenas habían comenzado a debatirse las enmiendas de los grupos en el seno de la Comisión para la Reconstrucción. En concreto, el acuerdo suscrito con el Gobierno en materia económica -también en Sanidad y política europea- abre definitivamente una nueva vía a la aprobación de los Presupuestos, cuya tramitación se prevé para otoño.
En Ciudadanos valoraron como un gesto "muy positivo" el hecho de que el Gobierno moderase las exigencias económicas demandadas por el ala más izquierdista de la coalición en aras de alcanzar acuerdos para la reconstrucción y atraer no sólo a los naranjas, sino también el PP. En concreto, Podemos cedió aparcar el denominado como 'impuesto a los ricos' del documento conjunto consensuado con el PSOE, en el que tampoco hay referencias a asuntos espinosos, como la derogación de la reforma laboral, mientras se pasa de puntillas por las subidas fiscales que defienden especialmente en la formación morada. Todo ello a sabiendas de que, de no hacerlo, no sólo tendrían a Casado enfrente, sino que cerrarían el carril naranja para aprobar las cuentas públicas si la vía nacionalista se vuelve intransitable.
Y la formación que lidera Inés Arrimadas respondió al guiño de Sánchez con otro acto de buena fe, moderando en este caso su política fiscal y sus exigencias económicas para alumbrar el primer gran acuerdo entre ambas formaciones, que podrían ser la pista para negociar los Presupuestos. En concreto, en su plan para la reconstrucción económica, Ciudadanos transitó de la bajada fiscal generalizada a la revisión de algunos tributos, como el impuesto de sociedades.
La buena sintonía entre PSOE y Cs contrasta con el alejamiento manifiesto de posturas con sus socios de investidura, no tanto con el PNV que se ha mantenido fiel a cambio de cesiones durante prácticamente toda la crisis, sino con ERC. Los republicanos escribieron unas conclusiones de máximos que ahora son prácticamente imposibles de cumplir por parte del Ejecutivo, con peticiones como la derogación "inmediata" de la totalidad de la reforma laboral o seguir adelante con la tasa a los ricos.
Aunque el Gobierno sigue apostando por unos Presupuestos "de emergencia" transversales y a pesar de que la mesa de negociación con Cataluña sigue en los cálculos del Ejecutivo, lo cierto es que la distancia entre ERC y Sánchez se ha incrementado en las últimas semanas. Tanto, que en Ciudadanos ya ven a Sánchez "más cerca de nosotros" que de sus socios independentistas, y defienden que, de seguir así, "PP y PSOE están condenados a entenderse".
"Se están produciendo importantes movimientos de acercamiento", observan fuentes de la ejecutiva naranja, que descartan además que ellos hayan dado un giro hacia el centro, sino que "es Sánchez y el núcleo duro del Gobierno el que se está acercando a Ciudadanos y a la moderación", por encima de los postulados de los independentistas secundados por Podemos, que "deben quedarse fuera" en un momento de emergencia y en que se ha impuesto "la realidad que marca Europa".
Ciudadanos insta a Iglesias a elegir entre "ser Tsiripas o Varoufakis"
Ciudadanos no ve con buenos ojos que Sánchez siga dispuesto a celebrar la mesa bilateral con el independentismo catalán, aunque subraya que seguirá negociando siempre que el PSOE "reconsidere posiciones extremas, dogmáticas e ideológicas" y ponga sobre la mesa medidas "sensatas, viables y realistas" ante las que el PP "no podría cruzarse de brazos". En este punto, los naranjas siguen recelando de Iglesias, al que instan a elegir entre "ser Tsiripas o Varoufakis" y a hacerlo "pensando en el bien común".
Por contra, los ultimátum de parte de ERC son cada vez más habituales y drásticos. Más allá de pugnar con Ciudadanos por marcar el rumbo al Gobierno e instarle a "elegir", este miércoles Esquerra subió el tono y amenazó a Sánchez con no apoyar los Presupuestos si cerraba un acuerdo con el PP en la Comisión para la Reconstrucción. La amenaza podría salirle cara a ERC, habida cuenta del preacuerdo que ya han cerrado Gobierno y oposición en materia sanitaria y de política europea, sin descartar ninguna de las dos partes seguir negociando para alumbrar también el acuerdo económico.
Al menos en el PP seguirá la "mano tendida" también en este ámbito. Fuentes de Génova consultadas por El Independiente explican que están dispuestos a seguir hablando con el Gobierno para salvar un "acuerdo de mínimos para la reconstrucción" en que discutirán el plan de choque económico impulsado por Pablo Casado, aunque están dispuestos a moderar sus exigencias fiscales igual que esperan que lo haga el Ejecutivo. Los populares, no obstante, no renunciarán a algunas de sus líneas rojas, como la extensión de los ERTE hasta fin de año; la bajada fiscal, al menos de algunos impuestos; y garantizar liquidez a las empresas ante el "palo" de la crisis sanitaria.
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