Vladimir Putin es el único líder que han conocido los rusos en este siglo XXI. Y, tras aprobarse la consulta sobre las enmiendas constitucionales, podrá seguir en el poder hasta 2036, cuando ya sea octogenario. Putin podrá cimentar una Rusia a su imagen y semejanza: tradicional, heredera directa de la URSS, nacionalista, y ultraliberal.
El presidente ruso, que lleva en el poder dos décadas, planteó las enmiendas en la Asamblea Federal en marzo. Iba a celebrarse la consulta el 22 de abril, pero hubo de posponerse esta cita con las urnas por la pandemia del coronavirus.
En número de casos, Rusia es el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Brasil. Hay más de 653.000 positivos y más de 9.500 muertes, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
También Putin tuvo que retrasar la conmemoración del 75 aniversario de la victoria sobre el nazismo, que finalmente tuvo lugar el pasado 24 de junio. Al día siguiente empezó la votación sobre estas reformas constitucionales. Ha durado siete días y ha sido presencial y electrónica.
Las prisas de Putin
Putin tenía prisa por celebrar esta consulta, aunque pasara lo que pasara se mantendría en el poder hasta 2024. Ha preferido celebrarlo ahora, lo que refleja su temor a que la situación le resulte menos favorable, por el efecto de la pandemia, en otoño.
Todo han sido facilidades para favorecer la participación: incluso se podía votar en casa previa demanda. El miércoles 1, último día de esta larga semana electoral, ha sido festivo en Rusia.
Los gobernadores locales han promovido concursos con premios típicos de concurso televisivo (apartamentos o coches) y han ofrecido descuentos en supermercados. Finalmente han acudido a votar el 65% de los convocados.
El 77,9% de los rusos ha votado a favor de las enmiendas a la Constitución, que data de 1993, mientras que lo ha rechazado el 21,2%, según los datos del Consejo Electoral con el 99% escrutado.
La más conocida de las enmiendas es la que se refiere a la eliminación del límite a los mandatos. Fue la primera mujer astronauta, Valentina Tereshkova, ahora diputada, la que propuso que se colocara el marcador a cero en 2024. Así Putin podría volver a presentarse en 2024 e incluso en 2030. Putin gobernaría más años que el propio Stalin.
Putin se deja todas las opciones abiertas hasta 2024 y elimina de un plumazo el debate sucesorio", dice Nicolás de Pedro
"De esta manera, Putin se deja todas las opciones abiertas hasta 2024 y elimina de un plumazo ese debate sucesorio. Nadie puede verle ya como un jarrón chino en ciernes sino que sigue siendo el actor principal. ¿Significa que estará hasta 2036? Ya veremos. Lo lógico será pensar que si él tiene dudas e inquietudes, tendrán algún fundamento", afirma Nicolás de Pedro, investigador principal en The Institute for Stacraft.
Putin, quien fuera agente del KGB en la Alemania oriental, ascendió al poder en diciembre de 1999. Reemplazó a Boris Yeltsin, a quien se comprometió a no pedirle responsabilidades por los fracasos de los 90. Entonces era joven y dinámico, pero nadie aventuró que 20 años más tarde siguiera en el Kremlin.
Uno de los hitos de esa primera época de su trayectoria política tiene nombre y apellidos: Mijail Jodorkovsky, el principal oligarca de Rusia. El gobierno ruso procedió contra el millonario por evasión de impuestos y fraude. Putin lanzó un mensaje claro: ni el más rico y poderoso de vosotros está por encima de mis dominios. La Fiscalía rusa le acusa de sacar del país más de 51.000 millones de dólares.
Todo aquel que desafía su poder sale fuera de escena, ya sea el primer oligarca del país, o un opositor como Andrei Navalny, quien calificó la consulta como "un golpe a la Constitución".
Las votaciones "menos transparentes"
La oposición ha llegado a filtrar unos resultados que, de ser ciertos, demostraría el desgaste que sufre Putin. En Moscú habría ganado el sí (51% de síes, 49% de noes). En San Petersburgo, tierra chica de Putin, habría ganado el no por 56% frente a 44%.
El director de Golos, Grigori Melkonyants sostiene que "nunca sabremos los datos verídicos" en declaraciones a El Periódico de Cataluña. Golos es una ONG que investiga y supervisa procesos electorales. Mantiene que hubo fraude. A su juicio, son las elecciones menos transparentes desde el desmantelamiento de la URSS.
Cientos de personas se han concentrado en Moscú y San Petersburgo para expresar su rechazo a la consulta en las urnas promovida por Putin. Los comunistas, oposición parlamentaria, la rechazan, y la oposición extraparlamentaria la considera inválida.
Rusia es Putin
Putin se perpetúa en el poder. Y no solo. También lo que perseguía era cimentar un modelo de país a su imagen y semejanza.
"Putin ha fabricado una Constitución a su gusto. Se ha hecho una Constitución tradicionalista, que prohíbe el matrimonio homosexual, y reconoce a Rusia como heredera de la URSS, respetar la memoria histórica... Es conservadora, nacionalista y paternalista. Como él", apunta Francisco Herranz. autor de Gorbachov: luces y sombras de un camarada, y profesor de Historia del Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid.
Putin ha hecho una Constitución que consolida el putinismo, y lo convierte en una doctrina blindada", señala Francisco Herranz
"Putin ha hecho una Constitución que consolida el putinismo, y lo convierte en una doctrina blindada", añade Francisco Herranz, ex corresponsal en Moscú de El Mundo.
Las enmiendas a la Constitución de 1993 consagran una idea de la familia tradicional y descartan cualquier forma de matrimonio que no sea entre hombre y mujer. Asimismo, la fe en Dios vuelve a ser patriota.
"La Federación Rusa, unida por su historia milenaria y que conserve la memoria de sus antepasados, que nos transmitieron los ideales y la fe en Dios", reza una de las enmiendas. El artículo 14 de la Constitución, sin embargo, declara que la Federación Rusa es un Estado laico, en el que ninguna religión puede considerarse oficial. El artículo 28 defiende que los rusos tengan libertad de credo, y libertad para creer o no.
Después de aprobarse las enmiendas constitucionales, Putin tiene despejado el horizonte temporal, ha eliminado a cualquier posible sucesor y además está transformando Rusia en una Rusia inconcebible sin Putin. Sin embargo, en sus planes no estaba la pandemia, un enemigo invisible que genera incertidumbre. Ni siquiera Putin puede controlarla.
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