Hace justo una semana, El Independiente publicaba la opinión de varios expertos en sociología y demoscopia que advertían que un rebrote de Covid-19 en cualquiera de los dos territorios que celebran autonómicas este domingo podría trastocar los resultados que prevén todas las encuestas desde hace semanas por el factor de la participación y su relación con el miedo de la gente al propio virus.
Hoy esa previsión es una realidad: cuando apenas restan cinco días para que se abran las urnas, la Xunta mantiene confinadas a casi 70.000 personas en la provincia de Lugo, que en concreto afecta a la comarca costera de A Mariña. ¿El motivo? Un rebrote que ha disparado los casos positivos a 119 en la localidad confinada, que ascienden a 143 si se incluyen los datos de toda la provincia lucense y a 254 contagios activos en toda Galicia. La región no registra estas cifras desde el 12 de mayo, cuando acababa de comenzar la Fase 1 de la desescalada.
La incertidumbre en torno a lo que pasará el domingo se ha convertido en compañero de viaje cuando arranca la recta final de la campaña, en la que Alberto Núñez Feijóo caminaba seguro y confiado con un colchón de sondeos, públicos y privados, que le han venido augurando durante semanas una cómoda victoria, mayoría absoluta incluida. Ahora, ante el escenario de miles de personas confinadas y pendientes de la evolución del virus, se da por descontado que el dato de abstención jugará un papel trascendental el próximo domingo.
La ausencia de certezas respecto a la participación -ya no se pueden publicar encuestas para pronosticar cómo afectaría a la abstención la situación actual- ha encendido las alarmas en la Xunta y ha quebrado la seguridad de Feijóo, en cuyo entorno reconocen que preocupa la abstención de última hora por el propio carácter antojadizo del virus y la inseguridad que ello puede despertar en la población confinada, que podría quedarse en casa y no acudir a votar. "Nos encontramos en un momento muy delicado", pero "lo importante ahora es convencer de que se puede votar con total seguridad y que la Xunta sigue los criterios de los técnicos sanitarios en todo momento", afirman las mismas fuentes.
La Xunta de Galicia decretó este 5 de julio el confinamiento de la comarca de A Mariño, con restricciones de entrada y salida de la quincena de sus municipios costeros. Por el momento, se prevé que las medidas restrictivas se apliquen hasta el próximo viernes, aunque en caso de que se extienda el período de confinamiento el Gobierno gallego ha decidido que el aislamiento no será impedimento para permitir a los electores cuya prueba PCR sea negativa acudir a un centro electoral a ejercer su derecho a voto, lo que ha levantado un polvorín de críticas en la oposición, que ven en esta decisión intereses electorales y partidistas del propio Feijóo.
En el PP se trabaja con el escenario de que la incertidumbre y el miedo de la población a salir a la calle o permanecer en espacios cerrados se traduzca en una abstención de consecuencias inexploradas hasta el mismo día de las elecciones, conscientes de que el baile de uno o dos escaños pueden llegar a significar el todo o la nada para Alberto Núñez Feijóo. Antes del confinamiento de A Mariña, la mayoría de sondeos auguraban al barón popular una media de entre 40 y 42 escaños, mientras la mayoría absoluta se sitúa en los 38.
De los 14 escaños que se reparten en Lugo, que concentra más de la mitad de los casos activos en toda Galicia, las encuestas pronosticaban que Feijóo se llevaría entre 8 y 9, una previsión que podría cambiar dado el imprevisible comportamiento del electorado en tiempos de pandemia. El PP fue primera fuerza -en la mayoría de los casos por más del doble de votos que su rival- en todos los concejos de A Mariña en las autonómicas de 2016, con resultados especialmente notables en municipios como O Vicedo (66% de los votos) o Mondoñedo (57,75%), donde una baja participación podría terminar pasándole factura a Feijóo.
Fuentes del partido reconocen mirar de reojo a la "elevada abstención" que se produjo en las municipales de Francia, donde la participación cayó 20 puntos, y no descartan que ese escenario pueda repetirse en Galicia, aunque "esperamos que no suceda". "Lo que pido es que voten. La gente debe votar sin miedo, no existe riesgo", aseveró el propio Feijóo en una entrevista para Cadena Ser el pasado jueves.
Trabajar con este temor se ha traducido en una evidente movilización del PP, donde explotan el argumento de la "tranquilidad" para que los gallegos acudan a las urnas el próximo domingo. El propio líder del partido, Pablo Casado, intentaba calmar a su electorado gallego defendiendo en una entrevista para Antena 3 que "es más seguro ir a votar que ir a tomar un café".
Más allá del miedo al coronavirus, fuentes cercanas al líder gallego señalan que trabajan para frenar la desmovilización de su electorado ante otras dos amenazas que podrían condicionar su ansiada mayoría absoluta: la "confianza excesiva en los resultados de las encuestas, que dan por segura la victoria de Feijóo" y la excepcionalidad de celebrarse en el mes de julio, en periodo vacacional.
¿Suspensión electoral?
Otro de los escenarios que aún no puede descartarse es la suspensión electoral, al menos en la comarca de A Mariña, tal y como han pedido ya algunas formaciones como el BNG por la "dimensión" del brote.
Por su parte, Ciudadanos ha pedido por carta una "reunión urgente" de todas las formaciones para buscar "la mejor solución posible" para la comarca lucense, al tiempo que instaba, en un órdago velado a los populares, "dejar de lado el electoralismo porque no son importantes los votos, sino poner la salud de los gallegos por delante", explicaba la candidata de la formación naranja, Beatriz Pino, este lunes. También Vox ha acusado a Feijóo de primar sus "intereses" ante las elecciones, y ha criticado que se permita salir a los electores de A Mariña a votar pese a estar confinados, lo que a juicio del portavoz de la formación, Jorge Buxadé, podría convertirse en un "auténtico drama".
Por su parte, el candidato del PSOE, Gonzalo Caballero, ha exigido al líder de la Xunta explicaciones ante la decisión de seguir adelante con los comicios para los que, a su juicio, no se dan las condiciones para celebrarlos de manera segura.
Por su parte, el PP gallego descarta, al menos de momento, aplazar las elecciones en A Mariña, aunque apuntan que todo dependerá a cómo evolucione la pandemia "en los próximos días". Fuentes del partido critican además que la petición de suspensión electoral "obedece más al miedo de la izquierda a perder las elecciones que a su preocupación por el propio virus" y apuntan que "la situación actual no tiene la excepcionalidad como para tomar decisiones tan drásticas" como la que exige la izquierda. El propio Feijóo trataba de zanjar lo que considera una "campaña" de la oposición para sembrar la duda en torno a su candidatura e insistía: ir a votar el domingo "será tan seguro como ir a la farmacia".
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