A pesar de la evidencia del enorme varapalo que ha supuesto la derrota de Nadia Calviño para la presidencia del Eurogrupo, Moncloa defiende que "no ha fallado nada". Con esa herida todavía abierta, insisten fuentes gubernamentales en que "hicimos una labor buena, éramos razonablemente optimistas, hemos hecho el trabajo que teníamos que hacer". Es más, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta económica "han hecho una magnífica labor" y Calviño "se quedó a un voto y fue la que más apoyos recabó en la primera vuelta", agregan a modo de consuelo.
Sin querer apuntar a ningún país en concreto, puesto que el voto es secreto, ahora señalan que "es normal que los candidatos que tuvieron menos votos se unan en segunda vuelta", aunque parece que, según la versión de la propia Calviño, España parecía haber recabado el apoyo de diez países y uno falló. En definitiva, cuando renunció el luxemburgués todos sus votos fueron al candidato de Irlanda. "Lo ideal hubiera sido ganar en primera vuelta", admiten para agregar una pequeña autocritica: "siempre que pierdes una votación piensas qué he podido hacer mejor".
Ahora el objetivo pasa por intentar desvincular el fracaso de España para hacerse con la presidencia del Eurogrupo de la reunión del Consejo Europeo de los días 17 y 18 que decidirá sobre el reparto de los fondos para la reconstucción del continente. Nuestro país espera recibir 140.000 millones de euros, de los que depende la salida de la profunda crisis económica y costear los compromisos adquiridos en políticas sociales. Pero los mismos medios subrayan que "no tiene nada que ver, son procesos distintos", entre otras cosas, porque no es una votación secreta y se confía en que ningún "frugal" opte por el bloqueo.
Argumentan que no se trata tanto de una cuestión de política nacional como europea, porque lo que se dirime la próxima semana "es en interés de la Unión. Se trata de aprobar un paquete financiero ambicioso para logar una salida rápida de este crisis con la que relanzar a Europa para preservar el mercado interior, garantizar la estabilidad financiera de la unión monetaria y acelerar una serie de reformas en el ámbito verde y digital".
Sánchez inicia una ronda de viajes por Países Bajos, Alemania y Austria
España, que tiene que revisar el último documento por si se han modificado algunos elementos referidos a la condicionalidad, no aceptará ni troikas ni bloqueos. Asumen la "legitimidad" de que haya países "que quieran entender cuáles son los planes que se presentan, pero garantizando la efectividad y eficiencia de todo el proceso. No podemos reproducir la troika", reiteran.
Para evitar sorpresas, el presidente del Gobierno realizará los días 13, 14 y 15 una ronda que le llevará a Países Bajos, Alemania y Suecia. Países Bajos y Suecia están, junto a Dinamarca y Austria, en el bloque de los "frugales" y su posición con respecto a la reconstrucción europea es mucho más restrictiva que la de países como Alemania, la principal aliada de España.
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