Victoria histórica de Alberto Núñez Feijóo en Galicia. El barón del PP suscribe este domingo su liderazgo indiscutible al frente de la Xunta gallega, de la que tomará las riendas en solitario por otros cuatro años. Ni el virus ni el temor a una alta abstención ha logrado soterrar la aspiración de Feijóo de firmar su cuarta mayoría absoluta al frente de la región, mejorando incluso el resultado de 2016: 42 escaños y el 48% de los votos.
El otro gran titular de la jornada electoral ha sido el vuelco en el bloque de la izquierda: el estancamiento del PSdeG ha provocado la pérdida de su condición como principal partido de la oposición en favor de los nacionalistas del BNG, que logran la segunda plaza en el Parlamento gallego con 19 escaños y el 23,7% de los votos. Los socialistas no han perdido enteros y han igualado su marca respecto a 2016, pero no ha sido suficiente para frenar el histórico impulso del nacionalismo gallego aupado, entre otros factores, por el escaño que ostenta el BNG en el Congreso de los Diputados.
Y el Parlamento gallego será tricolor, porque Podemos, el gran perdedor de la noche electoral, se desploma también en Galicia y no logra salvar ni un solo escaño, a pesar de que las encuestas, incluidos los sondeos a pie de urna, auguraban que los morados salvarían los muebles esta noche con dos escaños. Así, con menos del 4% de las papeletas, los de Iglesias pierden los 14 diputados regionales que obtuvieron en las pasadas autonómicas, que van a parar en su totalidad a la abultada bolsa de votos del BNG.
Tampoco es una buena noche ni para Vox ni Ciudadanos en Galicia, que tampoco consiguen plaza. En concreto, los de Santiago Abascal han logrado atraer al 2% de los votantes, mientras que el hundimiento de los liberales ha sido mayúsculo: frente a los más de 48.000 votos que registraron en la anteriores autonómicas, esta noche han logrado algo salvar apenas 9.200 papeletas.
Este domingo no sólo se ha disputado el nuevo reparto de los parlamentos gallego y vasco, sino que se ha librado el primer examen político cuando España ha superado por fin lo peor de la crisis del coronavirus. Y la fotografía que muestra el resultado en las autonómicas gallegas es el del liderazgo del PP moderado que representa Feijóo; la falta de impulso del llamado 'efecto Moncloa' sobre el PSOE, que se estanca; el auge del nacionalismo; el desmoronamiento absoluto de Unidas Podemos; y el insuficiente impulso de la extrema derecha frente a la hegemonía de Alberto Núñez Feijóo.
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