Quim Torra ha comparecido este lunes a primera hora para lanzar una suerte de ultimátum a la poblacion catalana, reclamando autocontención y responsabilidad en los próximos diez días ante el riesgo de un nuevo confinamiento. Y lo ha hecho sin la consellera de Salud, Alba Vergés, a la que ha sustituido en la sala de prensa del Palau de la Generalitat por el secretario general de Salud Pública, Josep Maria Argimon.

Esquerra ha acusado el golpe, y ha asegurado tras la reunión de su ejecutiva que Vergés sigue al frente de la batalla contra el Covid-19 y mañana comparecerá para ello en una rueda de prensa centrada en las nuevas medidas de la Generalitat para controlar la expansión de los contagios en Cataluña.

"No sé a qué responde la fórmula concreta de hoy" ha reconocido la portavoz republicana, Marta Vilalta, "pero si alguien responde con compromiso a la crisis sanitaria es Vergés". Vilalta ha apuntado que es Torra "quien debe responder si ha perdido la confianza" en la consellera de Salud, pero ha defendido la gestión de su compañera de partido al frente de la sanidad catalana. "Mañana volverá a comparecer en rueda de prensa en la que se presentara el plan de control de la Covid-19" ha intentado zanjar Vilalta.

Fractura en el Govern

Sin embargo la gestión de la crisis sanitaria ha dejado al descubierto la fractura abierta en el seno del gobierno catalán entre republicanos y neoconvergentes. Una gestión en la que ERC ha asumido las carteras críticas, Salud y Bienestar Social -responsable de las residencias hasta que Torra le retiró la competencia para adjudicársela a Salud- y en la que sus socios no han ahorrado críticas.

Los rebrotes sufridos en Lleida y Barcelona en las últimas semanas, ante la incapacidad de Salud para habilitar un sistema de rastreo que frene el contagio comunitario, ha puesto en el centro de la diana a Vergés. La consellera ha sido muy cuestionado por la concesión de un contrato a Ferrovial para el rastreo de nuevos casos, al concluir el estado de alarma, por 18 millones de euros. Un contrato que puso en pie de guerra a la atención primaria y que no ha sido revocado, pese a su ineficacia en Lleida y Barcelona.

Ahora Salut asegura que multiplicará el número de rastreadores -lo ha prometido este lunes, de nuevo, Argimón- al tiempo que multiplica el número de PCR realizadas, pasando en las dos últimas semanas de 42.000 a más de 60.000. Pero estas medidas no han servido para que la situación se descontrolara en Hospitalet, pasando a Barcelona.

La nueva crisis abierta con la comparecencia de Torra de espaldas a Vergés ha sido rápidamente aprovechada por los socialistas catalanes, que se han preguntado si la consellera ha perdido la confianza del presidente catalán.