Es un golpe al corazón de LaLiga. La intención de Leo Messi de abandonar el Barcelona y el fútbol español, dos temporadas después de que ya lo hiciera Cristiano Ronaldo, ha provocado una profunda preocupación en todos los estamentos del deporte nacional, según ha podido saber El Independiente. También en la patronal futbolística cuyo presidente, Javier Tebas, pidió justo hace un año al Gobierno que aprobase un proyecto fiscal que evitase huidas, en especial a Italia, donde Messi podría reencontrarse con su viejo archienemigo si opta por el mareante proyecto del Inter de Milán, absolutamente respaldado desde China. Pero también en Francia, para reunirse con Neymar en el PSG, o en el Reino Unido, donde le espera Pep Guardiola en el Manchester City.
Fuentes de LaLiga detallan que Javier Tebas realizó esta petición a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y también por carta tanto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como a su jefe de gabinete, Iván Redondo.
Lo hizo días después de que el gobierno italiano presentase el decreto con el que aspira a colocar a su competición nacional en el top europeo: contempla un impuesto reducido del 30% a los ciudadanos que trasladen su residencia al país transalpino, por lo que los clubes de fútbol -entre otras empresas- pueden pagar, por cada millón de euros de salario neto del jugador, hasta medio millón de euros menos de lo que se desembolsa en España.
El decreto es todavía más benévolo con los equipos del sur del país, aunque ninguno ostenta el nivel deportivo, de momento, para seducir a megaestrellas mundiales. A estas condiciones se suma, también, la tarifa plana de 100.000 euros para nuevos contribuyentes a la que ya se acogió Cristiano Ronaldo tras su llegada a la Juventus.
En un caso como el de Leo Messi, que cobra cerca de 50 millones netos por temporada en el Barcelona, las cifras en juego son altísimas. Y seguirían el mismo patrón en otros países. En Francia, los futbolistas están exentos de hasta un tercio de sus impuestos durante sus primeros seis años en el país. En el Reino Unido, se favorece la tributación a través de sociedades, tan perseguida en España que ha llevado a condenas de prisión a futbolistas.
Tebas ya elevó la voz sobre este asunto tras la marcha de Ronaldo a Italia, en condiciones muy ventajosas para el portugués. "Si de 100 pago 50 en España y en Italia 20, ¿dónde me voy?", se preguntó públicamente el presidente de LaLiga. Meses después fue más allá y trasladó sus propuestas directamente al Ejecutivo.
Sin mucho éxito. Los planes del Gobierno siguen pasando por elevar el IRPF a las rentas altas y no por recuperar fórmulas como la 'Ley Beckham', que reducía al 24% el tipo que los nuevos contribuyentes debían pagar por los primeros 600.000 euros de su salario. No solo esa cantidad ha quedado desfasada en relación a las actuales superestrellas, sino que los deportistas profesionales no pueden acogerse a esos beneficios desde 2015.
Ingresos de 2.300 millones anuales
A LaLiga le preocupa especialmente el impacto económico de las salidas de alto perfil sobre la imagen internacional de la competición. Precisamente en un momento de máximo rendimiento de los derechos de retransmisión por los que LaLiga, según ha podido saber El Independiente, ya alcanza unos ingresos anuales superiores a los 2.300 millones de euros. En el último informe económico, al cierre de la temporada 2017/18, la cantidad era de 1.516 millones.
Ahora, la incertidumbre generada por la crisis del coronavirus, unido a la crisis deportiva que puede provocar la salida de los mejores reclamos de la competición, pone en peligro esa tendencia.
Tebas, en una entrevista con Rac1, ya habló este verano de las consecuencias que tendría la salida de Messi, y lo hizo comparándolo con el caso de Ronaldo, que según él tuvo un impacto "casi nulo". "El caso de Messi es distinto. Messi es el mejor jugador de la historia del fútbol. Hemos tenido la suerte de haberlo tenido siempre en nuestra Liga. Yo creo que la salida de Messi sí se notaría. Desde luego, más si se fuese a jugar a otra Liga", dijo.
Ese escenario ha llegado y no sólo es preocupante para LaLiga. Pese a la guerra absoluta declarada entre la Liga y la Real Federación Española de Fútbol de Luis Rubiales, lo cierto es que el dinero del fútbol profesional financia en buena parte la actividad del no profesional. También del resto de deportes. El asunto incumbe también al CSD.
La salida de Leo Messi aún tiene que concretarse. El delantero argentino envió este martes un burofax al club en el que le comunica su intención de abandonar el equipo de manera gratuita, acogiéndose a una cláusula de su contrato que le permite rescindirlo unilateralmente al término de cada temporada.
Sin embargo, desde el club se escudan en que esa opción caduca cada 10 de junio y trasladan el asunto a su equipo legal. Pretenden que Messi, si quiere irse, tenga que abonar la penalización correspondiente al año de contrato que aún le restaba oficialmente, o remitirse a los 700 millones de euros de su cláusula de rescisión.
El jugador, por su parte, alega que al haberse alargado la competición debido a la pandemia del coronavirus, todavía puede adherirse a esa cláusula. Muchos contratos de cesión y expirados se han alargado excepcionalmente durante los meses de julio y agosto debido a esta situación.
El lío está servido, a todos los niveles.
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