Sánchez está "preocupado" por Madrid. La evolución de la curva de la pandemia en la región no da mucho respiro y continúa al alza, con un aumento de contagios diarios sostenido -sólo ayer el Ministerio de Sanidad informó que de los 2.731 casos con PCR realizadas en las últimas 24 horas, 698 correspondían a Madrid-, y una presión asistencial nueve puntos superior a la media nacional -la ocupación de camas en Madrid se sitúa en el 15%-. Y el número de fallecidos tampoco ofrece una mejor perspectiva: en los últimos siete días, sólo en la región madrileña se han registrado 63 de los 159 decesos a causa del coronavirus en todo el país.
Estos datos han alimentado el discurso de diferentes miembros del Gobierno, entre ellos el propio presidente y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, con el que se responsabiliza sin reparos a la Comunidad de Madrid del auge de contagios y defunciones a nivel nacional mientras se pone nombre y apellidos a la culpable: Isabel Díaz Ayuso.
Lo cierto es que en Moncloa no esconden que la situación epidemiológica de la capital inquieta en el Ejecutivo. Preguntados este martes por la posibilidad de que el Gobierno pueda plantearse intervenir en la Comunidad de Madrid en caso de que la crisis sanitaria llegue a desbordarse, ni Pedro Sánchez ni la ministra portavoz, María Jesús Montero, quisieron dar por cerrada esa puerta, limitándose a afirmar que, por el momento, Madrid y el resto de comunidades ya cuentan con "todos los instrumentos a su disposición" contra la pandemia, incluido el estado de alarma.
Fuentes solventes del Gobierno van un paso más allá y confirman que Sánchez no descarta esa posibilidad, aunque sólo se abordaría en caso de que la situación en Madrid fuese insostenible y su presidenta se resistiese a recurrir a un estado de alarma territorializado que tendría que solicitar al Ejecutivo y explicar en el Congreso, lo que por otra parte supondría prácticamente la muerte política de la lideresa.
Por el momento, y a la espera de cómo evolucione la curva de contagios en las próximas semanas, Sánchez ha preferido quedarse al margen y dejar que sean los líderes territoriales los que quemen sus últimos cartuchos en la gestión de la pandemia. "No es dejación de funciones", reivindicaba el presidente del Gobierno este martes, en una entrevista para Cadena Ser, pero "los presidentes autonómicos son la máxima autoridad en sus respectivos territorios. Yo ya estoy ofreciendo lo que a mi no me dieron en las prórrogas de hace meses: los votos en el Congreso para sacarlas adelante", reivindicaba, en relación a los obstáculos que puso entonces el PP.
En este sentido, también la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, reivindicó ayer al término del Consejo de Ministros los "esfuerzos" de un Ejecutivo "generoso y respetuoso" con las autonomías, al tiempo que anunciaba que la próxima semana las comunidades autónomas irán recibiendo los recursos correspondientes de los 2.000 millones que ha autorizado Hacienda para sufragar los gastos de la vuelta a las aulas, una medida que, por otra parte, llega con el curso escolar ya iniciado.
El enésimo pulso Sánchez-Ayuso
No hay visos de que el ejecutivo de Díaz Ayuso y el Gobierno central vayan a enterrar el hacha de guerra en esta segunda ola del virus. La batalla encarnizada entre ambas administraciones ha sido una constante prácticamente desde el inicio de la pandemia, mientras la tensión política entre ambas administraciones sigue en aumento.
El hecho de que Madrid vuelva a ser el mayor foco de contagios del país no es una justificación para el "señalamiento" al que ha recurrido el Gobierno central, al menos a juicio de Isabel Díaz Ayuso, que cargó en Twitter contra el doctor Fernando Simón por criticar veladamente su gestión. "Este ensañamiento con Madrid es injusto, desproporcionado y perjudicial para España", escribía la presidenta.
Las palabras de Simón fueron suscritas por el propio presidente del Gobierno, que pidió indirectamente a Madrid que mejorase sus niveles de rastreo por el pico de contagios que venía registrando. Sánchez no dudó en explotar uno de los puntos más polémicos de la gestión de Ayuso en la pandemia, el de los rastreadores, ya que de los casi 1.300 que se calcula que son necesarios en la región, la comunidad sólo ha contratado a 560, según datos de la propia Consejería de Sanidad.
La presidenta, apoyada en este caso por el vicepresidente regional, ha respondido a Sánchez que, si tanto le preocupa la situación en Madrid, se reúna con ella particularmente, como no ha hecho "en los últimos 12 meses". El también dirigente de Ciudadanos, Ignacio Aguado, tachó la actitud del presidente del Gobierno de "hipócrita" por abandonar a su suerte a las comunidades autónomas en plena segunda ola de coronavirus, al tiempo que afeaba la "fijación interesada" del Ejecutivo con Madrid. "Si tanto le preocupa la situación de la Comunidad, podría llamar a Isabel Díaz Ayuso para reunirse con ella", sentenciaba.
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