"Decepcionante". Así ha definido la ministra portavoz, María Jesús Montero, la reunión de este miércoles entre Sánchez y Casado, en la que no se ha alcanzado, como estaba previsto, ninguna conclusión fructífera ni para la aprobación de los Presupuestos ni para la renovación de las instituciones. Sin embargo, mientras el jefe de las filas populares anunciaba a bombo y platillo el principio de acuerdo para la creación de una Agencia Nacional para la Recuperación Económica de España para la gestión de los fondos europeos, la titular de Hacienda -en representación de Sánchez- quitaba hierro al asunto y tildaba de "anecdóticas" las propuestas del líder de la oposición y ponía el foco en la "postura obstruccionista" de Casado para la tramitación de las cuentas.
"Es una propuesta instrumental y absolutamente accesoria y anecdótica", afirmaba Montero en rueda de prensa este miércoles, asegurando que el Gobierno estudiará la medida, pero sólo en caso de que "el señor Casado envíe algo". Por contra, la ministra ha puesto el foco en que, a causa de la negativa del presidente del PP a negociar tanto los Presupuestos como los órganos institucionales, España afrontará los desafíos de la pandemia en una situación de "desventaja" respecto al resto de países europeos.
"Casado ha perdido una oportunidad de oro para demostrar si de verdad era un hombre de Estado y que le importan los problemas de los españoles", apuntaba. La ministra portavoz ha señalado también al presidente del PP por no querer "cumplir con la Constitución" y por "poner excusas" como el "complemento" de la creación de la mencionada Agencia sin "apoyar el tronco que permite canalizar estos recursos".
Este miércoles, tras dos horas de reunión con el presidente del Gobierno, Casado ha comparecido ante los medios en el Palacio de la Moncloa para avanzar las tres únicas líneas en las que se ha entendido con Sánchez: la creación de una Agencia Nacional gestionar las ayudas europeas; impulsar un pacto de Estado por la Sanidad; la reforma exprés del artículo 3 de la Ley General de Salud y el "fortalecimiento del marco legal" para que sean los Tribunales Superiores de Justicia de las autonomías y no los jueces de lo Contencioso los que avalen o no las medidas que tomen los distintos líderes regionales para frenar el avance de la pandemia.
Casado ha hecho especial hincapié en la creación del mencionado órgano, que deberá ser independiente y no estar vinculado a la tramitación de los Presupuestos, y que, de aprobarse, dejará en manos de un ente sin afiliación política -desde el PP proponen que esté dirigida por algún ex gobernador del Banco de España, como Jaime Caruana- la recepción de los fondos de Bruselas, una función que, por otra parte, iba a recaer sobre una unidad creada para tal efecto por el Gobierno y previsiblemente dirigida por Iván Redondo.
El líder del PP ha afirmado que Sánchez ha accedido a "estudiar" la propuesta porque, a su juicio, la recepción de los 140.000 millones de Europa no pueden depender de Moncloa y, de esta forma, se arrancaría de cuajo toda posibilidad de que las ayudas puedan estar condicionadas por "la discrecionalidad y el clientelismo".
"¿Está diciendo el señor Casado que el Gobierno atiende los intereses de los lobbies?", respondía minutos después María Jesús Montero, quien ha afirmado no "dar crédito" a las palabras del presidente del PP. "Todo lo que dice el señor Casado sobre este Gobierno resulta ofensivo", sentenciaba.
La renovación institucional, estancada
Entre otros motivos, Casado ha justificado su negativa a sentarse a negociar los Presupuestos asegurando que el Gobierno "ya cuenta con los apoyos necesarios" para sacar adelante las cuentas -debe incluir a Ciudadanos en la ecuación-, y ha asegurado que él va a "arrimar el hombro" para cuestiones de Estado que "preocupan a los españoles", alejadas de las luchas partidistas por la tramitación de las cuentas.
Tampoco habrá, por el momento, un cambio en los órganos institucionales -CGPJ, TC, RTVE- porque, a su juicio, a día de hoy estas instituciones "saldrían más debilitadas" de lo que están de sentarse a negociar con un Gobierno cuyo vicepresidente "pide una República", "ataca a la monarquía" y, además, está imputado por presunta corrupción.
Para el Gobierno, las palabras de Casado "en un momento de emergencia nacional" no tienen justificación, y lamentan que la posición del líder de la oposición no sólo sea un 'no' ahora, sino que temen que lo mantenga a lo largo de toda la legislatura. El líder del PP "amaga desde hace dos años con un giro al centro de su formación que no acaba de llegar", sentenciaba.
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